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No sólo en minería: la cautelosa expansión del grupo Luksic en Perú
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No sólo en minería está presente el grupo Luksic en Perú. Aunque el clan de origen croata hizo noticia hace una semana al adquirir el 19% de la propiedad de la mayor minera peruana -Buenaventura-, lo cierto es que desarrolla una intensa aunque silenciosa actividad empresarial en el país andino desde hace tres décadas, con foco en el sector manufacturero con Nexans, portuario con Saam y transporte marítimo con Hapag Lloyd.
Incluso en aquellos negocios en que no está, planea estar o busca oportunidades, como es el caso de la cadena de combustibles Enex, firma en la que dicen “estar permanentemente explorando el mercado fuera de Chile, aunque no hay nada concreto en Perú en estos momentos”.
Además, CCU opera indirectamente en Perú: es propietaria del 40% de la sociedad dueña de Bodegas San Isidro y la marca de pisco Barsol, que exporta a Chile desde el país andino.
Esta incursión ha requerido más sigilo del usual porque a través de Barsol, el grupo Luksic quería desarrollar el pisco a nivel global -tal como México internacionalizó el tequila- pero la incursión se convirtió en un dolor de cabeza: en Perú vieron con malos ojos que una firma chilena potenciara el pisco, con el argumento de que era un licor peruano. Aunque intentaron vender Barsol -el mandato lo tenía Credicorp- el proceso no fue exitoso y siguen con esta apuesta.
Esta incursión ha requerido más sigilo del usual porque a través de Barsol, el grupo Luksic quería desarrollar el pisco a nivel global -tal como México internacionalizó el tequila- pero la incursión se convirtió en un dolor de cabeza: en Perú vieron con malos ojos que una firma chilena potenciara el pisco, con el argumento de que era un licor peruano. Aunque intentaron vender Barsol -el mandato lo tenía Credicorp- el proceso no fue exitoso y siguen con esta apuesta.
La cautela del conglomerado empresarial tiene su historia. Exejecutivos del grupo hacen ver la historia “traumática” que tienen con Perú, en especial en la rama industrial. Y es que a fines de los ‘90, intentaron construir y operar una fábrica de fideos de Lucchetti en el distrito Chorrillos en el sur de Lima, con problemas legales y políticos que desembocaron en la salida del país andino y luego la venta de Lucchetti en Chile.
Nexans, Saam y Hapag
Un negocio que crece en Perú es el de los cables de cobre para electricidad, telecomunicaciones, construcción y servicios. Y ahí está el grupo Luksic desde hace mucho, con Indeco. El clan croata adquirió esta firma en 1998, aunque ahora la maneja Nexans, con quien el conglomerado se unió en 2007, siendo hoy su mayor accionista, con el 19,2%. La firma peruana de cables exporta desde ahí a la región -Colombia, Ecuador y Chile, por cierto- con crecimientos de dos dígitos en los envíos, contaron ejecutivos del grupo.
Pero más allá de lo que venden al exterior, Indeco by Nexans es el principal actor en un negocio eminentemente peruano: la autoconstrucción. La Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios del Perú ha advertido que ocho de cada 10 viviendas habitacionales que se levantan en el país andino se gestan por esta vía. Y ahí la firma controlada por los Luksic tiene más de la mitad del mercado de los cables que se usan para electrificar los inmuebles.
Pero no sólo en tierra el clan de nombre croata genera ganancias en el vecino país. También en el mar.
Saam, la filial de servicios de transporte de Quiñenco, está hace prácticamente tres años en el vecino país con SAAM Towage Perú y creciendo: adquirió el 100% de la sociedad Ian Taylor Perú, incluido su negocio de remolcadores, en 2022. En total, opera en nueve puertos y cuenta con 11 remolcadores.
Uno de los hitos del año fue que la firma atendió al buque de mayor tamaño en llegar a la costa oeste de Sudamérica: el Alexander Von Humboldt de la naviera francesa CMA CGM, que conecta Asia con Sudamérica y que recaló en el puerto de Callao.
La nave cuenta con 396 metros de largo, 53,6 metros de ancho y una capacidad de 16.590 TEU. Por su tamaño, la embarcación requirió ser atendida por tres remolcadores de SAAM Towage Perú.
