Por dentro
Los empresarios que pusieron fichas al negocio del cannabis en Chile (y los que miran con interés)
-
Cuéntale a tus contactos
-
Recomiéndalo en tu red profesional
-
Cuéntale a todos
-
Cuéntale a tus amigos
-
envíalo por email
En diciembre, un mes después de su primera plantación de 4 hectáreas de cáñamo sin cannabinoides -que se usa para granos y fibra- en la zona de Villa Alegre, región del Maule, los socios de la empresa Diamond Hemp Felipe Varas, Sebastián Cuadra e Ignacio Cueto Délano invitaron al campo a los fundadores de la compañía del mismo rubro MA Botanics, Matías Landerer y Rodrigo Buzeta.
A la visita llegaron también los hermanos Rodrigo y Víctor Pucci Del Río. Y rato después aterrizó en su helicóptero el presidente de Latam, Ignacio Cueto Plaza. El objetivo del encuentro era ver en terreno las instalaciones y plantaciones, con el fin de trabajar juntos.
A excepción de Cueto Délano -que entró a la empresa a mediados del año pasado- los socios de Diamond Hemp y MA Botanics trabajan en el negocio del cannabis desde hace unos cinco años. En noviembre de 2020 Diamond hizo su primera siembra y en marzo de este año, hizo lo propio la otra firma en Pelarco con 6 mil plantas con flores (altas en CBD).
Por esos días de diciembre conversaban con Víctor Pucci -hijo de Carolina Del Río, del grupo Derco- la posibilidad de armar un fondo para financiar la construcción de un laboratorio en conjunto dedicado a la elaboración de CBD. Pero el socio de la oficina de activos alternativos Kapin Capital, quien había estado analizando el negocio durante un año -atraído principalmente por el valor de mercado de los principios activos (API) del cannabis en el mundo- finalmente desistió.
“Hicimos los análisis de costos del proceso productivo; viajamos a EEUU y Colombia a reunirnos con productores, pero nos dimos cuenta de que el riesgo regulatorio que hay es muy complejo, así que preferimos no entrar”, explica Pucci.
Convocados por MA Botanics, el grupo -sin Pucci- viajó en marzo a Denver. Durante 10 días participaron en la feria de cannabis Noco Hemp Expo y sostuvieron reuniones con cinco laboratorios.
Sin embargo, a mediados de este mes, ambas empresas optaron por continuar con sus caminos separados. Habría aparecido un nuevo potencial socio para Diamond Hemp: Nicholas Davis, presidente de EuroAmerica.
En marzo viajaron a una feria de cannabis en Denver los socios de MA Botanics y Diamond Hemp: Rodrigo Buzeta, Sebastián Cuadra, Matías Landerer, Felipe Varas e Ignacio Cueto (adelante).
Nace el gremio
En marzo se constituyó la Asociación Chilena de Cáñamo Industrial (ACCI), que agrupa a cinco empresas de cannabis.
“Tenemos la misión de educar para que se desarrolle esta industria. Esto depende mucho de la política, y acá tenemos un trabajo grande para explicar que esto no es lo mismo que producir marihuana”, explica Varas, quien antes de formar Diamond Hemp se asoció con el gigante canadiense Canopy Growth, que cerró sus operaciones en la región el año pasado para enfocarse en el desarrollo de cannabis recreativo en EEUU y Canadá.
La firma más antigua del rubro en Chile es Agrofuturo, liderada por Álvaro Gómez, que se inició en el negocio en 2003 en la ciudad de Los Ángeles y actualmente comercializa semillas de cáñamo industrial. Otro importante actor que integra la ACCI es Alan Nudman -ligado a Jacques Ergas-, quien con su hermano Ariel fundó Alef Biotecnology con el fin de generar materia prima de derivados de cannabis para la industria farmacéutica.
La empresa fue comprada en 2018 por la canadiense Tilray, y Ariel ejerció durante dos años omo gerente general de la multinacional para Latinoamérica, hasta que la compañía se fusionó en mayo con Aphira -ambas empresas abiertas en bolsa- para construir la mayor empresa de cannabis del mundo.
