Gonzalo Vial Vial (88 años), el fundador en 1955 de la gigante agroindustrial Agrosuper -a partir de una granja familiar ubicada en Algarrobal, Doñihue-, había invitado varias veces a su hijo Gonzalo Vial Concha (61 años) a integrarse al directorio de la compañía. Pero éste nunca había accedido.

Sólo hace décadas, en su juventud, había formado parte del staff ejecutivo de la firma, por un breve período, en una gerencia de Producción Animal. Pero luego decidió un rumbo propio en materia empresarial, con negocios independientes a Agrosuper. Y no volvió. 
 

Eso hasta hace una semana, cuando el jueves 26 de octubre se selló su incorporación al directorio, en reemplazo del abogado Fernando Barros Tocornal, en un recambio que también alcanzó a AquaChile, el negocio salmonero que es parte del grupo. 

Se cumplía así el anhelo del patriarca fundador de este conglomerado, de integrar a sus cuatro hijos a la firma, los que a través de una estructura de sociedades -Promotora Doñihue e Inversiones VC Limitada- son los accionistas, en partes iguales. 

Se concretaba además el diseño hecho para el gobierno corporativo de Agrosuper, que había quedado bosquejado en abril de 2020. En esa oportunidad, en Promotora Doñihue, que es la controladora de Agrosuper, con el 98,48% de la propiedad, se fijaron las normas de sucesión de este grupo, que siguen vigentes. Y en esa misma oportunidad, en abril 2020, se había sumado la siguiente generación al directorio de Agrosuper, a excepción del único hijo hombre del fundador.

“Uno de los anhelos de don Gonzalo fue que sus hijos, accionistas controladores de la empresa, se involucraran personal y activamente en la dirección de la compañía, lo que se fue cumpliendo con su incorporación al directorio, según se fueron dando las condiciones, y hoy ello se ha podido concretar con la incorporación de su hijo Gonzalo al mismo”, dice Fernando Barros a DF MAS. 

El abogado recordó que hace casi 13 años fue don Gonzalo Vial quien lo había invitado a colaborar en una nueva etapa que había decidido iniciar, de profesionalizar la dirección superior de la empresa, dotándola “de un directorio que le diera un gobierno corporativo colectivo profesional y una gobernanza moderna, de forma que la empresa pudiera contar con una dirección robusta y con el estándar necesario para enfrentar los desafíos de los tiempos que se vivirían”.

Así, en diciembre de 2010, se inició el trabajo encomendado, “proceso en el que trabajamos codo a codo con el equipo ejecutivo de la compañía para asegurar las condiciones necesarias para que una empresa familiar, con la visionaria guía de su fundador, pasara a ser dirigida por un directorio con los más altos estándares corporativos”, añadió. Ahora, “queda concluida esta etapa y la misión que me encomendara”, señala el abogado.

¿Qué impulsó este cambio ahora? La coincidencia de factores, como no había ocurrido en el pasado reciente, concuerdan varias personas cercanas a Agrosuper. Por un lado, la etapa por la que transita el grupo Graneles, este último el negocio independiente de Vial Concha, que pese al complejo momento económico de Chile y el mundo, está con buenos resultados. Y, por otro lado, el curso natural de la edad del fundador de Agrosuper. 

Con el ingreso de Vial Concha a Agrosuper, la mesa de la gigante agroindustrial tuvo un sutil, pero no por ello poco importante cambio. Sus fuerzas quedaron equilibradas: cinco integrantes de la familia y cinco externos.

Por la familia controladora, el patriarca Gonzalo Vial Vial (presidente), tres de sus hijos y un yerno. Sus dos hijas María del Pilar y María José Vial Concha, Gonzalo Vial Concha, y Andrés Vial Sánchez, el cónyuge de María Cristina Vial Concha. A ellos se suman los independientes José Guzmán Vial -agrónomo e histórico gerente general de la firma, y hoy en la vicepresidencia, con un rol ejecutivo-, y Canio Corbo Lioi, Antonio Tuset, Juan Claro y Verónica Edwards.

Con todo, por normativa, al salir un director en una reunión extraordinaria como ocurrió en este caso, en la siguiente junta de accionistas se deberá renovar el directorio completo, lo que probablemente ocurrirá en abril próximo, aunque no se prevé la salida del fundador de la presidencia. 

La integración de Gonzalo Vial Concha a Agrosuper ocasionó también un cambio no menor en Graneles, pues a nivel de directorio de este grupo inversor -Graneles del Sur, como matriz- también se gatillaron cambios la semana pasada.

Gonzalo Vial Concha renunció a esa mesa y en su reemplazo asumió uno de sus hijos, Sergio Vial Lira, quien pasó a integrar un directorio ya compuesto por el abogado Luis Hermosilla; Nicolás Larraín y Tomás Hurtado, estos dos últimos por la firma CHL Capital; y un quinto integrante -de común acuerdo-, Fernando Pacheco.

Vial Lira ya lleva años trabajando en Graneles. Agrónomo de profesión, se desempeñaba hasta ahora como parte del equipo de trading de commodities, que es precisamente una de las áreas centrales, el corazón de Graneles, que se dedica a la comercialización de granos, oleaginosas e ingredientes para la industria de alimentos y alimentación animal, con negocios conexos: Merco (logística de almacenaje y transporte), Vitra (fertilizantes), y el 40% de Puerto Panul (en San Antonio). 

Con diferentes énfasis, diversas personas que conocen estos recambios indican que Vial Concha siempre tuvo claro que el día que se integrara a Agrosuper, quería dejar la mesa de Graneles para evitar un conflicto de interés, en tanto Graneles es proveedor de Agrosuper. Otras matizan y dicen que se trató de “prudencia”. 

Como sea, el presente de Graneles es mucho más próspero que hace tan sólo dos años atrás, cuando en 2021 enfrentó un bullado litigio que lideró Banco Santander por una deuda de US$ 290 millones de Graneles. Dicho impasse derivó en aquella ocasión en medidas prejudiciales en los tribunales civiles. Pero luego ese desacuerdo se resolvió con una fórmula en la que un rol gravitante juega todavía CHL. De allí la presencia de dos integrantes de esta compañía en el directorio de la firma de Vial Concha.

Hoy, dicen varios personeros, Graneles transita por un “buen año”, dado que, pese al contexto internacional, el negocio de las materias primas básicas (trigo, maíz) no se ha visto reducido en consumo. Con expectativas de cerrar el ejercicio 2023 con ventas cercanas a unos US$ 550 millones y un ebitda cercano a los US$ 35 millones, la firma ya ha reducido aquella deuda en un 15%, esto es unos US$ 44 millones, gracias a un mix de factores: flujos generados por la propia compañía, venta de activos -propiedades, sitios, terrenos en San Antonio y Malloco, y plantas de silos de Vitra- y también dividendos percibidos a través de Agrosuper, indican fuentes. 

Aquella situación con la banca implicó que en 2021 CHL comprara la deuda a los bancos, a un 40% de su valor, de modo que ahora el acreedor de Graneles es esta compañía ligada a Canio Corbo, Tomás Hurtado y Nicolás Larraín. Respecto de ellos, la deuda sigue siendo el monto total, por cierto ya rebajados los mencionados pagos realizados, y con un horizonte a mayo de 2027 como vencimiento final, coincidiendo con el corte y la entrega de los balances anuales.

¿Qué sucede si a esa fecha esta acreencia no se ha extinguido? Ahí las partes tendrán que sentarse a negociar nuevas condiciones, un nuevo contrato, en el que eventualmente podrían entrar competidores a CHL.