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¿Escanearse el iris? Todo lo que tienes que saber del Worldcoin
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Son las 11 de la mañana del 20 de marzo. Tras conversar con el argentino Martín Mazza, gerente regional de Tools for Humanity (empresa responsable de Worldcoin) en el Teatro Corpartes, tomé la decisión de escanear mi iris. Había leído sobre el protocolo Worldcoin y cercanos ya lo habían hecho.
Esa mañana se estaba llevando a cabo el CriptoSummit, evento que buscaba reunir a quienes querían entender mejor el ecosistema de los activos digitales. Al final del pasillo se veía un gran cartel de Worldcoin, una banca con dos cojines y colaboradores de la empresa sosteniendo Orbs (el dispositivo que usa la firma para verificar la identidad).
Me senté, y lo primero que la persona me preguntó es si conocía World App, la aplicación que agrupa WorldID (el pasaporte digital) y que sirve como billetera para los Worldcoins. Contesté que sí, y procedimos. Tras aceptar una serie de términos y condiciones -en que tuve la opción de elegir si entregaba o no mis datos-, pasamos a la verificación.
Si uno quisiera compararlo con un relato de ciencia ficción, diría que me sentía como en un capítulo de Black Mirror. Pero para desilusión de muchos, no lo era. Simplemente un dispositivo estaba escaneando mi iris, tal como lo hace el banco, la isapre, Mercado Libre o cualquier app de reconocimiento facial. A los pocos segundos acepté nuevamente unos términos y condiciones, donde literalmente había tres preguntas: mayor de 18 años, confirmo que tengo más de 18; consentimiento biométrico: usuario reconoce que el Orb le tomará una imagen de los ojos y rostro para generar un Código Iris; consentimiento con transferencia de datos: el código de Iris se almacena fuera del país en la UE o EEUU. No había que leer 20 páginas.
En cosa de minutos se me cargaron los Grants (premios por escanearme) en la aplicación. Esta ocasión fueron 10 Worldcoins, equivalentes a US$ 85. Desde ese día, he seguido recibiendo grants, y ya tengo 16, que equivalen a US$ 110. Mientras escribo esta nota trato de vender estas monedas en el sistema, pero la aplicación está con un problema y no me lo permite (dice que está en mantención). Cuatro horas después ya funciona, puedo vender mis Worldcoins directamente en la app y recibir pesos chilenos en mi cuenta rut.
Tools for Humanity
En 2019, Sam Altman, el fundador de OpenAI, junto a Alex Blania y Max Novendter fundaron Tools for Humanity, una empresa de tecnología basada en San Francisco y creada “para acelerar la transición hacia un sistema económico más justo”, dicen en su página. Esta empresa fue la que dirigió el desarrollo de Worldcoin y quienes operan la World App (que hace un mes anunció que tiene más de un millón de usuarios activos).
En mayo del 2023 anunciaron su serie C de US$ 115 millones, con inversionistas como Blockchain Capital, a16z crypto, Bain Capital Crypto y Distributed Global. Durante el último tiempo han sumado al equipo a ex ejecutivos de Revolut, Apple, Square, Lime, Bird y Twitter.
Dicen desde la firma que aspiran a convertirse “en la red financiera y de identidad más grande e inclusiva del mundo, construida en torno a World ID y al token Worldcoin, un servicio público que será propiedad de todos, independientemente de su origen o situación económica”.
En el mundo ya hay 4 millones de personas que han sido verificadas y en nuestro país -uno de los primeros en recibir a la empresa- son al menos 200 mil. Tienen usuarios en los cinco continentes. Ha sido prohibido temporalmente en España y Portugal.
Esto último se debió a preocupaciones sobre la privacidad. La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ordenó a Worldcoin detener la recopilación y procesamiento de datos personales y bloquear los que ya habían sido registrados, citando el uso de datos biométricos y la falta de información adecuada sobre su procesamiento.
“Más del 1% de la población chilena ya tiene World ID”
Martín Mazza tiene 42 años. Vive en Buenos Aires y sus paredes están decoradas con poleras de River Plate enmarcadas. Dice ser fanático. Otra materia que lo mueve es la tecnología. Estudió en la Universidad de San Andrés y luego en el Iese en España y NYU en Estados Unidos.
Trabajó en Disney, en 2009 cofundó una startup de bicicletas compartidas en Nueva York que fracasó y luego pasó por Directv, Uber y Mediastream. En 2018 estuvo en el equipo fundador de Pago46, una fintech de pagos.
Hace dos años, un amigo en común le presentó al equipo de Tools for Humanity y desde junio de 2022 es el encargado de Latinoamérica para la empresa.
A finales de marzo fue uno de los principales speakers del CriptoSummit y la semana pasada con DF MAS sobre Worldcoin. Como introducción, afirma que Chile es un caso que le entusiasma mucho porque fue uno de los primeros territorios en los que abrió la firma, en 2021, y “más del 1% de la población chilena ya tiene su World ID. Más de 200 mil personas”
Para empezar, dice Mazza que hay que partir por lo básico: “Worldcoin es un nuevo protocolo que se propone desarrollar una red global de humanos que permita diferenciar entre actividad humana y bots en internet”.
