“Él es quien trabaja. Yo asisto”, dice con humor Raúl Bezanilla Saavedra, el presidente de Besalco, respecto de su hermano Paulo Bezanilla, quien es el gerente general de la compañía, al consultarles a ambos cómo es trabajar entre hermanos.

“Somos ocho hermanos y somos todos amigos, vecinos y veraneamos todos juntos. Es un agrado. Nos llevamos muy bien”, agrega el presidente de esta compañía señera en la industria de la construcción chilena.

Fundada hace 80 años -1944- por Víctor Bezanilla Salinas, el padre de los actuales gestores, esta firma -a contracorriente del magro momento por el que atraviesan muchas compañías del rubro, incluso con varias quiebras incluidas- vive momentos inéditos.

Con utilidades que al cierre de 2023 alcanzaron los $ 44.137 millones, obtuvieron los mejores resultados de toda su historia. Y si bien al primer semestre de este 2024, las ganancias por $ 14.278 millones implicaron una caída del 11% frente a igual período del año previo, este descenso se explica precisamente por aquella base histórica de comparación.

“El primer trimestre fue un poco más flojo, pero en el segundo quarter ya estuvo en línea con el año pasado. Fue bajar de un peak, de algo muy positivo todavía”, destaca Paulo Bezanilla.

La diversificación, remarca el gerente, es lo que les ha ayudado a crecer y a tener estos resultados. “Besalco ha sido exitosa. En los períodos buenos y malos hemos podido navegar”, indica. En efecto, hace ya años que la constructora -que fue la primera de su rubro en abrirse en bolsa, en 1995- optó por emprender un proceso de diversificación, tanto geográfico como de áreas de negocios para no poner todos los huevos en la misma canasta, alejándose además en los últimos años de la exposición a obras fiscales.

Así, la firma hoy está estructurada en nueve filiales, que reportan sus balances agrupados en cuatro áreas de negocios -Obras Civiles, Proyectos de Inversión, Servicios de Maquinarias, e Inmobiliarios-, que le han permitido navegar el difícil momento que vive en general la industria de la construcción y el sector inmobiliario en particular, golpeado por tasas de interés en niveles que han ralentizado la compraventa de viviendas.

La posibilidad del litio: “Estamos mirando una apuesta”

A fines de julio, Besalco sorprendió al ser una de las 12 compañías que hizo llegar a Enami su “manifestación de interés”, como se denomina en lenguaje técnico, para desarrollar proyectos de litio.

En específico, respecto de Salares Altoandinos, en un proceso en el que aún resta que la firma estatal evalúe las propuestas recibidas. Besalco fue una de las dos chilenas que se presentaron. La otra fue el Grupo Errázuriz, y todo el resto son compañías de origen chino, ruso, canadiense, coreano, entre otros.

¿Por qué Besalco puso sus ojos en esta eventual posibilidad? Los hermanos Bezanilla explican que su cercanía con el litio viene del hecho de que históricamente han trabajado con las grandes y principales compañías productoras de litio en Chile, prestándoles servicios y construyéndoles plantas, por lo que ahora se animaron a acercarse más a la industria. “Hemos trabajado cerca de las sales en los últimos 20 años. Nos han contactado y estamos tratando de hacer algo”, dice Paulo Bezanilla.

“Tenemos harta experiencia en operación de litio, llevamos años operando en plantas de sales de litio y en minería”, agrega Paulo, dejando en claro ambos hermanos que dadas las magnitudes de inversión que requeriría un eventual proyecto -sobre US$ 1.000 millones- de todas formas lo abordarían con socios, y dispuestos a ir de minoritarios.

Sin embargo, Raúl y Paulo Bezanilla ponen paños fríos, e indican que hoy la invitación que hace Enami es a ver eventuales modelos de negocios, buscando financiamiento, operadores y constructores. Es decir, la estatal está recién viendo distintas formas de cómo vincularse con los privados, por lo que el proceso está en una etapa muy incipiente aún, aunque sí Besalco como compañía tiene claridad sobre sus bordes y fortalezas.

“No vamos a ser socios ‘mineros’, trabajamos para la minería. Se está abriendo una oportunidad y tenemos que ver dónde las competencias de la empresa pueden ser aplicadas de la mejor manera para esta oportunidad que tiene el país. Uno siempre quiere más clientes y esto es buscar un cliente nuevo, donde podamos tener una vinculación más cercana eventualmente”, detalla Paulo Bezanilla.

“No vamos a ser socios ‘mineros’, trabajamos para la minería. Se está abriendo una oportunidad y tenemos que ver dónde las competencias de la empresa pueden ser aplicadas”.

