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Las reservadas conversaciones entre la CLC y la Clínica Mayo de EEUU

Las reservadas conversaciones entre la CLC y la Clínica Mayo de EEUU

Todos los directores de la clínica firmaron un NDA, las siglas que identifican un acuerdo para no divulgar información sensible. Eso, dicen fuentes del establecimiento, puede significar una sola cosa: que viene un acuerdo grande entre el centro médico chileno y una de las clínicas más prestigiosas de EEUU.

Por: Nicolás Durante | Publicado: Sábado 30 de octubre de 2021 a las 21:00
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Hay un acuerdo de confidencialidad estricto. Nadie de la Clínica Las Condes puede siquiera mencionar algo que indique un solo nombre: Mayo Clinic

El viaje a Estados Unidos que a fines de septiembre realizaron su presidente, Alejandro Gil, y el gerente general, Jerónimo García, y en el cual coincidió el abogado Sebastián Oddó, habría iniciado formalmente las conversaciones para profundizar una alianza que terminará, dice una fuente, en un joint venture entre ambas instituciones. Allí se habrían reunido con el mismísimo Gianrico Farrugia, presidente y director ejecutivo de Mayo Clinic. 

Lo que aún no está definido en su totalidad es cómo se concretará este joint venture. O a cambio de qué. Una opción es que Auguri, el family office de Cecilia Karlezi que controla la clínica, ceda una parte de sus acciones y permita que haya un director que represente a la Mayo Clinic. 

Sin embargo, esa opción, que sí estaría sobre la mesa, no es la única que se evalúa. De acuerdo a la misma página de la Mayo Clinic, el centro que tiene sus hospitales principales en Minnesota, Arizona y Florida, en Estados Unidos, además de un centro propio en Londres, utiliza distintas formas de asociaciones en otros países. 

En Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos, tienen una empresa conjunta con Abu Dhabi Health Services Company, donde invirtieron US$ 50 millones. En China han hecho otro tanto, donde tienen joint ventures con tres instituciones, pero no son parte de la propiedad. 

La otra opción es que se asocien directo con ciertos médicos o que exista una vía rápida de derivaciones de pacientes chilenos hacia Estados Unidos: tienen una red de 40 alianzas repartidas por China, México, Arabia Saudita, Corea del Sur, Singapur y los Emiratos Árabes que están certificados por la Mayo Clinic.

Pero la vía más concreta sería una asociación profunda, pero a nivel de intercambio de asesoría médica y científica. Consultado el centro de salud estadounidense, la vocera de Mayo Clinic, Sharon Theimer, dijo a DF MAS que “Clínica Las Condes es una organización independiente que recibe servicios de asesoría clínica de Mayo Clinic bajo un contrato de consultoría”. 

Además, dejó claro que, por ahora, “no se están discutiendo más acuerdos”. 

Un entendido explica que si hay un acuerdo de confidencialidad entre ambas instituciones, es porque algo grande viene y lo más seguro es que la Mayo Clinic certifique como parte de su red a CLC. Eso tendría un costo para el centro chileno de unos US$ 500 mil al año. 

Por ahora, las unidades de oncología y cardiología son las principales candidatas a firmar una alianza técnica con la Mayo Clinic. El mismo Gil lo dijo en junio en una entrevista en El Mercurio. “Estamos recibiendo la colaboración de Clínica Mayo para procedimientos oncológicos y de cardiología, es el inicio de una relación formal entre CLC y Clínica Mayo”, afirmó en esa ocasión.

Las conversaciones entre la clínica presidida por Gil y los directivos de Mayo Clinic se habrían iniciado a principios de este 2021, y algunas fuentes esperan que a fines de este año haya más certezas de por dónde decantará la sociedad. 

La Clínica Las Condes, a través de su unidad de comunicaciones, señaló a DF MAS no estar disponible para hablar sobre Mayo Clinic. 