Nudman, ahora fuera de la compañía, comenta: “Hay muchos emprendimientos entretenidos; la industria ya está formada, con empresas abiertas, reguladas, funcionando conforme a la ley, generando productos de calidad para cada industria”. Y agrega que está analizando distintas posibilidades de negocio donde entrar relacionadas al cannabis.
Patagonia Farms, liderada por Nicolás Lyng, también forma parte del gremio. Se define como un emprendimiento farmacéutico de extracción y destilación de CBD a partir de la planta de cáñamo. La empresa planea cultivar 3 hectáreas en una primera etapa y acaba de recibir la aprobación del ISP para la producción de activos farmacéuticos.
“Esto constituye un hito a nivel nacional, al ser el primer laboratorio API aprobado en la historia de Chile”, dice Lyng. Para llevarlo a cabo está levantando capital, principalmente con fondos extranjeros, para la construcción del laboratorio para la producción de CBD con grado farmacéutico para abastecer el mercado internacional.
Los otros miembros de la ACCI son Diamond Hemp, MA Botanics y el emprendedor y académico de la UC Gabriel Gurovich.
Superalimentos
Por estos días Ignacio Cueto Délano -quien a su vez tiene un startup de algas- recorre Berlín. Junto a sus socios de Diamond Hemp, participa en una feria de cannabis, para exportar ideas al emprendimiento que inician en Chile.
En tanto, su padre, pese al entusiasmo que le habría generado este negocio –hubo reuniones en su casa y su oficina, y visitó las plantaciones de la empresa- no se hizo parte. En su círculo cercano enfatizan que Cueto Plaza no participa en la gestión y que tampoco ha invertido en el sector. “El único interés que tiene es que su hijo tenga éxito en esto”, agrega la misma persona.
Cueto, a su vez le contó del negocio a su amigo Nicholas Davis y lo entusiasmó con la idea de invertir. El dueño del hotel Alaia de Punta de Lobos estaría analizando poner fichas ahí principalmente por una motivación medioambiental. Davis está en una cruzada por invertir en negocios sustentables, y en esa línea la posibilidad de utilizar las semillas y fibras de cáñamo para reemplazar plástico, o elaborar superalimentos, le haría sentido, de la misma forma como es la agricultura regenerativa o la ganadería.
Por eso, insisten en su entorno, está recién mirando el sector, y analizando los riesgos y los prejuicios que existen en esta área. Y aclaran “todo lo que se ha conversado va en base a temas de materia prima del cañamo. No pretende entrar al THC” (ver glosario).
Diamond Hemp, de hecho, tiene actualmente permiso del ISP para operar solo con granos y fibra. Aunque esa es solo la primera etapa. Los socios solicitaron al ISP la licencia de cannabis medicinal y presentaron los planos para la construcción de un laboratorio para trabajar con cannabinoides. Con esa aprobación planean empezar la construcción en 2022. Y en una tercera etapa pretenden solicitar licencia para THC.
MA Botanics, en tanto, está más avanzada, y ya tiene aprobado por cinco años el cultivo de cáñamo. “Somos los únicos que estamos autorizados para producir flores con CBD”, dice Landerer. Ahora están a la espera de la aprobación final para la construcción de un laboratorio para fabricar el principio activo, el que financiarán con una ronda de capital.
El proyecto de esta compañía tiene un foco de I+D, con una primera etapa de investigación -de la mano de UC Davis, U. de Concepción, la Fundación Ciencia y Vida y el Laboratorio Pasteur- para desarrollar genética y posterior clonación de plantas, con el fin de escalar la producción agrícola y desarrollar productos farmacéuticos.
Al mismo tiempo en Uruguay, uno de los países que ya exporta cannabis a Europa, invirtieron US$ 3 millones en un invernadero tecnificado de 7.800 m2. Allí, a través de una alianza con Netcann, producen al Estado tres toneladas de flores de cannabis al año.
En la propiedad de MA Botanics, además de Landerer, Buzeta y Raimundo Silva, participan el empresario Bob Borowicz -representante de Toyotomi- y el socio de Lotus, Maximiliano Del Río.
"En Pelarco, MA Botanics tiene 6 mil plantas de cáñamo con flores".
