Por dentro
EL LIV Golf pone sus ojos en Chile

EL LIV Golf pone sus ojos en Chile
El mejor golfista chileno de la historia está involucrado directamente, junto a su equipo Torque, en que Chile sea sede de una fecha de la liga. Diario Financiero vivió la experiencia del LIV Golf en Virginia, donde Niemann salió nuevamente campeón, y conversó con el golfista y ejecutivos de la competencia sobre la posibilidad que tiene el país de ser sede.
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Es el primer día de competencias en Virginia y, en el hoyo 14, Bryson DeChambeau se desvía del green y golpea a dos espectadores con la pelota. Camina raudo a preguntarles como están y les pide disculpas. Los jóvenes le responden que fue un “honor” recibir el pelotazo y DeChambeau le entrega una pelota autografiada a cada uno. En el siguiente acto, el actual campeón del US Open y estrella del golf mundial emboca un Eagle desde el rough: la gente se vuelve loca. En segundos, la cerveza vuela por los cielos y los jóvenes abrazan al jugador. El éxtasis es total.
Para quienes siguen el golf, o seguían el PGA, la imagen les puede parecer poco docta. En el LIV hay música en todos los hoyos, carritos de golf transformados en bares móviles que recorren la cancha vendiendo cerveza y mucha juventud. “Es el PGA con esteroides”, dice uno de los jóvenes a los que golpeó la pelota mientras la mira orgulloso.
Es que el LIV es golf, tal y como lo es el PGA, la liga estadounidense y la más importante del mundo, pero en el fondo otra competencia totalmente distinta. Se compite sólo tres días, no hay corte y también se compite por equipos. A ratos se parece más a la Fórmula Uno, por su experiencia para los fanáticos y porque los golfistas forman parte de verdaderas escuderías, con logotipos, merchandising propio y su propia competencia paralela. ¿Le suena parecido a la disputa entre McLaren y Ferrari?
Entremedio del despliegue de producción, cuyo costo supera los 32 millones de dólares por torneo incluyendo el fee que paga la ciudad anfitriona y los premios, un chileno es ídolo. Joaquín Niemann es capitán de su equipo, Torque, y en lo que va del año ha ganado cuatro de las ocho fechas de la competencia de capitales árabes que auspicia empresas como Aramco y Riyahd Airlines. En cada rincón se escuchan “Joaco” y “Go Joaquin” con evidente acento anglosajón.
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Desde Chile no es fácil dimensionar lo que es Joaquín Niemann en el golf. La realidad se impone cuando, con sólo 10 metros de caminata al ingresar al torneo, una gigantografía lo sitúa al lado de John Rahm y el mencionado DeChambeau, ambos ganadores de Majors, los torneos más importantes del golf mundial.
“Joaquín es tan fresco para jugar”, le dice un hijo a su padre a un costado del hoyo cinco. “Ese es el tipo de golf que tienes que desarrollar”, le responde.
Entre hoyo y hoyo, los niños y jóvenes corren para que les dé la mano mientras camina concentrado hacia su próximo objetivo. Y cuando ve a un chileno o escucha el acento, levanta la mirada queriendo decir “gracias por el apoyo”, pero sin perder la concentración.
Quizás por eso, Niemann no esconde su deseo de que el LIV llegue a Chile y sus compatriotas no sólo puedan apreciar en toda su dimensión la grandeza a la que ha llegado el golf chileno, de su mano y la de su compañero de equipo Mito Pereira, sino también vivir una experiencia inédita para el país. Una experiencia que, si no se vive, es difícil de explicar.
“Hay ganas, hay fans. Todos los fans en Chile han esperado un torneo de esta magnitud hace muchos años. Tener el golf en Chile para mí es un sueño, yo tengo las ganas de hacerlo” señala Niemann a DF MAS.
No es sólo un deseo del golfista y su equipo Torque. Desde el LIV Golf reconocen que la liga se encuentra en proceso de expansión y sólo durante el año pasado recibieron más de 100 solicitudes de posibles sedes de torneo. Sin embargo, cuando el deseo de un jugador y un equipo está de por medio, las chances aumentan significativamente.
“Por supuesto que estamos interesados en apoyar a nuestros jugadores y sus equipos y en extendernos a otros mercados”, señala Ross Hallet, director de eventos del LIV Golf en conversación con DF MAS.