“Es estar mirando de cerca esta opción”, complementa Raúl, quien indica que las tres minas involucradas -Aguilar, La Isla y Grande, que están en Altoandinos- “tienen una ley maravillosa: puedes trabajar con un precio muy bajo. Es una ley espectacular. Eso es lo atractivo de esto”, indica el presidente de la firma.

Para explorar esta eventual posibilidad, en Besalco designaron a un gerente de área interno a cargo, no con dedicación exclusiva, pero sí para avanzar en estudiar el tema. “Estamos mirando una apuesta”, resume Raúl Bezanilla.

Contratos en niveles históricos

Con una clasificación de riesgo A- -en momentos en que el resto de la industria de la construcción está en el segmento de las triple B-, Besalco está full embarcada en distintos proyectos en Chile y Perú, mercado este último al que arribó en 1998.

De hecho, la firma está con un volumen de contratos de construcción cuya suma es también histórica para la compañía. Tanto los contratos de construcción para terceros como los propios en los que está embarcada -lo que en la jerga de la industria se llama backlog-, al cierre de junio sumaban 37,68 millones de UF, el equivalente a unos US$ 1.521 millones, y con un alza del 10,4%, a junio 2024. “Es el mejor backlog que ha tenido la empresa en la historia. En los últimos cuatro años duplicamos”, refiere Paulo Bezanilla.

El 60% de aquel monto está vinculado al área minera, aunque también los hermanos destacan otras obras importantes, como un segmento de línea 7 de Metro, entre el Parque Bicentenario a Estoril, que construyen en consorcio con Dragados, y la concesión (construcción y operación) de la ruta Los Ángeles - Angol, que debería estar durante el próximo año.

Este backlog también incluye en Chile un proyecto en el que trabajan en sociedad con la Viña Concha y Toro. Bajo el nombre Reserva Urbana de La Cisterna, esta iniciativa incluye cuatro torres residenciales en terrenos que eran de la viña en esa comuna -de ahí la sociedad, a la que la viña aportó el terreno-, algunas de las cuales serán multifamily y otras destinadas a venta comercial.

En obras civiles, Besalco Montajes acaba de comprar la participación que tenía su socio histórico en el área, Hernán Marambio, quien había formado la empresa y quien quedó de director de esa misma compañía.

Mientras, en Besalco Perú tienen tres contratos con un socio local para, en el norte de ese país -en Trujillo y Tumbes-, reconstruir las quebradas afectadas por el fenómeno de El Niño y las lluvias. Se trata de mega obras cuyo mandante es la Asociación Nacional para la Infraestructura, para canalizar y reconducir el agua hacia el mar, de modo que la lluvia no afecte las ciudades con inundaciones.

También en Perú, en el negocio inmobiliario, su sociedad Besco lleva a cabo La Alameda de Rimac, en el centro de Lima, donde están levantando más de 20 torres de departamentos sociales -de subsidio habitacional-, todo un barrio nuevo que incluye servicios, y en el que llevan un 30% de avance.

En la específica área inmobiliaria, los Bezanilla hacen un doble click, pues en Perú, con Besco, detallan que las ventas han andado espectaculares, marcadas también por una inflación mucho menos explosiva que la de Chile y menos movimientos cambiarios.

A diferencia, en Chile en la parte inmobiliaria, Besalco ha tenido los mismos efectos que el resto de las compañías del rubro, con la salvedad de que, previendo el escenario de números negativos en la industria, tomó resguardos y no compró muchos terrenos, por lo que la coyuntura encuentra a la firma con un bajo stock de terrenos y de departamentos.

“El gran drama de muchas inmobiliarias es la cantidad de stock de terrenos parados pagando intereses por eso”, dice Paulo Bezanilla, quien avizora recuperación sólo a nivel de nichos específicos. “Las ventas han seguido re malas, esa es la verdad”, dice el gerente, quien cree en este contexto habrá oportunidades en el segmento de vivienda social en los próximos años, dados los déficits del mercado en este rubro.

¿Y en el resto del mercado sin subsidio se ve recuperación? “Es difícil. Por lo menos el 2024 imposible, y buena parte del 2025 también es muy difícil que repunte en forma importante”, dice el gerente, citando una combinación de factores: la tasa de interés y el aumento de impuestos -la eliminación del crédito especial a la empresa constructora y la adición del IVA a los departamentos-, lo que subió el precio de los bienes. “Empeoró la situación de crédito de los compradores y aumentaron los costos”, resume, lo que hizo además que se cayera la venta que se canalizaba a los micro inversionistas.

