Por dentro
El camino para suceder a Lázaro Calderón en Ripley
-
Cuéntale a tus contactos
-
Recomiéndalo en tu red profesional
-
Cuéntale a todos
-
Cuéntale a tus amigos
-
envíalo por email
El próximo 1 de agosto, Lázaro Calderón Volochinsky (57 años, casado, cinco hijos) cumplirá 40 años en Ripley. Más de la mitad del tiempo ha ejercido como gerente general de la compañía, la que fuera fundada por su padre Alberto y su tío Maxo en 1956.
En todo este tiempo administrando la empresa (sus hermanos Andrés y Michel son directores, mientras Verónica es accionista), ha conocido de éxitos (lograr ser una de las mayores tientas por departamentos en Chile y Perú, formar un banco y levantar varios centros comerciales), pero también de fracasos (como su frustrado desembarco en México y su temprana salida de Colombia ante malos resultados).
Hoy, y producto de la pandemia, la firma se mantiene con pérdidas, aunque las corredoras le tienen confianza ante el boom de las ventas por los retiros parciales de las AFP. Eso sí, la acción sigue castigada, lo que se atribuye a su alta exposición a Perú, que tendrá nuevo presidente. Actualmente, las acciones de la compañía se cotizan bajo los $ 200 cada una, lejos de los más de $ 700 que llegaron a valer en su peak en 2018.
Y como si la pandemia fuera poco, Ripley -al igual que sus rivales Falabella y Cencosud- ha debido lidiar con inesperados cambios en su administración.
En el caso de Cencosud, aún se mantiene la duda de si Horst Paulmann volverá a la presidencia de la compañía que fundó en la década de las 70; su hija Heike se mantiene como interina desde febrero.
Falabella, por su parte, sufrió la baja de su segundo ejecutivo de a bordo, Gonzalo Somoza, quien le reportaba al CEO, Gastón Bottazzini.
Y aquí las historias se cruzan. Porque Falabella encontró el reemplazante de Somoza en las filas de Ripley, dejando de lado su tradición de darle tiraje a su chimenea.
La noticia cayó como un mazazo al interior de Ripley: Francisco Irarrázaval, el segundo gerente más importante de la compañía tras Lázaro Calderón, dejaba la empresa para irse a su archirrival.
De eso ya han pasado más de cinco meses; Irarrázaval asumió en abril como gerente general de Falabella Retail para la región, y Ripley aún no anuncia a su reemplazo. Tras su salida, su cargo sigue vacante y no habría apuro. La familia Calderón, controladores de Ripley, está buscando con pinzas a su candidato o candidata.
La empresa tiene contratada una oficina de headhunter y, según fuentes conocedoras, Calderón ya se ha reunido con varios ejecutivos de alto perfil de distintas industrias. Pero, hasta ahora, no ha dado con la persona.
“Francisco era el reemplazo de Lázaro; esa era su proyección”
Algunos dicen que no ha habido consenso en el directorio de la compañía sobre el perfil del nuevo gerente general de retail de Ripley Corp (Chile y Perú), que le deberá reportar directamente a Lázaro Calderón. Por un lado, algunos directores de la mesa preferirían a un gerente más ligado al área financiera; otros, estarían más a favor de sumar a un experto en el comercio electrónico, como lo es Irarrázaval.
No obstante, una alta fuente ligada a la familia Calderón adelanta que el perfil que se busca apunta única y exclusivamente a que el nuevo gerente tenga una profunda capacidad de liderar equipos más que una gran experiencia en el comercio online o las finanzas.
Todo, porque el elegido sería, eventualmente, el reemplazante de Lázaro en la gerencia general corporativa del conglomerado. De hecho, Irarrázaval era la carta que tenía el clan para asumir como su principal ejecutivo.
“Francisco era el reemplazo de Lázaro; esa era su proyección”, dice un conocedor de la interna de la compañía. Esa era la confianza, dice la misma fuente, que la familia controladora de Ripley le tenía a su ex ejecutivo. De ahí que los Calderón no se quieran “volver a equivocar” con un nombramiento.