En la firma, tienen tres servicios: World ID, World Coin y World App. El primero es la credencial digital que “preserva tu privacidad y te va a servir para demostrar tu humanidad en distintos servicios online”, afirma el argentino. Ya tienen pruebas con Shopify, Reddit, Minecraft, Telegram y Discord. Además, dice, “lo pensamos como una credencial que permite validar que un humano está detrás de una acción en internet, ya sea detrás de completar una encuesta, hacer una votación, hacer un post en redes sociales, comprar un ticket, etc”.
Luego está Worldcoin, “una nueva criptomoneda para que los usuarios participen de esta red y a través de ella tengan una primera experiencia de lo que es tener un acceso también a finanzas digitales en esta nueva tecnología que es blockchain”.
Por último, la World App, aplicación desarrollada por Tools for Humanity para el ecosistema Worldcoin, “parecido a una billetera digital y en la que puedes interactuar con tu World ID y almacenar tus Worldcoins”, afirma. Estos tres productos se entrelazan entre sí, “ya que con tu World ID tienes tu prueba de humanidad y se asegura que la criptomoneda llega a humanos”.
Las Worldcoins se venden en la misma app y se cambian por dinero. Es, de alguna forma, como tener una acción. Luego de la venta, en Chile el dinero se deposita en la cuenta rut.
“Una estructura más humana”
Sobre la génesis de este proyecto, Mazza dice que hace poco más de cuatro años, cuando Altman y Blania se conocieron en California, dijeron “si bien ya existe Blockchain y Bitcoin, este último se estima que benefició entre el 1% y el 2% de la población mundial". Por ende, se propusieron lanzar una nueva criptomoneda con alcance mundial y que sea para todos por el simple hecho de ser humanos”
Pero para resolver el problema de los bots y los múltiples perfiles, se dieron cuenta que hacía falta una tecnología como World ID, “porque hoy es muy fácil que una persona tenga tres cuentas, tres dispositivos y pueda redimir una criptomoneda tres veces”, comenta Mazza.
Y explica: “Hoy vemos una internet bastante concentrada, en donde muchos de los servicios que consumimos pensamos que son gratuitos, pero en el fondo estamos entregando muchísima información y se está monetizando nuestra información personal. Entonces, lo que estamos intentando es crear una infraestructura más humana, donde sepamos que interactuamos con humanos y donde no haga falta entregar información personal”.
Seguridad de datos
Con prohibiciones en España, demandas en Chile y muchas dudas sobre cómo World App usa la información del iris, Mazza es enfático: “El propósito es dar acceso a la gente a sistemas financieros, y cuando la gente hace la verificacion, muchos reportajes dicen que estamos comprando su iris o sus datos biométricos con tokens, pero esto no es así, no almacenamos los datos, nunca se van a monetizar porque no los tenemos”.
El proceso con el Orb, explica, es simple, “se toma la fotografía para acceder al servicio, te desacargas la app, en ningún momento te va a solicitar un dato de sexo, nombre, documento de identidad, etc, lo que hace el dispositivo es, a través de una fotografía de la cara y el iris, generar un código que llamamos código iris, que es este identificador de que un humano esta verificándose en la red. Pero no se almacena ninguna imagen, al crear el código ésta se elimina, los pilares del proyecto son la privacidad y la seguridad”.
De todas formas, al preguntarle por las cientos de interrogantes que surgen en redes sociales, el argentino confiesa que “tenemos que trabajar mucho en la comunicación, tenemos que educar más a los usuarios en general”.
Sólo mayores de edad
En nuestro país no han estado exentos de polémicas. En 2014, el abogado Ciro Colombara junto a Guido Girardi presentaron un recurso de protección contra la firma “por obtención de datos biométricos a través del iris”, pero fue declarado inadmisible. También, un padre acusó que su hija menor de edad fue verificada por la firma, algo que -señala Mazza- “está terminalmente prohibido”.
Asegura que en todas las locaciones en que se encuentran (más de 100 en Chile) hay carteles donde se explica que es para mayores de edad. Además, “el personal que está en estos espacios de activación también tiene entrenamiento y la instrucción de no verificar a menores, para nosotros es un tema muy serio”. Sobre este caso en particular, “estamos haciendo las investigaciones y lo vemos a fondo”.
En temas regulatorios asegura que hay mucho diálogo con las autoridades para buscar los mejores mecanismos. “En Chile cumplimos con la ley de protección de datos y todas las regulaciones financieras. Hemos tenido conversaciones como siempre pasa con las nuevas tecnologías, y de nuestro lado la postura es de colaborar en cualquier pregunta que haya, educar, y esperamos que los reguladores hagan todas las preguntas que estimen convenientes”.