Los hermanos señalan que, si bien no han dejado de mirar otros mercados, hoy no es un camino inmediato. Besalco ya estuvo en Argentina hace años atrás y también en Colombia. “Hemos mirado harto, pero estamos con mucho trabajo aquí y en Perú. Estamos mirando para tener alternativas el día de mañana, pero no pensando en el corto plazo”, expone el presidente de la firma.

“Mientras no se arreglen todos los problemas de pago con el MOP, no vamos a seguir trabajando con el MOP”

Asimismo, Besalco, ya lleva unos tres a cinco años achicando su exposición a contratos con el MOP. “Está tan burocratizado y complejizado internamente, que está muy trancado. Mientras no se arregle, preferimos estar un poquito más alejados”, dice Raúl Bezanilla. “Mientras no se arreglen todos los problemas de pago con el MOP, no vamos a seguir trabajando con el MOP”, agrega su hermano.

Besalco aún maneja la concesión de cárceles en Iquique, La Serena y Rancagua, que expira a inicios de 2026. En medio de la discusión que se abrió en el país por más recintos penitenciarios, los hermanos Bezanilla son claros en el aporte que pueden hacer las concesiones.

“Sí funciona el sistema, y bien. Los presos están en mejores condiciones. Es un muy buen sistema”, dice Raúl Bezanilla, aunque advierte que debería haber mejoras en los sistemas de licitación, que sean más ordenados y claros para que hubiera interés en ir a un eventual proceso, dada la experiencia que ya tuvieron en que, tras las licitaciones, se piden obras adicionales que no se pagan, y se judicializa. “Eso es muy desgastador, muy incómodo”, agrega el presidente de la compañía.

Ocho hermanos y normas de ingreso
Besalco fue fundada hace 80 años por Víctor Bezanilla Salinas, el 27 de mayo de 1944, a cuya muerte en 1991, la posta la tomó la siguiente generación que integran ocho hermanos Bezanilla Saavedra, en particular el mayor de los hombres, Víctor Bezanilla, quien estuvo en la presidencia de la firma hasta 2021, año en que la posta la tomó su hermano Raúl Bezanilla. Mientras, la gerencia está en manos de Paulo Bezanilla, el menor de los hermanos.

Los otros son: Elena, Víctor, Isabel Margarita, Francisco, Rodrigo, Adriana y Paulo. Salvo Elena, los siete restantes son parte del grupo controlador, que ostenta el 52,4% de su propiedad.

Además, ya hay cuatro integrantes de la tercera generación integrados a la empresa, tras una medida que instauró Víctor Bezanilla Saavedra hace unas tres décadas y que considera que por rama familiar un integrante podría acceder a desempeñarse en algún cargo, y en la medida en que tenga una carrera y competencias afines al área.

Kandinsky: “El edificio no tiene ningún daño estructural de ningún tipo. Está revisado por dos universidades. Está perfecto”

Justo hace un año, en agosto, uno de los edificios construidos por Besalco se tomó la agenda pública: Kandinsky, ubicado en el sector de Reñaca Norte en Viña del Mar, luego de que se produjera un socavón con las torrenciales lluvias que ocurrieron en la zona.

Hoy, explican los hermanos Bezanilla el socavón lo está arreglando el MOP y ya está tapado en el orden del 90%, mientras construye también el colector definitivo. “Hemos visto lo que se está haciendo. Es una solución bien buena, mucho más sólida que la original y que debiera funcionar bien”, dice Paulo Bezanilla.

Con la perspectiva que da el tiempo, los hermanos describen qué aconteció. El presidente de la compañía describe que uno de los brazos del colector se había salido hace unos 10 años. Pero como coincidió con varios años de sequía, el daño por el escurrimiento del agua fue menor durante todo ese período, lo que cambió cuando las lluvias se incrementaron, cayendo el agua a presión sobre el terreno.

“Las cosas requieren mantención, eso es válido para todo. Aquí no se hizo la mantención que requería un sistema, el colector. Si el colector se hubiese mantenido adecuadamente esto no habría pasado. A este colector no se le hizo mantención, desgraciadamente, por muchos años, y falló”, dice el gerente general, sobre una obra cuya responsabilidad de mantención es del servicio público.

“El edificio no tiene ningún daño estructural de ningún tipo. Está revisado por dos universidades. Está perfecto, no tiene ningún tipo de problema. Y el colector que se está haciendo va a dar una solución bien definitiva para el largo plazo. El problema está bien resuelto, una vez que esté terminada la bajada del colector. Es una solución desde el punto de vista técnico bien robusta”, añade Paulo Bezanilla, quien descarta que los terrenos de duna no sean aptos. “Se construye en duna en todo el mundo y no hay problema”, dice.

Los residentes aún no han podido regresar y la fecha estimativa que ha dado el MOP es febrero o marzo, dado que todavía no están los servicios operando.