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La silenciosa ofensiva de Alistore, el mall chino más grande en Chile
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A las 7 de la mañana del lunes 17 de agosto de 2020, la entrada al Centro Comercial Asia Pacífico, en la comuna de Santiago, era un caos. Más de 200 personas se aglomeraron en las puertas del recinto. Todos con mascarilla, bolsas, y aguantando el frío matutino.
Era el primer día de la etapa de Transición y la concentración de personas excedió -por mucho- las exigencias de aforo. Esa misma jornada el recinto fue clausurado y se le abrió un sumario sanitario.
El “comercio chino”, como se conoce coloquialmente a las tiendas de venta minorista especializadas en productos importados desde Asia, ha tenido un aumento exponencial en los últimos años. Comenzaron en los años ‘90 en zonas específicas -como el centro, Patronato y Meiggs-, pero hoy están repartidos por gran parte de Santiago y regiones.
Y la principal cadena de este tipo de locales es Alistore, una marca chilena que ha tenido un silencioso ascenso en la industria del retail. Tienen 28 locales y para fines de 2021 operarán más de 155.000 metros cuadrados. Sus orígenes están en 2016 con la apertura de la empresa Tu Hogar, la cual, en 2020, cambió de nombre como una estrategia de consolidación en el mercado nacional.
Y tal como su competencia, en Alistore se encuentran todo tipo de productos en sus pasillos: comida, maletas, decoración, tecnología, librería y ferretería. Y a precios más bajos que el retail tradicional.
En la industria se escucha que el jugador más importante de los malls chinos está listo para ponerse los pantalones largos. ¿Pero cómo nacieron y qué han hecho para pavimentar su expansión en el competitivo mercado minorista chileno?
La retirada de la familia Bada de los supermercados Montserrat fue la clave para el ascenso de Alistore. Hace tres años el clan de origen catalán empezó a desligarse de sus activos inmobiliarios como parte de su despedida del rubro supermercadista.
Así llegaron a acuerdos con compañías como Walmart, quienes arrendaron dos locales (uno en Calera de Tango y otro en Colina). Sin embargo, desde un principio su principal aliado fue Alistore.
“Cuando Montserrat cerró sus tiendas nosotros nos acercamos a hablar con ellos para arrendar todos sus locales. La familia Bada, como casi todos los empresarios chilenos, tenían mucho temor de hacer negocios con chinos”, dice Renzo Silva, gerente general de Grupo DDI, empresa dedicada a gestión inmobiliaria y representante de Alistore. “Fue un proceso largo porque tuvimos que demostrar que la cadena era viable y con respaldo”.
Hace tres años empezaron a negociar con Inmobiliaria Santander, dueña de estos recintos. Hasta ahora están operando en 10 ex locales Montserrat.
También han ocupado espacios donde estaban SMU, matriz de Unimarc, Alvi y OK Market. Hasta ahora tienen presencia en 12 ex sucursales del holding ligado a Álvaro Saieh. Algo similar acordaron con Renta Nacional, compañía financiera vinculada a Francisco Javier Errázuriz, otrora senador por el Maule y empresario. Actualmente ocupan tres espacios de la firma.
Si bien en un principio empezaron arrendando, hoy quieren comprar terrenos. “Los dueños (de Alistore) están bancarizados, empezaron a ver de otra forma el negocio, ya que antes solo usaban efectivo. Ahora todos los locales tienen cuenta en Banco Santander”, aclara Silva.
La estructura societaria de Alistore es diferente a las cadenas de retail tradicional. Cada local tiene una persona jurídica particular, por lo que funcionan como franquicias. Sin embargo, los dueños siguen siendo los mismos.
Estos son Ben Liu y Zhifeng Zhou, dos ciudadanos chinos con amplia experiencia en el mercado minorista nacional. Ambos tienen otras líneas de negocio, como tiendas de ferretería, cotillón y ropa.
De acuerdo a cercanos, son extremadamente reservados. Nunca han dado entrevistas y acuden a reuniones con ejecutivos chilenos cuando es estrictamente necesario. Si bien hablan español, la mayoría de los que se relacionan con ellos usan traductores.
El objetivo de Liu y Zhou es transformar la imagen de los malls chinos. “La idea es tener más presencia en el mercado, ya que casi todos los malls chinos se llaman igual. Se quisieron desligar y cambiar la estrategia, el modelo y los precios”, apunta Silva, quien agrega que ambos dueños vienen llegando desde China, luego de estar unos meses con su familia.
Y, hasta ahora, la estrategia ha dado frutos. El próximo objetivo es abrir 150 mil metros cuadrados en Santiago y regiones. También han potenciado el comercio electrónico, algo que sus competidores todavía no desarrollan.
Además, ya miran al extranjero: cerraron un acuerdo con Mallplaza en Perú y tantean terreno en Bolivia, aunque todavía no hay nada seguro.
Antonio Sivori, gerente del área de Retail de Colliers International, dice que el comercio chino, en los últimos años, “ha aumentado más del doble la demanda por parte de este tipo de arrendatarios”. Y agrega: “Proyectamos que el crecimiento (de este tipo de negocios) será sobre el 10% anual”.
El experto establece que “nuestra proyección es que este tipo de arrendatarios será uno de los líderes del mercado de retail (de manera atomizada, ya que habrá varios players chinos), principalmente a través de la venta física, dado que en su mayoría no ocupa comercio electrónico”.
Por su parte, Juan Esteban Musalem, Presidente de la Cámara Chileno China de Comercio, Industria y Turismo (CHICIT), señala que “la continua expansión de las importaciones chinas se ha ido nutriendo sucesivamente con una serie de artículos menores, que constituyen la base sobre la que se ha levantado el “boom” de los malls chinos, que son tiendas minoristas administradas y gestionadas por empresarios chinos residentes en Chile”.
Y agrega: “El hecho de que sean los propios chinos quienes gestionen los artículos que provienen de su país, les genera grandes ventajas competitivas en comparación con empresarios de otras nacionalidades. Otro factor que puede mencionarse se relaciona con el carácter muchas veces familiar de este tipo de emprendimientos, en donde sobresale una fuerte unidad y disciplina en el trabajo, propias de la cultura china, que los lleva a superar la mayor parte de los obstáculos económicos que enfrentan”.