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Las tensiones internas en el SII que dejó el Bono Clase Media
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Medio en broma, medio en serio, al interior del Servicio de Impuestos Internos se preguntan qué nuevo beneficio les va a tocar pagar ahora. Al temido mes de abril, que todos los años marca el peak de estrés del servicio por la Operación Renta, tuvieron que sumar desde el sábado pasado el bono de clase media anunciado por el gobierno.
Aunque entre el sábado y el miércoles se habían aprobado más de 1,6 millones de bonos, la polémica durante toda la semana estuvo por la equis en rojo que recibieron los rechazados. Ya había más de 200 mil personas que apelaron.
En el organismo repiten una y otra vez: ellos solo son la plataforma operativa, no seleccionan a quienes reciben los beneficios. Esa parte la aprobó el Congreso y las bases de datos la entregó el Gobierno.
En particular sobre la polémica generada por los rechazos a los bonos, hasta el viernes previo se estuvo trabajando en las bases de datos que habían enviado desde organismos públicos y que sumaba más de 28 millones de registros que el SII tuvo que incorporar en menos de una semana. Por eso, y hasta último minuto antes de las 17 horas del sábado aproximadamente, seguían ajustando detalles de la plataforma.
A diferencia del bono clase media de agosto del año pasado, la plataforma no se ralentizó en ningún momento, porque alojaron los servidores de la nube contratados a Amazon y Microsoft. Eso hizo, por ejemplo, que no se repitieran las eternas filas afuera de las oficinas del año pasado de gente preguntando por su bono.
Además, para evitar que se repitieran los 437 mil casos de subdeclaración de ingresos que se detectaron para obtener el primer bono, esta vez se usaron bases de datos gigantescas para cruzar cifras, en vez de una declaración jurada.
Marcos González, presidente de la Asociación Nacional de Funcionarios del SII, lo dice así: “Nuestra gente está agotada, está cansada".
Tensa relación
El ambiente al interior del SII, dirigido en su segundo mandato por Fernando Barraza, y los funcionarios, no es el mejor. Una dirección y sus respectivas subdirecciones sobreexigidas y funcionarios haciendo teletrabajo y armando procesos ajenos a la labor tradicional en muy poco tiempo y todo con el mismo presupuesto, marca la tónica de los últimos 13 meses desde que partió la pandemia oficialmente en Chile.
La lista de tareas nuevas que el SII ha debido realizar es extensa, pero se podría intentar resumir en: implementar la boleta electrónica, nuevos regímenes para las pymes de la última modernización tributaria, la tributación del segundo retiro del 10%, préstamos solidarios a personas y pymes, IVA a los servicios digitales, la postergación del pago de contribuciones, devoluciones de IVA anticipados, y el bono para trabajadores independientes del año pasado.
Marcos González, presidente de la Asociación Nacional de Funcionarios del SII, lo dice así: “Nuestra gente está agotada, está cansada. Entendemos que somos una institución altamente digitalizada y capaz de hacer procesos para millones de chilenos. Pero no somos una institución creada, pensada ni organizada para repartir beneficios sociales”.
En el SII recuerdan también que siempre se pensó que iban a ayudar a otros organismos en medio de la pandemia. Como por ejemplo lo que hicieron con Carabineros y la Comisaría Virtual, donde el organismo tributario ayudó con la informática y bases de datos, pero la operación es de la policía uniformada.
Además, esto ha obligado que las labores de fiscalización típicas del SII, se hayan redestinado a la implementación y seguimientos de estos beneficios sociales.
Esto, además, podría repercutir en un daño de imagen del Servicio. Muchas de las personas que desde el año pasado empezaron a interactuar con el SII fue primera vez que lo hacían, y su primera experiencia fue negativa. “Creemos que cuando luego vayamos a fiscalizar la elusión, porque en esta pandemia mucha gente ha eludido impuestos, vamos a recibir la ira de la ciudadanía siendo que nosotros no teníamos nada que ver con los bonos. ¿Cómo nos van a recibir? Si ya la imagen estaba deteriorada por los perdonazos a las platas políticas, ahora va a ser peor”, explica González.
Sin embargo, y en algo que concuerdan tanto los funcionarios como la dirección, es que no había otra institución que pudiera realizar un proceso tan complejo como identificar y emitir vales de pago a tantos millones de personas en poco tiempo. En varias reuniones y correos internos, Barraza mismo ha alentado a los equipos a no bajar los brazos. Él y toda la plana mayor del servicio saben que los trabajadores están cansados, pero “somos servidores públicos, y la gente espera que lo hagamos bien en momentos de más necesidad”, se le ha escuchado en más de una reunión al director, además de correos internos que ha enviado.
Porque además de tener más trabajo, han tenido que hacerlo contra el tiempo. Si normalmente un desarrollo toma entre 3 y 6 meses, ahora han debido levantar sistemas completamente desde cero en semanas. A eso se suma que no pueden contratar gente, ni subir de rango al personal ni reemplazar a los que se han jubilado. Tampoco hay horas extras. Todo, producto del decreto de Hacienda de austeridad fiscal que rige desde el año pasado.
Según cálculos de González, hay unos 150 trabajadores que no se han podido reemplazar, entre licencias médicas y jubilados durante el último año. El presupuesto se ajustó tanto que tuvieron que cerrar el Centro de Formación e Investigación Tributaria inaugurado en 2017.
Este agotamiento del personal ha hecho que varias propuestas de declaraciones de renta hayan salido con retrasos o con algunas inconsistencias. “Eso nunca había pasado antes”, dice González. “Eso demuestra que ha habido mucha improvisación y sobrecarga”, apunta.
Hace dos semanas se reunieron con el subsecretario de Hacienda, Alejandro Weber, para pedirle que eximiera al SII de la circular que prohíbe el ascenso de grados y aumento del personal. Hasta la fecha, dice González, no han recibido respuesta.
Sube el tono
Ahora, los funcionarios podrían pasar a la ofensiva. Y eso preocupa en la dirección del Servicio y en el corazón del gobierno. Un paro del SII podría ser catastrófico en medio de la Operación Renta y el Bono Clase Media.
Desde el miércoles empezaron a verse carteles colgados que decían: “Disculpe las molestias. Hacemos nuestro mayor esfuerzo por apoyar a nuestros compatriotas en estos momentos tan difíciles. Pero solo al Gobierno y a Fernando Barraza, director SII, se les ocurre entregar Bono Clase Media y hacer la Operación Renta al mismo tiempo”. A renglón seguido, apuntan el correo electrónico de Barraza para que la gente “envíe sus reclamos”.
En agosto de este año se cumple el segundo mandato de Barraza en el SII. El gobierno podría prorrogar la vigencia del cargo por un periodo más y quedarse hasta el siguiente gobierno. La decisión todavía no está tomada, pero varios consultados concuerdan en que la gestión de Barraza, con bemoles, ha sido buena, y cambiar al director del organismo que tomó tanto protagonismo en medio de la pandemia, no parece viable.