Punto de partida
La empresa que construye viviendas sociales en cuatro días
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Piso completo, revestimiento interior, pintura de cielo, cornisas, guardapolvos, muebles de cocina, ventanales e iluminación son las terminaciones que TWH entrega en las viviendas sociales que fabrica. “Es una casa para llegar y vivir”, asegura Félix Escudero, gerente general de TWH e ingeniero comercial de profesión, mientras está sentado en el comedor de una casa piloto de tres habitaciones y un baño.
Las ventajas competitivas de la vivienda industrializada, según el ingeniero, son que hay ahorro en tiempo y costos. Para las viviendas sociales que desarrolló TWH se necesitan cuatro personas para levantarla y la obra gruesa se arma en cuatro días, mientras que una vivienda tradicional tarda mínimo seis meses.
“Son dos días en hacer la estructura, uno en hacer paneles y después las terminaciones”, explica Escudero. La materialidad con la que trabajan es el acero y poliuretano. “Son como un Lego. Lees el manual y lo levantas”, precisa.
La idea nació cuando Escudero trabajaba en una inmobiliaria de la Cuarta Región haciendo proyectos habitacionales de carácter privado hasta que notó que había una gran cantidad de subsidios asignados, pero la gente no tenía sus casas.
Pensó en formas de cubrir esta necesidad y buscó referentes de industrialización de la construcción en el extranjero: “El modelo que más se adecúa a lo que nosotros hacemos es el chino. El hospital de Wuhan es el mejor ejemplo”, comenta.
Se juntó con Imel Steel, empresa especialista en acero, y acordaron la idea de hacer una vivienda industrializada “que fuera un estándar más allá”.
Así se creó TWH, que hoy en día trabaja con dos líneas de negocio: la primera son las viviendas definitivas para subsidios y la segunda son viviendas transitorias, es decir, soluciones para campamentos o situaciones de catástrofes. La inversión inicial fue de US$ 500.000, de las empresas Imel Steel y Sodimac.
En enero de 2022 comenzó a ejecutarse un proyecto rural en Tahuinco, Salamanca. Son 55 casas de TWH para el comité Villa Esperanza. Durante el último trimestre de este año, la empresa pretende poner en marcha iniciativas en la región más austral de Chile.
“En Magallanes hoy tienen un déficit de 1.600 casas y nuestra meta es que al final de este gobierno haya déficit 0 en esa región y que seamos un ejemplo. Magallanes es una región difícil, si no la más difícil, pero es decir algo. Es decir que se puede”, sostiene Félix.
Cecilia Castro es coordinadora del proyecto del comité Construyendo Nuestro Futuro en Puerto Natales, donde se planea construir 115 casas de TWH. “Tenemos familias que llevan ocho o 15 años esperando una solución habitacional, por lo tanto, la propuesta de la empresa es clave al ofrecer una vivienda bonita, bien hecha y que además es rápida”.
La empresa fabrica 50 casas al mes. A fin de año planean hacer 100 mensuales. Durante el 2023 pretenden elevar la cifra entre 100 y 200 y ya para el 2024 duplicar este número, de acuerdo a la demanda. “Con construcción tradicional es imposible que se pueda llegar a cumplir el déficit de vivienda y menos el Plan de Emergencia Habitacional del gobierno”, plantea.
Para el 2025, la empresa proyecta hacer una inversión de 17 millones de dólares para automatizar la planta, con el objetivo de “dar velocidad y precisión para llegar al volumen de casas que queremos fabricar”, sostiene.