Qué duda cabe que el nacimiento de un hijo es un momento sagrado y por tanto se puede entender que las emociones se desborden si en sincronía con el parto la PDI está allanando el departamento para incautar laptops y celulares. Siendo muy desgraciado el timing de lo ocurrido a la diputada Cariola, la verdad es que las explicaciones de la fiscalía parecen a primera vista coherentes y profesionales. Tampoco es que pocos días antes del parto o con Borjita recién llegado al departamento se hubiese visto muy lindo, no hay buen momento para ser allanado y menos cuando uno está por parir o lo hizo hace pocos días.

En estos tiempos donde la emocionalidad es todo, el hecho ha servido para que la diputada y su entorno hagan ingentes esfuerzos en concentrar la conversación en torno a su maternidad y cómo sus derechos y los de su hijo pudieron verse afectados. Esto tuvo su máxima expresión cuando a los pocos días de nacida la guagua estuvo en la testera presidiendo la Cámara de Diputados para horror de los padres jóvenes que se han vuelto muy aprensivos con las salidas a terreno de los recién nacidos. Los viejos somos más permisivos con esa última parte, pero no con el espectáculo.

El show ha buscado que nadie se enfoque en los favores y favorcitos pedidos por la diputada del Partido Comunista a la exalcaldesa del mismo partido para empresarios chinos. Todo muy oriental. Como esta vida está llena de casualidades, doña Karol le arrienda el departamento a otro empresario chino, pero no le paga directamente sino a través de otro empresario. ¿De qué nacionalidad? Chino también (esa estaba fácil). Lo malo de este enredo es que esos favores, prestaciones y contraprestaciones tienen un nombre feo que es tráfico de influencias. Por eso mucho más conveniente hablar de las sensibilidades heridas que del fondo del asunto. Como en toda esta performance no ha faltado detalle, la diputada Cariola con su bomba de humo llegó a anunciar que iba a recurrir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Qué vuelva el pudor, por favor.

Todo esto daría solo un poco de vergüenza ajena, pero la institucionalidad se ha visto zarandeada por el caso. Karol Cariola es nada menos que la Presidenta de la Cámara de Diputados y el gobierno no se ha quedado atrás en respaldarla. El Ministro de Justicia (PC) - después nos dicen que vemos comunistas en todas partes- las emprendió contra la fiscalía pidiendo explicaciones y el Presidente de la República, en su rol favorito de comentarista de variedades, salió a fustigar a la derecha por pedirle explicaciones a Cariola. A los conservadores que nos gusta la separación de poderes nos incomoda un poco tanta interferencia del ejecutivo en casos judiciales en desarrollo, pero es bien probable que al Partido Comunista y a sus socios le importan bien poco los escrúpulos de gente con ideas anticuadas.

Ésta es una buena prueba para las instituciones del país, estaremos todos mirando si son capaces de dejar la sensiblería y las presiones a un lado para enfocarse en los hechos y nada más. Después de todo, Borjita más que marraqueta debajo del brazo parece haber venido con wantanes y arrollado primavera.