Por dentro
Benjamín Salas: “La protección de los Derechos Humanos eran un tema recurrente, porque era una profunda convicción suya”
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“Todavía pienso que en cualquier minuto va a sonar mi teléfono y al otro lado voy a escuchar su voz: “Oiga Benjamín, ¿cómo está?”. Durante su gobierno ese era un llamado temido, pero en los últimos dos años era uno que esperaba con ansias. En los tiempos de gobierno cada llamado partía con cuatro preguntas y cinco tareas.
Uno sabía que debía correr a buscar un lápiz y un papel, porque ninguna de las preguntas eran fáciles ni las tareas simples. Había que bajarse del vagón del metro, estacionar el auto, o levantarse de una comida para escuchar con atención el pedido. Llegaban de improviso, cualquier día y a cualquier hora.
Uno sabía que debía correr a buscar un lápiz y un papel, porque ninguna de las preguntas eran fáciles ni las tareas simples. Había que bajarse del vagón del metro, estacionar el auto, o levantarse de una comida para escuchar con atención el pedido. Llegaban de improviso, cualquier día y a cualquier hora.
Es muy común que mis amigos me pregunten cómo fue trabajar para el Presidente Piñera. Nunca es fácil responder. En la forma, consistía en muchas horas de trabajo, altísima exigencia y constante estrés. Pero en el fondo, significaba soñar todos los días con un Chile mejor. Era un trabajo apasionante, porque usted nos contagiaba de su pasión por Chile.
Tuve la suerte de acompañarlo en muchos viajes, con largas horas de vuelo que nos regalaron las mejores conversaciones. Primero nos servíamos una coca cola light (a usted le gustaba con un poco de limón) y comíamos pistachos. Después partía el trabajo, sin rodeos. Revisaba la agenda del viaje e identificaba nuevas oportunidades que podía traer a Chile.
Cada hito de la agenda iba acompañado de una minuta que ya se había memorizado, y un par de datos nuevos que había incluído para sorprender al equipo. Esto último le sacaba siempre una sonrisa. Y finalmente, después de trabajar, conversábamos de ideas. Esta era mi parte favorita, porque era casi imposible tener conversaciones en La Moneda cuando no estaban orientadas a una tarea concreta. Los diez mil metros de altura eran la oportunidad.
La protección de los DDHH eran un tema recurrente, porque era una profunda convicción suya. Era parte de su pasado y su presente. El estallido social puso este asunto en el centro de la agenda política. Fue por lejos el momento más difícil del gobierno, pero se mantuvo firme como un roble.
Tenía cuatro décadas más que yo, pero dormía la mitad y tenía el doble de energía. Me consta cómo le afectaban los traumas oculares y las medidas que tomó para que el resguardo del orden público se garantizará con pleno respeto por los derechos humanos. Siempre estuvo del lado de las víctimas.
Presidente, no puedo escribirle sin agradecerle por el matrimonio igualitario. Un hito que marcó un antes y un después en el país, pero también para mí en lo personal. Me acuerdo de las miles de conversaciones que tuvimos de este tema en su oficina, con Magdalena y Carla.
Aunque usted hace mucho tiempo creía que era un paso necesario para Chile, no era un tema fácil para la coalición de gobierno. Finalmente, un 1 de junio del 2021, tomó la decisión de jugárselas. No lo hizo con calculadora política en mano ni temió las críticas de su sector. Al revés, lo hizo siguiendo sus convicciones más íntimas: entregar mayor protección a las familias y fortalecer la igualdad ante la ley.
Cada hito de la agenda iba acompañado de una minuta que ya se había memorizado, y un par de datos nuevos que había incluído para sorprender al equipo. Esto último le sacaba siempre una sonrisa. Y finalmente, después de trabajar, conversábamos de ideas. Esta era mi parte favorita, porque era casi imposible tener conversaciones en La Moneda cuando no estaban orientadas a una tarea concreta. Los diez mil metros de altura eran la oportunidad.
La protección de los DDHH eran un tema recurrente, porque era una profunda convicción suya. Era parte de su pasado y su presente. El estallido social puso este asunto en el centro de la agenda política. Fue por lejos el momento más difícil del gobierno, pero se mantuvo firme como un roble.
Tenía cuatro décadas más que yo, pero dormía la mitad y tenía el doble de energía. Me consta cómo le afectaban los traumas oculares y las medidas que tomó para que el resguardo del orden público se garantizará con pleno respeto por los derechos humanos. Siempre estuvo del lado de las víctimas.
Presidente, no puedo escribirle sin agradecerle por el matrimonio igualitario. Un hito que marcó un antes y un después en el país, pero también para mí en lo personal. Me acuerdo de las miles de conversaciones que tuvimos de este tema en su oficina, con Magdalena y Carla.
Aunque usted hace mucho tiempo creía que era un paso necesario para Chile, no era un tema fácil para la coalición de gobierno. Finalmente, un 1 de junio del 2021, tomó la decisión de jugárselas. No lo hizo con calculadora política en mano ni temió las críticas de su sector. Al revés, lo hizo siguiendo sus convicciones más íntimas: entregar mayor protección a las familias y fortalecer la igualdad ante la ley.
Me emociona pensar en lo feliz que estaría leyendo lo que se ha dicho de usted estos últimos días. La exPresidenta Bachelet recordó que las diferencias no le incomodaban, porque su corazón liberal las alentaban; y que en los grandes momentos de ruptura usted siempre eligió la salida institucional, dando poder a la ciudadanía a través del voto. El Presidente Boric lo retrató como un demócrata desde la primera hora. Son los valores en los que usted más íntimamente creía, y que hoy están siendo recordados como su huella en la historia de nuestro país.
Para terminar, le quiero agradecer por el cuidado que siempre tuvo conmigo. Fue el primero en llamarme para mis cumpleaños y preocuparse que hubiese comido en una larga jornada de trabajo. Incluso después de terminar el gobierno e irme de Chile, nunca dejó de llamarme o contestar mis llamadas para ponernos al día. Esas veces sin preguntas difíciles ni tareas urgentes. Le mando un último abrazo, y que descanse en paz.