Cáñamo industrial, la apuesta de Guilisasti
Dice que aún está en una etapa preliminar. Pero Ignacio Guilisasti, subgerente de estrategia de la exportadora de fruta orgánica Greenvic (encabezada por su padre, Pablo Guilisasti Gana), ya decidió que quiere entrar al sector. Junto a sus socios en Greenvic Alfredo Dell’ Oro y los suecos Alexander y Víctor Larsson, pretende producir hemp industrial para dar soluciones a distintos sectores productivos a futuro con materiales que van desde bioplástico hasta cartones y concreto.
Para eso, está por cerrar una alianza con una compañía estadounidense -cuyo nombre prefiere mantener en reserva- que a su vez ha ido comprando distintas compañías ligadas al cannabis y las ha ido integrando: desde campos, productores de semillas y facturación de productos para industrias.
“Estamos empezando a constituir una empresa en Chile con ellos con el fin de replicar el modelo de negocios que tienen”, explica. Para partir plantarán dos campos en la región Metropolitana y O’Higgins, con la genética de los socios. Y si esta funciona en Chile, la idea es escalarla para producir cáñamo industrial. No quieren meterse en el CBD -que se asocia al cannabis medicinal-, explica. Sin embargo, por tratarse de la misma planta, deberán someterse al proceso y exigencias en seguridad de la autoridad sanitaria y que involucra al SAG, ISP, y el Ministerio del Interior a través de la PDI.
Jorge Lesser: alianzas estratégicas
El ex socio de Varas en Cannagrow -la firma que adquirió Canopy Growth-, Tomás Smits, está trabajando en un nuevo emprendimiento ligado a la cannabis. Entre sus socios están el director de empresas Jorge Lesser y el ex presidente de Alef Biotechnology Roberto Roizman.
El foco: cultivo, extracción de API y distribución de productos terminados de parafernalia como pipas, bong, y papelillos. Para este último están negociando un acuerdo con una empresa estadounidense para importar y distribuir los productos en Chile. A diferencia de sus competidores, entrarán al mercado a través de alianzas estratégicas y no por la operación directa.
Lesser cuenta que su interés viene por “el conocimiento internacional y asociación estratégica que tenemos en Canadá con empresas conocedoras del negocio y mi experiencia en el sector forestal por muchos años”.
Los países que llevan la delantera en el mercado de cannabis en el mundo son EE.UU., Canadá, Suiza, Alemania, Francia y China.
En tanto, en Chile, pese a que los involucrados tienen negocios independientes, todos se conocen y saben quiénes están en el rubro. Es una industria nueva, y cada persona que pone fichas, investiga quién será su eventual socio. O su competencia.
GLOSARIO, según el ISP
• Cannabis: sumidades, floridas o con fruto, de la planta de cannabis (a excepción de las semillas y las hojas no unidas a las sumidades) de las cuales no se ha extraído la resina. También se conocen como inflorescencias, cogollo, marihuana. Corresponde a un estupefaciente.
• Cáñamo Industrial o Hemp: variedad de la planta de cannabis que desarrolla bajos niveles de THC (<0,2%).
• Cannabinoides: sustancias químicas de la planta de cannabis o de origen sintético con estructuras similares, capaces de unirse con los receptores cannabinoides del cerebro. Los más estudiados son el THC y el CBD.
• Tetrahidrocannabinol (THC): cannabinoide psicotrópico.
• Cannabidiol (CBD): cannabinoide psicoactivo no estupefaciente que posee propiedades terapéuticas.
LO QUE DICE LA NORMATIVA
• La normativa sanitaria vigente establece dos finalidades para el uso de materias primas derivadas de cannabis: fabricación de productos farmacéuticos y la realización de investigación científica.
• La importación y/o exportación de cannabis está prohibida en el territorio nacional.
• Las materias primas activas constituidas por drogas naturales o sintéticas a granel, pueden ser importadas y/o exportadas, siempre y cuando contengan menos de o,2% de THC.
• Los productos cosméticos no pueden contener como ingrediente THC.
• El ISP evaluará la solicitud de registro sanitario de un producto cosmético que contenga CBD, siempre y cuando el solicitante acredite, a través de estudios concluyentes, que la formulación del producto impide la absorción del CBD y el consecuente paso al torrente sanguíneo.