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Opinión

Natalia González: "No habrá un Estado con un marcado rol social sin una economía pujante y abierta, sin Estado de derecho y orden público efectivo"

Natalia González: "No habrá un Estado con un marcado rol social sin una economía pujante y abierta, sin Estado de derecho y orden público efectivo"

La abogada y directora del Área Constitucional de Libertad y Desarrollo condena la violencia del 18/o y analiza el discurso del Presidente Boric de ese día.

Por: Natalia González | Publicado: Sábado 22 de octubre de 2022 a las 21:00
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Deterioro e incivilidad

Desde octubre de 2019, Chile vive un acelerado proceso de deterioro. Junto con la pandemia y el delicado momento económico que nos azota, a lo que se suman los impactos de la invasión a Ucrania, es innegable que los negativos efectos que experimenta Chile son más profundos que en otros países pues nos autoinfligimos una herida profunda que no es fácil de sanar.

Tras el estallido octubrista, iniciamos una era de incivilidad e irracionalidad, fuertemente promovida por los principales rostros de ciertos noticieros y matinales, actores del debate nacional y muchos políticos que no solo romantizaron la violencia, sino que se atribuyeron competencias y conocimientos que no tenían.

Los primeros, llenaron a las masas de contenidos vacíos, de la mano de consignas justicieras y, el parlamento, sumido en el desenfreno, se sintió liberado del Estado de derecho, pasando a llevar la iniciativa exclusiva del Presidente con los retiros de fondos de pensiones y tapizando al Ejecutivo de infundadas acusaciones constitucionales que debilitaron enormemente la institucionalidad.

Se dieron el lujo, además, de no aprobar el CPTPP, que tardíamente aprueban ahora, solo que hoy nos gobiernan quienes hacen lo imposible por dilatar su entrada en vigor. Hoy muchos se suben al carro de la condena a la violencia y exponen las bondades del referido tratado porque la sociedad, hastiada y empobrecida, va en sentido inverso, pero lo cierto es que nunca hubo razón para ser condescendientes con la violencia ni para negarnos mayores oportunidades económicas en momentos críticos.

¿A que carro se sube el Presidente hoy?

En su discurso del martes, lleno de contradicciones para no quedar mal con nadie (no lo logró), el Presidente dijo que lo de 2019 no fue una revolución anticapitalista. Sin embargo, las fuerzas políticas que lo respaldan, y que están muy sentadas negociando el proceso constitucional, insisten en que lo fue y que esa misión sigue viva. Basta leer la resolución del pleno del Comité Central del Partido Comunista del fin de semana pasado.

El Presidente apoyó la propuesta refundacional y anti libertades económicas básicas de la Convención y sigue insistiendo en su agenda de reformas que hacen caso omiso de una sociedad que no quiere que le impongan monopolios estatales en salud y pensiones y que desea que el Estado no la ahogue, como lo hace la reforma tributaria.

Esas contradicciones, evidentemente no resueltas, solo generan más confusión y desconfianza sobre el capitán y el destino al cual dirige el buque. Lo que sí está claro es que no habrá un Estado con un marcado rol social sin una economía pujante y abierta, sin Estado de derecho y orden público efectivo, y con autoridades que vacilan ante todo lo anterior.

Eufemismos y violencia: No más

El 18O viene a sumarse a otras fechas (día del joven combatiente y el 11 de septiembre), en que grupos anarquistas dan rienda suelta al desenfreno delictual, destruyendo espacios públicos y privados, saqueando comercios e infundiendo temor, lesiones y graves perjuicios a los ciudadanos que alteran sus rutinas por causa de la anomia que, indignantemente, aún se deja ser.

En buena hora, el octubrismo no es respaldado por la sociedad, pero tampoco corresponde congratularnos porque esta vez los hechos sean calificados por las autoridades como aislados. No. Porque las víctimas del desmán y el miedo ven, aun en ese escenario, profundamente afectados sus derechos y libertades y comprometido su proyecto y esfuerzo de vida.

En un Estado, que se dice de derecho, ello no debe ocurrir, sea cuestión de muchos o pocos. La fecha, sin embargo, fue conmemorada. Celebrada no porque eso sería social y políticamente inaceptable. Pero no nos hagamos los lesos. Conmemorar, según la RAE, es “celebrar una fecha importante”. Conmemorar es, a fin de cuentas, celebrar, y lo cierto es que no había nada que celebrar.

Y sobre el maniqueo uso del lenguaje, valga un apunte: es tan deleznable saquear una farmacia de barrio como una de cadena nacional o internacional.

La columna de J.J.Jinks: Rebeldía

El gobierno no ha andado fino en la coyuntura. El aviso de cierre programado de Huachipato pareció pillarlo totalmente fuera de conocimiento de lo que estaba pasando, lo que es particularmente llamativo dadas las serias implicancias de la situación.

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La tarea que tiene por delante la oposición es de altísima relevancia para el futuro de un país que viene de un período de deterioro institucional, bajo crecimiento económico y un problema creciente y sin visos de ser controlado de seguridad pública.

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