Siguiendo en la costa, Hapag Lloyd -la naviera alemana en la que CSAV tiene el 30%- tiene actividad inmemorial en Perú y la está potenciando, incluso mirando a Chile.
Y es que Hapag agregó a mediados de año un nuevo servicio de cabotaje a lo largo de la costa oeste de Sudamérica -bautizado WCSA- que conecta Perú con el norte de Chile. La nueva ruta hace un bucle entre los puertos de Callao, Iquique, Angamos, Arica y nuevamente Callao.
Minería y Rockefeller
La misma firma con que la familia Rockefeller -sí, la misma del mítico edificio Rockefeller Center en Nueva York- consolidó su fortuna hace un siglo es la que utiliza el grupo Luksic para explorar en Perú: Anaconda.
La compañía que en Chile fue dueña de Chuquicamata y El Salvador, hoy de Codelco, era -dicen conocedores del sector- la sociedad más querida por el artífice del clan de origen croata, el empresario minero Andrónico Luksic Abaroa, padre de Jean- Paul, Andrónico, el fallecido Guillermo, Paola y Gabriela Luksic, que la adquirió tras la nacionalización del cobre en los años ‘70.
Anaconda, de hecho, fue la antecesora de Antofagasta Minerals, sus oficinas estaban a la salida del Metro U. de Chile, en Ahumada 11, y es desde hace dos décadas el vehículo por el cual el conglomerado busca cobre en el país andino.
Según exejecutivos del grupo, a fines de la década del ‘90 y primeros años del 2000, el brazo minero del grupo Luksic a través de esta sociedad intentó entrar a Perú, pero estalló el caso Lucchetti en la vecina nación y las tentativas quedaron en nada.
Se retomaron 10 años después. En 2012, Minera Anaconda Perú logró una treintena de concesiones mineras del Ministerio de Energía y Minas del vecino país en la zona de Cháparra, Arequipa. Entonces su representante legal era el geólogo español Alfredo García Gonzalez, quien también se desempeñó durante nueve años como gerente de exploraciones de Antofagasta Minerals en Sudamérica.
Anaconda Perú fue, poco a poco, adquiriendo más propiedad minera y, de hecho, ya tiene un proyecto en la zona de Arequipa: Oasis. Según el catastro de inversiones mineras del gobierno peruano, la iniciativa demanda US$ 9 millones para la exploración greenfield (es decir, desde cero) de cobre en la provincia de Caraveli, en el norte de Arequipa.
Hoy la operación de Perú está a cargo del gerente de exploraciones de Antofagasta Minerals, Sergio Giglio Mestre, un geólogo de la U. de Chile que lleva casi 18 años en el grupo y que ha estado buscando yacimientos de cobre en Australia, Estados Unidos, Ecuador, Argentina y, por supuesto, en Perú.
Cómo se gestó la compra de Buenaventura
Fue, según el grupo Luksic, una compra de oportunidad. Minas Buenaventura es la mayor empresa peruana de metales preciosos y básicos, cotiza en bolsa en Lima y también está listada en Nueva York, y es uno de los principales dueños de derechos mineros en Perú. Tiene seis proyectos -tres de ellos de cobre- en Piura, Cajamarca y Apurímac. Por eso, tras un acucioso análisis de las sinergias con la estrategia del grupo, en Londres el board de Antofagasta PLC, controlador de Antofagasta Minerals, decidió comprar acciones por el 19% de la propiedad, lo cual fue anunciado el pasado 15 de diciembre.
Aunque el monto de la transacción no fue hecho público, hasta el día anterior al anuncio la minera peruana se valorizaba en US$ 2.759 millones, por lo que una compra de esa participación supondría unos US$ 525 millones.
En todo caso, tras la operación, Buenaventura -y la Bolsa de Lima en general- viven un rally que ha llevado a esta compañía minera a subir su valor de mercado a US$ 4.096 millones.
Una vez que Buenaventura conoció el interés de Antofagasta PLC, las partes iniciaron conversaciones. Roque Benavides, presidente ejecutivo de la compañía peruana, admitió a DFSUD que la operación los tomó por sorpresa y que “he hablado con Jean-Paul (Luksic). Seguro en marzo definiremos su participación”, señaló.