Por dentro
Un recorrido por el palacio donde se escribirá la Constitución
-
Cuéntale a tus contactos
-
Recomiéndalo en tu red profesional
-
Cuéntale a todos
-
Cuéntale a tus amigos
-
envíalo por email
Jueves 13 de mayo, la comuna de Santiago pasa a fase 2 después de más de 50 días en cuarentena. Una pareja espera cruzar la calle en la esquina de Huérfanos con San Martín, y comentan: “Aquí se va a hacer la Constitución”. Frente a ellos el Palacio Pereira, recién restaurado, se apronta para recibir a los 155 constituyentes que serán electos este fin de semana.
El edificio pronto cumplirá 150 años desde su diseño y construcción en 1872 por encargo de Luis Pereira al prestigioso arquitecto francés Lucien Hénault, responsable también del ex Congreso Nacional y de la Casa Central de la Universidad de Chile. Luego de ser residencia de la familia Pereira por varias generaciones, fue vendida al Arzobispado de Santiago, más adelante arrendada al Ministerio de Educación y sede del Liceo 3 de Niñas y después del Liceo 26.
Ya en evidente mal estado, pasó a albergar a distintas federaciones estudiantiles, incluido el Frente de Estudiantes Revolucionarios, brazo del MIR. En 1974 fue declarado Monumento Nacional y en 1981 lo adquirió la Inmobiliaria Maullín, propiedad de Raúl del Río. Desde entonces hubo 20 proyectos posibles a realizarse en el lugar, que en el intertanto siguió deteriorándose. Incluso en 2009 se aprobó un anteproyecto que contemplaba conservar sólo la fachada y construir una torre de 23 pisos en el sitio.
El resumen de más de un siglo, lo realiza el subsecretario del Patrimonio Cultural, Emilio de la Cerda (42), en la entrada del edificio. Su propia historia profesional cumple diez años de vínculo con el Palacio, donde, además, desde enero funciona su oficina.
En 2011, cuando el Estado adquirió el inmueble y abrió a un concurso público para restaurarlo, el arquitecto era Secretario Ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales, y le tocó conocer el proceso de reconstrucción que entonces encabezó la Dibam, hoy Servicio Nacional del Patrimonio Cultural.
En un tour por las instalaciones, De la Cerda entremezcla sus conocimientos de historia patrimonial y los alcances arquitectónicos de la obra de restauración que realizaron Cecilia Puga, Alberto Moletto y Paula Velasco. Muestra fotos del 2012 que delatan el trágico estado en que estaba el edificio, del cual el piso de mármol, entre otras piezas valiosas, habían desaparecido hace décadas.
El subsecretario destaca además que las bases del concurso de arquitectura del Palacio Pereira sentaron un precedente de calidad en cuanto a su compromiso con los criterios de intervención patrimonial.
Recién entregado el inmueble, donde actualmente están las oficinas de la ministra de Cultura, Consuelo Valdés, la subsecretaría del Patrimonio Cultural y el propio Servicio de Patrimonio Cultural, se dio a conocer que será también el espacio que albergue a la Convención Constituyente durante aproximadamente un año: 9 meses de plazo más posibilidad de prórroga de tres meses.
A través de un convenio entre la Secretaría General de la Presidencia y el Ministerio de las Culturas, se acordó que dos tercios del edificio –unos 4.000 metros de los 6.400 construidos- serán facilitados como lugar de trabajo para los contituyentes y sus asesores. Siendo las dependencias del ex Congreso Nacional, ubicado a pocos metros, donde se realicen sus sesiones plenarias. Considerando el aplazamiento de las elecciones por razones sanitarias, la Convención debiese estar funcionando en el Palacio Pereira a partir de las últimas semanas de junio.
El subsecretario comienza el recorrido, junto a DF MAS, en el acceso de Huérfanos. El programa contempla un primer nivel, en la zona restaurada del edificio, abierto al público, donde funciona una cafetería, una biblioteca que operará Bibliometro, una sala de exposiciones donde pronto se inaugurará una muestra sobre la historia constitucional de nuestro país, curada por el Museo Histórico Nacional. Además hay un Centro de Documentación y un depósito de arqueología y paleontología.
En el subsuelo del edificio se accede a un moderno auditorio con capacidad para 100 personas, que de acuerdo a lo convenido también podrá ser utilizado por los miembros de la Convención Constituyente durante los próximos meses. En una esquina del primer piso, junto al patio principal, se instaló también una Comisaría de Carabineros, que tendrá como misión custodiar la seguridad del edificio mientras ahí opere la convención.
Las plantas de oficinas y salas de reuniones del tercer y cuarto piso, de construcción contemporánea y contempladas originalmente para el Consejo de Monumentos Nacionales, además de la terraza y el casino, serán de uso exclusivo de los constituyentes. Mesones de trabajo, salas de reuniones y espacios comunes, se encuentran listos y dispuestos para recibir las conversaciones y definiciones constitucionales que darán forma a una nueva carta magna. Los constituyentes además podrán utilizar, según disponibilidad, los salones de reuniones del ministerio, dado que estos espacios tienen uso acotado en el día a día.
“Nos gusta pensar en el uso compartido de este espacio entre el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, la Convención Constituyente y la ciudadanía. Estamos muy conscientes de lo relevante que es que Constitución se piense en un espacio relacionado con la cultura, y por eso también hemos flexibilizado las alternativas para todos”, afirma De la Cerda mientras muestra la sala de reuniones donde destaca una inmensa mesa de madera de coihue traída desde el río Puelo y una bóveda con serigrafía inspirada en un diseño textil del arquitecto inglés William Morris.
Mobiliario contemporáneo que comparte espacio con banquetas de la Recoleta Domínica y escritorios de la Biblioteca Nacional. En la misma línea, la ministra Valdés, realza el carácter simbólico de que el Palacio Pereira sea el lugar de trabajo de la próxima Convención Constituyente: “En este espacio ciudadano, van a estar dialogando lo arquitectónico y patrimonial con el trabajo de las y los constituyentes que tendrán la misión de redactar la nueva hoja de ruta de la nación”.