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Opinión

J.J.Jinks: A punta de brincos

J.J.Jinks: A punta de brincos

De un paraguazo el gobierno vio esfumarse sus húmedos sueños de dejar de exportar piedras, árboles y pescados como despectivamente han tratado históricamente las vigas maestras de la exportación nacional.

Por: J.J. Jinks | Publicado: Sábado 10 de mayo de 2025 a las 21:00
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La zorra daba brinco tras brinco tratando de alcanzar un apetitoso racimo de uvas que colgaba a mediana altura. Pasado un buen rato y tras múltiples esfuerzos infructuosos la zorra frustrada decidió retirarse de escena no sin antes decir “total qué importa, esas uvas estaban verdes”. Más o menos así cuenta la fábula atribuida a Esopo. Frente al fiasco que significó que tres días antes del viaje oficial a China del Presidente de la República dos compañías de ese origen se bajaran del anunciado plan de industrialización del litio no quedó otra que recurrir al fabulista de la Antigua Gracia para intentar salvar la cara.

El ministro Marcel, en medio de la incómoda polémica sobre su rol paralelo de Príncipe Azul, optó por la curiosa aproximación de que Chile no pierde nada y que son los inversionistas quienes desaprovechan la oportunidad. Total estaban verdes. Por su parte el Presidente Boric para no ser menos abordó la situación con una declaración tan solemne como vacía y anticuada: “no se sacrificará medioambiente por desarrollo”. Total estaban verdes.

De un paraguazo el gobierno vio esfumarse sus húmedos sueños de dejar de exportar piedras, árboles y pescados como despectivamente han tratado históricamente las vigas maestras de la exportación nacional. Ellos lo harían distinto. Ellos harían lo que por falta de visión no se hizo antes. Parafraseando al gran filósofo de la economía Alberto Arenas, júzguenme por los resultados. Bueno, eso hacemos.

El desprecio intelectual por lo que son las ventajas competitivas de Chile y por tanto tratar de forzar una industrialización minera que no le es natural al país ha quedado en evidencia durante esta semana. Por tanto, si bien es una gran lástima que se pierdan más de quinientos millones de dólares en inversión con los empleos y la tecnología que traían aparejados, es a la vez un buen recordatorio de donde se deben poner los esfuerzos.

Los sueños de generar industria nacional ya fueron largamente experimentados por los chilenos hasta que el grupete liderado por Cauas y De Castro desarmó todo ese tejido de aranceles, prebendas y favores hace 50 años atrás. Nuestros vecinos fueron mucho más persistentes e insistieron hasta hace un año atrás en un modelo fracasado de forzar la industria argentina a punta de protecciones. Un desastre que junto con la irresponsabilidad fiscal fueron capaces de quebrar a un país riquísimo. Lo bonito de todo esto que estas ideas que históricamente fueron acariciadas y promovidas por la izquierda hoy están siendo empujadas con gran entusiasmo y disrupción por la derecha nacionalista de Trump. Dios los cría y el diablo los junta.

Sin duda que hay valor en que haya desarrollo de industria en suelo nacional, pero eso debe darse sin subsidios y apostando a la seriedad del país como base. Un Estado ágil y eficiente, reglas claras y sostenibles en el tiempo en lo ambiental y tributario. Un ambiente de seguridad no solo para los capitales sino también para los trabajadores. Si nos centramos en eso muy probablemente las industrias llegarán solas y no tendremos que andar brincando como la zorra a ver si de casualidad agarramos algo.

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