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Las apuestas de Marina del Sol tras la fusión de Enjoy con Dreams

Las apuestas de Marina del Sol tras la fusión de Enjoy con Dreams

Ficharon a un exVTR y Enjoy como CEO para mirar Perú y cualquier venta forzada que tenga que hacer la nueva competencia fusionada. Y en los otros negocios todo sigue al alza también: una miniciudad nueva en Biobío y una red de centros de salud ambulatorios a nivel nacional aparecen en el horizonte de los Imschenetzky.

Por: Nicolás Durante | Publicado: Sábado 5 de febrero de 2022 a las 21:00
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Justo días antes de que Dreams y Enjoy dieran los primeros pasos para fusionarse el año pasado, Nicolás Imschenetzky Ebensperger tomaba un avión con destino a México. En avión también iban Rania y Valentina, sus caballos, rumbo a competir en salto ecuestre, la pasión que mueve desde hace más de 30 años al presidente de Marina del Sol, el hasta ahora tercer actor de la industria de casinos. 

Es que lo ecuestre ocupa buena parte del año del empresario, ingeniero civil industrial de 46 años. Entre Estados Unidos, México y los distintos campeonatos regionales y mundiales, donde ha obtenido títulos y reconocimientos en revistas especializadas, es donde se mueve. El año pasado, su hijo de 15 años se sumó a la pasión del padre, quien heredó a la yegua blanca Rania. Y para este 2022, espera poder participar en el torneo sudamericano y en el Mundial en Dinamarca. 

Bautizado como “el Zar”, por sus antepasados rusos previos a la era soviética, ahora que quedó fuera de la carrera para fusionarse, primero en 2020 con Dreams de la familia Fischer, y con Enjoy en 2021, actualmente controlada por un grupo de acreedores liderados por Euroamerica, no baja los brazos. Recargado, y con caja disponible para invertir, va por más. 

Chile, Perú, Brasil 

Quienes lo conocen dicen que es un negociador directo, que no se va con rodeos, y maneja al dedillo los números de su rival. 

Cuando Enjoy decidió optar por Dreams para fusionarse, el penquista se molestó. Habían sostenido varias reuniones para avanzar en una fusión con el banco asesor de la cadena de casinos y los socios canadienses de Imschenetzky, Clairvest, quienes tienen la mitad de la propiedad de la sociedad controladora del casino, estaban entusiasmados con el deal. 

Pero Enjoy negoció a dos bandas. Y los actuales accionistas decidieron irse con Dreams, principalmente por el tamaño de la firma, por tener el Monticello, el más icónico y rentable de los casinos en territorio nacional y por tener plazas en Argentina, Colombia, Perú y Panamá. 

“No me parece bien ni mal, son decisiones que toma cada grupo nada más de acuerdo a sus criterios”, dice hoy el empresario. Actualmente Marina del Sol opera las plazas de Chillán, Calama, Talcahuano y Osorno, las que en conjunto tienen el 15% de las licencias de juego y sumaban 4.208 mesas de ruleta, cartas y dados, además de máquinas de juego y posiciones de Bingo, al cierre de 2019. 

En la última licitación de casinos llamada por la superintendencia del ramo, a la cual Imschenetzky y sus socios se opusieron, a través de la Asociación de Casinos, por diferencias en las fechas de aplicación del concurso para los actuales operadores bajo la nueva Ley de Casinos, fue el único de los actuales jugadores que dobló la apuesta

Además de ser el único oferente en Chillán, Calama, Talcahuano y Osorno, ofertó por Copiapó y Talca. La plaza del norte actualmente la opera Luckia, sociedad que también ofreció renovar la licencia, y Talca es de la Corporación Meier, la que también ofertó por renovar.

En el primer semestre del año se sabrán los resultados, lo que podría tener a Marina del Sol como controlador de seis plazas.

Pero claro que todos los ojos de la industria están puestos en el proceso de fusión de Enjoy con Dreams, que tiene que pasar por el cedazo de la Fiscalía Nacional Económica.

Allí debería forzarse la entrega de algunas plazas, sobre todo las más cercanas. Por ejemplo, dice un actor de la industria, los casinos de San Antonio, Viña del Mar y Rinconada quedan todos en la Región de Valparaíso, además de relativamente cerca de la joya de la corona, Monticello; y por el sur, Puerto Varas, Chiloé y Pucón podrían ser candidatos a desinversiones. 