Torque está involucrado directamente en este sueño. Así lo reconoce Carlos Rodríguez, mánager del equipo. “Queremos explicar al gobierno y a los potenciales patrocinadores lo que significa y lo que atrae al país. (…) LIV sabe que Joaco está muy interesado, el CEO lo sabe, toda la cúpula del LIV lo sabe y ahora iremos hablando con gente para que se cumpla ese deseo”, señala.
Al menos dos empresarios chilenos han tomado contacto con el entorno de Niemann para evaluar la posible llegada del torneo al país. Sin embargo, desde la organización reconocen que se requiere más que la empresa privada para concretar el sueño.
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En el caso de Ciudad de México, la única parada de la competencia en Latinoamérica, el torneo tiene como socio local al Grupo Salinas, propietarios de TV Azteca, el Banco Azteca y Grupo Elektra, entre otras decenas de empresas. A ellos se sumó el gobierno de la ciudad, a través de su jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina.
La fecha que se disputa en tierras aztecas representa una de las formas en que el LIV se expande. En ese caso concreto, fue la liga la que buscó un socio en México por una decisión estratégica de competir ahí. Entre los factores que se evaluaron estuvieron el tamaño del mercado, la masificación que ha experimentado el deporte y la devoción que generan Abraham Ancer y Carlos Ortiz, los representantes mexicanos en la competencia.
Con Chile, eso sí, el modelo sería otro. El LIV no realizaría la búsqueda activa de un socio local, sino que esperaría una propuesta que nazca desde territorio nacional para concretar el anhelo de los golfistas chilenos. Es el otro modelo que utilizan para la expansión.
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La búsqueda de un “consorcio”
Es sábado en el LIV de Virginia y la “Villa de los Fans” está llena de niños en distintos juegos. También hay puestos para sacarse fotos con palos de golf y mesas de picnic para almorzar. Los puestos de comida son más de una docena y, en la entrada de la Villa, unas letras gigantes dicen Virginia. Es un lugar predilecto para la foto de recuerdo con el club de golf de fondo.
Es que el Estado se involucró para traer el torneo al Club de Golf Robert Trent. La imagen del gobierno estatal está presente como sponsor y fue un pilar importante en la difusión durante los días previos. Para el LIV Golf, el país que desea llevarse una fecha necesita crear un consorcio de socios público-privado. “El verdadero socio que tenemos que tener en cada lugar antes de ir, es el apoyo del gobierno”, señala Hallet.
Lo sabe Joaquín Niemann también. “(El gobierno) lo puede ver como una inversión para el país. Tienen un retorno al tener un evento como LIV en Chile. El turismo, el dinero que trae la gente, los hoteles. Aparte de una inversión económica lo pueden ver como una inversión a nuestro deporte en Chile, porque el apoyo nunca está de más para todas las disciplinas”, explica.
De acuerdo a cifras entregadas por LIV Golf a DF, el retorno promedio de cada ciudad anfitriona es de US$ 40 millones. Eso incluye sectores como la hotelería, el turismo, la industria aeronáutica y las actividades de “hospitality”. Detrás de la producción del evento, que requiere de estructuras mecano grandes e incluye un escenario central donde cada jornada hay un concierto, son decenas de empresas las que colaboran.
En el caso de Ciudad de México, la jefa de Gobierno Brugada avaluó en US$ 102 millones el retorno total de la competencia. Es decir, la ciudad recibió tres dólares por cada dólar que las empresas privadas y el gobierno pusieron al evento.
Otro aspecto que evalúan para asignar una fecha es el público potencial. La ciudad que acapara todas las miradas de la liga, por su organización, es Adelaida, en Australia. Este año asistieron más de 30 mil personas por día, y la alcaldesa Jane Lomax-Smith estima el retorno a la ciudad también en cerca de US$ 100 millones. Es más, es tal el éxito del torneo australiano que en febrero se realizaron audiencias públicas en el concejo municipal para escuchar propuestas de relocalización, porque el recinto actual no permite seguir creciendo.
Para Carlos Rodríguez un camino para Santiago puede ser comenzar por un International Series, que cuesta la mitad de un torneo oficial del LIV pero forma parte de la calendarización anual, para ver si hay respaldo del gobierno y de las empresas. La diferencia entre un LIV y un International Series no está en la cancha. De hecho, Rodríguez confirma que Torque asistiría completo y que los jugadores seguramente lograrán que otras grandes figuras se entusiasmen con venir. La diferencia está en la producción, los premios, el retorno y el alcance de audiencia.