No obstante, enfatizan al interior de Ripley, hay Lázaro para rato, que no tiene interés de dejar la gerencia general de la firma en el corto plazo.
“Es difícil que deje su cargo luego. Además, aún es joven y tiene un sentido de responsabilidad con la empresa que formó su padre y su tío”, dice un cercano al ejecutivo, quien es contador auditor de la Universidad de Santiago.
La misma fuente consultada, no obstante, destaca que, al igual que las segundas generaciones de las familias dueñas de Cencosud y Falabella, Lázaro deberá dejar el día a día para asumir en el directorio.
Por el momento, no hay apuro por concretar este cambio, dicen al interior de Ripley. “No hay plazo ni una imperiosa necesidad de contratar a alguien que, en el futuro asuma como CEO”, dice un directivo de la empresa.
Lázaro Calderón fue contactado a través de su agencia de comunicaciones para participar en este reportaje y tener su visión sobre la búsqueda del reemplazante de Irarrázaval y, también, sobre que este ejecutivo tenía proyección para ser el CEO de la compañía, pero decidió no realizar comentarios.
Desde la empresa, en todo caso, se destaca que hasta ahora se las han arreglado sin Francisco Irarrázaval. Este, a su vez, se ha mantenido alejado de los flashes desde su llegada a Falabella. En Ripley constantemente hablaba con la prensa sobre los planes de la compañía.
Desde su nuevo puesto solo ha publicado algunas historias en su perfil de Linkedin. “¿Cómo será la experiencia de l@s clientes de retail en 2030? Será una experiencia ‘mágica’. Realidad aumentada, experiencias inmersivas, arquitectura experiencial, personalización”, escribió en la red social, junto con una frase de Brian Solis, en la cual el antropólogo digital especializado en tecnología y cultura sostiene que se cambiará de forma tan radical la forma en que se hacen las compras que es difícil que los clientes puedan imaginarlo hoy, pero que cuando lo descubran sentirán que no podría ser de otro modo.
“Esta frase de Brian Solis (…) refleja los sueños y proyectos que estamos comenzando a hacer realidad en Falabella, porque la imaginación es parte de nuestra marca”, posteó Irarrázaval en la red social laboral.
La familia
En junio del año pasado, a sus 83 años, murió Alberto Calderón. En los últimos años de su vida, el empresario debió enfrentar una pública disputa entre sus descendientes. A mediados del 2018, Verónica acusó a sus hermanos de haberse “apropiado de sus acciones” tras un aumento de capital donde se diluyó su participación en la firma.
Finalmente, la mujer se retiró de todas las sociedades controladoras de Ripley Corp y quedó con el 7,17% de la compañía de forma directa. Sus hermanos Andrés, Lázaro y Michel quedaron con el control de la sociedad (42,84%).
Cercanos a la familia destacan que los hermanos siguen muy distanciados. Por un lado, los hombres y en el otro, Verónica, que adquirió una gran oficina en Nueva Costanera, para desde ahí liderar su family office.
La firma controlada por los Calderón se mantiene con pérdidas, aunque las corredoras le tienen confianza ante el boom de las ventas por los retiros parciales de las AFP.
Las mismas fuentes ligadas al grupo insisten que el sucesor de Alberto será Lázaro, el segundo de sus hijos, quien inició su relación con la empresa familiar entre los 6 y los 8 años. Empezó barriendo pisos y cargando mercadería.
Se insiste que ha dedicado toda su vida a Ripley, con la interrupción de un año, a los 21, en que trabajó en Deloitte. En adelante, rotó por las distintas áreas de la empresa, hasta que en 1987 falleció Antonio Napolitano, gerente general en aquel entonces, puesto que fue asumido por Lázaro.
En su entorno destacan que cumplirá 40 años en la empresa, pero fácilmente podrá estar 40 más... y pronto desde una posición directiva.