Y aunque no hay conversaciones abiertas, todos asumen y tienen claro que Imschenetzky quiere todas o algunas de esas plazas. Él, sin aventurarse a escenarios hipotéticos, responde: “Uno no puede adelantar nada porque es hipotético aún. Pero en su momento se analizará y si la ubicación y el precio nos hace sentido, podríamos estar interesados”

El otro gran plan que el empresario seguirá empujando es internacionalizar la marca. Perú es su principal alternativa, Brasil si es que se abren las operaciones a jugadores internacionales, y Uruguay también. Pero hoy es difícil, por la pandemia y las restricciones de viajes, ponerle precio a operaciones y licencias en otros países. Todo está en veremos. 

Quien se encargará desde este mes de los negocios de casinos será Juan Francisco Muñoz, un exvicepresidente de VTR y gerente corporativo de operaciones de Enjoy, que arribará como gerente general a la firma. 

El imperio 

Pero no solo del juego se nutren las finanzas de la familia Imschenetzky. 

En el negocio inmobiliario, nacido a fines de los años ‘60 en manos de Wladimir Imschenetzky, el primero en arribar desde Europa a Chile, su legado lo siguió su hijo Nicolás Imschenetzky Popov, y lo heredó su hijo, Nicolás Imschenetzky Ebensperger, el protagonista de este artículo. Ahí tienen buena parte de su historia. 

Todo el imperio inmobiliario opera bajo el nombre de Valmar, la unión de los nombres de los padres de Wladimir Imschenetzky, ​​Valentín y María. 

Y usar la palabra imperio no está de más en este caso. En el Biobío han creado, al menos, dos microciudades y van por una tercera. Lomas de San Andrés, donde en los años ‘80 solo había cerros entre Concepción y Talcahuano, ahora es un conjunto residencial y comercial y que instaló, a inicios de los años ‘90, el primer centro comercial, un Mall Plaza, en la zona. 

En 2003, Imschenetzky Ebensperger siguió los pasos. Creó el megabarrio Brisas del Sol, donde hoy está el casino, además de una serie de universidades, tiendas y un canal de televisión. 

Eso no es todo. En el sector de Chaimávida, en la ruta que une Concepción con el interior, en 2019 se anunció el proyecto inmobiliario más grande de la década en el Gran Concepción, con 2.153 casas y una inversión total de US$ 350 millones. El proyecto está construyendo su primera etapa de 1.500 casas.  

Toda esta ascendente carrera inmobiliaria también ha tenido dificultades y conflictos. Se han enfrentado con municipios y grupos ambientalistas, sobre todo ahora último por querer levantar proyectos en humedales conurbanos. 

Sin embargo, Imschenetzky Ebensperger es un empresario pragmático y en su círculo más cercano no solo tiene arquitectos y desarrolladores con amplio expertise, sino también personas vinculadas directa o indirectamente con el quehacer político. 

Sergio Jara, actual gerente general de la constructora Valmar, es UDI, trabajó para Jacqueline Van Rysselberghe y fue director del Serviu Biobío en la primera administración de Piñera. 

Eduardo Saavedra, encargado de las comunicaciones de Empresas Valmar, es periodista, exconcejal y consejero regional del Partido Socialista e hijo del senador electo Gastón Saavedra. 

Juan Ignacio Ugarte, director de Valmar y exgerente del casino, es cercano a la DC; y Mario Rojas, abogado cercano a la UDI, representó a Jacqueline van Rysselberghe en el caso Corpesca, y estuvo en la acusación constitucional contra el exministro Víctor Pérez; es director de las empresas del grupo Imschenetzky, y uno de los principales asesores. 

El año pasado, el mismo grupo también estuvo en conversaciones con representantes del laboratorio chino Sinovac para que instalaran su nueva fábrica de vacunas en terrenos de Valmar, cercanos al casino Marina del Sol. Pero los asiáticos optaron por la Región Metropolitana. 

Salud en expansión

El otro negocio de Valmar fue entrar al mercado de la salud. En 2018, tras la debacle de la firma de origen penquista Empresas Masvida, compraron la red de clínicas regionales que tenía la otrora “isapre de médicos”. Por cerca de US$ 10 millones, y en una histórica alianza con otra de las familias más importantes de Concepción, los Sáenz, se hicieron de las clínicas en Puerto Montt, Concepción, Chillán, Rancagua y Calama. 

Para ese negocio, nombrado como Andes Salud, ficharon al ex Clínica Las Condes, Gonzalo Grebe, para la gerencia general. Este año seguirán con un potente -y millonario- plan para comprar más clínicas en otras regiones del país, además de construir una serie de centros ambulatorios para exámenes y consultas médicas a lo largo de Chile.

En los casinos, las viviendas y la salud, los Imschenetzky tienen una gran baraja de cartas. Y las van a usar todas.

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