Por ejemplo, el LIV Golf llega a una audiencia potencial de 800 millones de espectadores a nivel mundial, mientras que un International Series sólo a una fracción. De hecho, la inclusión de Fox Sports para la transmisión de la liga en Estados Unidos ha elevado la audiencia sustancialmente, señala Hallet.
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Es una fiesta
La música suena más fuerte en el hoyo 18. Sobre la estructura mecano instalada opera un pub, el Club 54. El nombre hace referencia a que, a diferencia del PGA, donde se compite durante cuatro días, jugando en 72 hoyos en total, en esta modalidad se golpean sólo 54 hoyos.
En el pub confluyen familiares de jugadores, influencers y fanáticos. Las mesas están orientadas hacia la cancha y en altura, tal y como si se estuviese en un bar. Evidentemente las entradas para acceder a estos lugares tienen otro valor, pero se agotaron primero que las de público general. Esta versión más rockera del golf cautiva cada día a más espectadores-
En promedio, un seguidor del LIV Golf es 15 años más joven que uno del PGA, señalan estudios que ha encargado la liga de capitales árabes. La inclusión de generaciones más jóvenes fue uno de los objetivos principales cuando se creó la competencia, una creación que provocó un verdadero cisma en la disciplina, pero que en tres años se ha logrado consolidar. Sin embargo, no es el único factor diferenciador.
Cuando es consultado por las diferencias con el PGA, Hallet entrega la siguiente analogía: “Solemos utilizar la comparación entre Nascar y la Fórmula Uno. Mientras Nascar es un producto doméstico en Estados Unidos, la Fórmula Uno es global”. Por eso crecen las chances de expandirse en Sudamérica.
A las 6 de la tarde de cada día, un escenario central de grandes dimensiones es el punto focal cuando las rondas de juego han concluido. En cada ciudad, un artista de renombre se presenta en ese escenario cerca de las 6 de la tarde.
Harret y Rodríguez cuentan que el calendario de 2026 ya está prácticamente cerrado, por lo que una fecha del LIV o un International Series podría desarrollarse en Santiago en 2027. Por lo general la organización firma contratos a tres años, para garantizar la permanencia de la ciudad por un tiempo. Así ha sido con Singapur, Corea, Australia y México. Para firmarlo, el consorcio debe estar conformado, los auspicios comprometidos y el Gobierno involucrado.
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Santiago ¿está preparado?
El Robert Trent Gulf Club es un club privado ubicado a 40 minutos de Washington D.C. Dentro del complejo existen casas que colindan con la cancha. La tranquilidad del vecindario y su entorno se vio trastocada durante la semana del torneo. Decenas de buses llegaban con trabajadores y operarios. También se debió disponer de un extenso espacio de estacionamientos, desde el que había que tomar buses de acercamiento para llegar a la entrada principal del torneo.
Las condiciones de la cancha y sus características logísticas son importantes. En Santiago, el campo que correría con ventaja es el Country Club Príncipe de Gales en La Reina: tiene acceso cercano a la Autopista Américo Vespucio Oriente, está próximo a una estación de metro y a pocos minutos de buenos hoteles en Las Condes. Otras fuentes consultadas abren la posibilidad de utilizar la cancha de Santo Domingo, pero las complejidades logísticas podrían encarecer en demasía el proyecto.
El Club Los Leones, enclavado en el corazón de Las Condes, siempre le ha gustado a la familia del golf en Chile. Sin embargo, la necesidad de espacio para escenarios, bares, hospitality, camarines de alta calidad y lounge para los jugadores, son requerimientos que algunos dudan que pueda tener.
Sobre las condiciones de la ciudad, Rodríguez dice que Santiago lo tiene todo. “Sin duda, yo a Chile, y a Santiago en particular, lo veo como un sitio perfecto”.
El sueño de Niemann está al alcance de la mano. Todas las fuentes consultadas concordaron en que no es una idea al aire y que, de aparecer las condiciones y los socios locales, las chances de concretarlo son altas. Por eso, cuando estaba en el hoyo 18 en Virginia, a segundos de gritar campeón en un nuevo torneo, quizás en su mente pensó que algo faltaba. No había ceacheis ni la euforia del fanático nacional. Quizás su cabeza lo trasladó a Santiago y se preguntó cómo sería ese mismo momento entre los suyos, en medio de su ciudad, en su propia nación.