Opinión
Victoria Paz, economista: "No hay duda de que el país necesita un nuevo pacto tributario"
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Caminar y mascar chicle
Imposible no hablar del rechazo a la reforma tributaria. ¿Estaba en condiciones de ser votada? Quizás el emblema del gobierno requería certezas respecto de los votos con que contaba. Pero lo hecho, hecho está. ¿Y qué hacemos? La PGU de $ 250.000, por ejemplo, no tiene financiamiento. ¿Es culpa de esta votación? La verdad es que la culpa es de US$ 3000 mm anuales que faltan y de un sistema de pensiones al debe hace muchos años.
¿Qué necesitamos entonces? Dado que los misiles de un lado a otro pueden no terminar nunca, se nos aparece nuevamente la tan denostada “política de los acuerdos”. No es viable que los jubilados y jubiladas sigan esperando. Por las razones que se han disectado en estos días, el medio que se pensó para lograrlo, es decir, la reforma tributaria, no resultó. Veamos otro medio. ¿Reorientar recursos? ¿Ahorros? ¿ingresar proyectos nuevos en lo posible? No está de más señalar que el perdonazo reciente al MEPCO fue de US$ 2.800 mm o que el fraude de licencias médicas generó un perjuicio de casi US$ 1000 mm.
Lo que sea, debe tener un consenso, porque la ciudadanía probablemente no está interesada en si el gobierno calculó mal los votos, si parlamentarias no votaron, o si con eso se aceleró el cambio de gabinete.
No hay duda de que el país necesita un nuevo pacto tributario. Dado que esta semana no se logró, debemos avanzar hacia allá al mismo tiempo que logramos soluciones hoy. Nuestros políticos tendrán que caminar y mascar chicle porque hay necesidades que no resisten un día más.
¿Y si nos caemos de la montaña?
Cuando se habla de litio se dice que estamos “sentados en una montaña de oro blanco”: ricos en un recurso fundamental para la electromovilidad. Con la demanda y precio en las nubes, el aporte del litio al Estado duplicó al del cobre en 2022.
Eso sí, ese monto puede bajar si se descubre un sustituto (cosa que tiende a ocurrir cuando la demanda es muchísimo mayor que la oferta). Hemos visto en el último tiempo algunas miradas centradas en la discusión respecto al “quién”: ¿el Estado o los privados? Y lo cierto es que no hay tiempo para una discusión orientada a dicotomías excluyentes que en la realidad no existen. Necesitamos enfocar el litio con respeto al medioambiente y comunidades y que deje más que sólo dinero en el país.
¿Qué es ese “más” ?: Tecnología, innovación, startups, capital humano, encadenamientos productivos. El inmovilismo del “quién” nos ha alejado del “qué” y “para qué”. Si seguimos esperando, nuestro oro blanco se puede transformar en una montaña que se desmorona.
UF: la mala de la película
9 de marzo: la UF llega a $ 35.600. Subió $ 4.000 en un año, con lo que un dividendo de 10 UF pasó de $ 316.330 a $ 356.000. Aunque febrero dio una sorpresa con el IPC de -0,1%, el impacto de la UF hace que muchos refloten la tentadora propuesta de eliminarla. La UF ha subido porque la inflación se disparó. Y en eso, hay temas internos de liquidez (retiros y bonos) y temas externos (China, EE.UU. y Ucrania).
La discusión respecto a la UF es válida y tengámosla. Pero no rompamos el termómetro mientras tenemos fiebre. ¿Qué pasaría si sacamos la UF ahora? La inflación no va a desaparecer por quebrar el espejo.
Eliminarla en la turbulencia puede afectar justo a quienes queremos apoyar. Si los agentes económicos sobreestiman la inflación futura, puede ocurrir que las instituciones financieras suban excesivamente las tasas, los arrendatarios los arriendos, etc. Un espiral de alzas. Siempre es útil tener un antagonista con quien luche el “bueno”. Pero como en toda buena trama, la “mala de la película” no es la que parece.