Acreditarse

Además, a la clínica le urgía sellar una alianza de este tipo para mantener su acreditación ante la Joint Commission International Accreditation de Estados Unidos, una entidad que certifica que cumplen los estándares del país del norte, por lo que puede asociarse con centros médicos de allá.  

Fue gracias a una asociación en 2007 con la Johns Hopkins Medicine International, que lograron la primera acreditación. Luego la obtuvieron en 2010 y 2013. La alianza duró hasta 2017, y la Clínica Las Condes logró hasta ahora dos veces más la certificación internacional. Ahora quiere ir por su sexto sello de calidad, y la esperanza es hacerlo de la mano de la Clínica Mayo. 

Este podría ser uno de los puntos altos de la gestión de Alejandro Gil como presidente, tras una seguidilla de conflictos personales (como haberse inoculado una tercera dosis de la vacuna contra el Covid sin respetar el calendario del Minsal) hasta liderar bulladas peleas con Fonasa por los pagos asociados a pacientes tratados en medio de la pandemia, así como el despido del ex gerente general, Fredy Jacial, y la salida sucesiva de cerca de 50 médicos de renombre de la clínica. 

Quienes han conversado con el presidente por estos días, quien está en constantes viajes entre Chile y Estados Unidos, dicen que se le ve más calmado y confiado en sus equipos legales, tanto externos, como internos. De hecho, hace dos semanas asumió un nuevo gerente legal en la CLC. Se trata del abogado Gonzalo Morales, quien dejó la estatal Metro en noviembre del año pasado, donde fue gerente corporativo de asuntos legales por 17 años. 

Gil -quien estudió en la Escuela Naval- ha comentado en su entorno que siente que está llevando a la clínica a puerto seguro con esta alianza. Además ha destacado que durante su gestión logró levantar los números de la CLC. El centro de salud tuvo ganancias por $ 14.831 millones entre enero y junio, mientras que en el mismo periodo de 2020 perdieron $ 10.297 millones. 

Eso sí, ahí hay otro conflicto, porque los resultados que entregaron a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) a fines de septiembre, no fueron firmados por dos directores, los independientes Juan Enrique Allard y Christian Traeger, luego de que Deloitte hiciera una prevención sobre las cuentas por cobrar que figuran en los estados financieros respecto a Fonasa, con quien tiene una pugna pendiente en la justicia. El flanco aún debe resolverse.  


Juan Enrique Coeymans, el independiente que llega a conciliar el directorio

El abogado de la Universidad Católica y Master of Laws de la Universidad de Columbia, Juan Enrique Coeymans Zabala, fue uno de los últimos dos directores en ser elegido para integrar la mesa de la clínica, tras la junta extraordinaria que se realizó el pasado 19 de octubre, luego que el controlador de la clínica pidiera revocar el directorio.

Varios consultados en el mundo legal concuerdan en que Coeymans (casado, cuatro hijos, 41 años) es reconocido por tener buenas redes en el mundo empresarial de manera transversal. Su especialidad son los litigios y arbitrajes, juicios civiles, en libre competencia y en mercados regulados, aunque también tiene experiencia en materias corporativas y fusiones y adquisiciones.

Antes de abrir su propio estudio Coeymans, Edwards, Poblete & Dittborn en 2015, pasó por Carey, y por Vial y Cía.

Quienes lo conocen lo describen como metódico y sobre todo conciliador, algo que podría ser de utilidad en un directorio como el de CLC, donde la tensión en cada cita es palpable. De hecho, es Árbitro del Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio de Santiago.

En la universidad recuerdan que Coeymans participaba del grupo de teatro de la Escuela de Derecho y uno de los papeles que personificó fue el del pensador (y abogado) Tomás Moro, colaborador de Enrique VIII de Inglaterra.

Hoy sigue vinculado a la UC, pero como profesor de Derecho Económico en pregrado y como docente del Magíster en Derecho y del Diplomado en Libre Competencia.

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