Los accionistas de Clínica Las Condes tienen la fecha del martes marcada en rojo. El 27 a las 13 horas se realizará un directorio regular de la firma, donde esperan insistir en su reclamo contra los controladores del grupo Auguri por la forma en que se ha conducido la compañía y las incesantes polémicas protagonizadas por su presidente, Alejandro Gil.

Y aunque el reclamo no está en la tabla, inversionistas de la firma de salud volverán a plantear a la mesa la inconveniencia de mantener a Gil a la cabeza de la administración de la compañía. Ello, después de que esta semana renunciara el director Jonás Gómez Pacheco -hasta ese momento aliado de Gil- en repudio a su actuar y unos días después, la otra rama de los Gómez Pacheco -Segundo, Teresa y Magdalena (ver recuadro)- cuestionara públicamente la crisis reputacional por la que atraviesa la institución de salud privada. “Estamos absolutamente en contra de la forma de administrar que tiene el sr. Gil. De hecho, esto lo hemos hecho presente en el directorio y pensamos que lo menos que debería hacer él, por un poco de dignidad, es dar un paso al costado. El tema de la vacuna nos parece gravísimo”, indicó Segundo Gómez a DF. E incluso adelantó la decisión de salir de la compañía, vendiendo todas sus acciones, que equivalen a casi un 8% de CLC que mantienen a través de su family office, Inversiones Castilla.

El anuncio generó un tremendo remezón entre los pequeños inversionistas, la mayoría médicos y personas naturales que confían en el poder de los accionistas medianos de CLC para contrarrestar a los controladores de la firma. Muchos temen que sin inversionistas de mayor calado, el grupo Auguri (vinculado a Cecilia Karlezi, pareja de Gil) y que posee el 50,05% del capital accionario de CLC termine por pasarles la aplanadora. Varios, consultados por DF MAS confirmaron -pidiendo la reserva de sus nombres- su temor a que una venta importante de acciones de la firma arrastre aún más a la baja los papeles de CLC que en lo que va de año acumulan una caída de 3,2%. Algunos hasta mencionan la posibilidad -más bien su temor- de que Auguri termine arrinconándolos.

Denuncia a la CMF

La llegada del grupo Auguri, ha conllevado un fuerte cambio dentro de la firma, que históricamente era controlada por médicos. Ello, ha redundado en un enfoque distinto en la administración y toma de decisiones de la clínica, que hasta ahora se está saldando con denuncias, querellas y recursos de protección de sus trabajadores, socios y hasta el Ministerio de Salud. Sobre todo después del episodio de la vacuna contra el Covid-19 que Gil se hizo inocular aprovechándose de su condición de presidente de la clínica. Esa vacuna, dijo el ministro Paris, le correspondía a un niño. Y además las pagó el Estado, con los recursos de todos.

Hoy, en Tribunales se tramitan decenas de querellas por diversos motivos en contra de la firma.

Incluso, en la CMF el caso no ha pasado desapercibido. Hasta el despacho de Andrés Montes, el fiscal de la Unidad de Investigación algunos accionistas han hecho llegar sus denuncias y descargos. Consultada la entidad reguladora al respecto declinó comentar por tratarse de casos reservados.

Los minoritarios se quejan además de que desde la llegada del grupo Auguri, los negocios realizados por empresas de los controladores en CLC se han disparado. Solo en 2020, Spacewise Soluciones Modulares Spa, relacionada a Auguri se llevó un contrato de construcción por $ 436, millones, el estudio de abogados de la directora Paola Bruzzone -Bruzzone & González facturó $ 139 millones; Falabella otros $ 53 millones por la venta de giftcards. Esos y otros contratos totalizaron $ 760 millones, según datos contenidos en la memoria de la firma.

Y si se revisan los datos 2021, la cifra crece: a marzo, último dato público disponible la firma destinó a operaciones entre partes relacionadas más de $1.007 millones. Además de Spacewise Soluciones Modulares Spa ($ 752 millones) y Bruzzone & González ($ 36,5 millones) le compró vehículos a Autokas, la automotriz, del hijo del Cecilia Karlezi, Sebastián Arispe en $ 30 millones.

Los datos correspondientes al segundo semestre de este año se conocerán esta semana. Uno de los puntos del directorio del martes 27 dice relación con los resultados y demás cifras de la compañía, ya que CLC los hará públicos esta semana

 Gómez demanda a Chadwick

Caracterizados por un bajísimo perfil, el Gómez Pacheco es parte de CLC desde 2010, pero en ramas separadas. Ello, debido al quiebre familiar que se produjo tras la enfermedad y posterior muerte del patriarca y exsenador radical Jonás Gómez Gallo.

Con una fortuna estimada en más de US$ 1.200 millones, los cuatro hermanos Gómez Pacheco se dividieron en dos bandos: Jonás por un lado y Segundo, junto a Teresa y Magdalena por otro.

Las partes están en juicio arbitral desde 2017 por la partición de la fortuna. En enero de 2018, el árbitro Jaime Ríos llegó a una propuesta que fue rechazada por Jonás Gómez, quien además se querelló contra el árbitro.

Después y gracias al apoyo de “cercanos comunes”, las dos ramas se volvieron a sentar a conversar y eligieron a Herman Chadwick Piñera, cuya fórmula -un tercio para Jonás y los otros dos tercios para sus otros tres hermanos-también fue rechazadas por Jonás.

El 21 de julio pasado, ante la Corte de Apelaciones, Jonás Gómez demandó a Chadwick por haber llegado a una fórmula que según él no era la solicitada especialmente en la partición de Comín y Minera Carola, la principal fuente de ingresos de esa familia. Los demás bienes fueron sorteados y su adjudicación aún no se realiza: decenas de propiedades en Chile y Europa, especialmente.