Punto de partida
Los planes de exsocia de Alba Babysitters: digitalizar emprendimientos regionales
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Como muchas otras historias que hemos leído, la pandemia truncó los planes de Alba Babysitters. Los socios de la aplicación –que mediante una app permitía contratar niñeras–, cerraron un buen 2019, con ventas cercanas a los US$ 700 mil anuales y con 18 mil babysitters disponibles.
Todo indicaba que el 2020 sería auspicioso: tenían sus maletas listas para llevar la firma a Miami. Desembarcarían ahí a mediados del año pasado, pero tras las restricciones que gatilló el Covid-19 el negocio de babysitters se vino abajo. "No podíamos llevarlas a las casas de los clientes", explica Tesi Del Sante (37), fundadora y socia de esta plataforma que fue bautizada como el "Uber de las babysitters". El último día que sus cuidadoras trabajaron en hogares con niños, fue el 16 de marzo.
Intentaron reinventarse. "En dos días, y antes que muchos colegios lo hicieran, armamos una plataforma online con clases, talleres y reforzamiento educativo para apoyar a los padres mientras trabajaban", rememora la emprendedora, diseñadora de la UNAB y con un Máster de Design Thinking en Idep Barcelona.
Se vende
En abril intentaron darle otro giro al negocio. "Pensamos, '¿qué es lo que mejor hacemos? Desarrollar tecnología' Y lo ofrecimos a las empresas", relata la profesional. Al poco tiempo llegó una propuesta que no esperaban: la firma de emprendimiento mexicana ZeBrands les manifestó su interés en comprar la compañía.
En ese momento, el negocio que en su peak vendió 5 mil horas de cuidado al mes y que facturó US$1 millón al año –su equipo de 14 personas trabajaba en un espacio de We Work–, no superaba ni el 3% de esa operación. "Estábamos a contra caja. No lo pensamos dos veces", confiesa Del Sante.
Lo que la compañía azteca requería era la plataforma y la tecnología de su servicio para implementarlo en su negocio (es una matriz con varias empresas, entre ellas la startup Luuna, que vende colchones por internet), que no tiene nada que ver con niñeras. Era mayo del año pasado. Recién en noviembre llegaron a un pre acuerdo. Entonces Alba eliminó la aplicación de Apple y dejó de ofrecer el servicio de talleres online.
La semana pasada firmaron el deal: los otros dos socios, el ingeniero comercial de la UC, Dan Stern y Mauricio Giadach, ingeniero civil de la U. Chile, partirán a Ciudad de México para encabezar la transformación digital de sus compradores. Ella, en cambio, vendió su parte y se desligará 100% de la operación. "Tengo otros planes", confiesa.
Por razones familiares se mudará este mes a Concepción. Por lo que ella desechó los planes de México. "Pienso que es el momento de enseñar los conocimientos que adquirí en Alba. El nuevo destino donde viviremos será una especie de incubadora para hacer mentorías y desde ahí digitalizar emprendimientos regionales", adelanta Tesi Del Sante.
¿Quién cuida a mi hija?
La historia de Alba Babysitters se remonta al año 2016. Seis años antes, la emprendedora y su marido partieron a La Haya, Holanda. El primer tiempo ella trabajó en ProChile, contactando a emprendimientos nacionales con incubadoras del país europeo. "Fue mi primer acercamiento a este mundo", recuerda. Y añade: "Me di cuenta de todo lo que nos faltaba como país, sobre todo en tecnología, para emprender". Y se propuso armar algo desde allá. En eso nació su hija, Amelia, y experimentó el desarrollo del negocio de babysitters en Holanda.
Volvió a Chile, y comprobó que ella no tenía con quien dejar a su hija. "Uno puede pedir favores de vez en cuando. Pero no depender de ellos. Y me resistía a entregar el cuidado de mi hija a alguien que no conocía", relata. Así nace su idea. Por una necesidad personal.
Mientras daba forma al proyecto, un amigo le habló de Dan Stern, ingeniero comercial de la UC quien a su vez planeaba un emprendimiento similar. "No nos conocíamos y lo primero fue ver si teníamos afinidad, algo esencial a la hora de asociarte", relata. Él ya tenía nombre -Alba- y su enfoque era para que los padres pudieran "salir tranquilos". Ella pensó que el propósito debía estar en dar seguridad en que las personas que cuidarían a los niños, fueran de confianza: que habían pasado por tests sicológicos y que alguien podría darles referencias.
Ambos coincidían en que debía ser una app, pero a la vez ofrecer un servicio muy humano. "Lo que los padres buscan es tranquilidad. Para ello desarrollamos una tecnología que permitiera ofrecer la babysitter ideal para cada caso, con recomendaciones de contactos que los clientes tuvieran en Facebook", explica.
El MIT y 500 Startups
El éxito de Alba, asegura la emprendedora, se debe a la idea original, pero también al empuje de los socios. Esto, porque en Chile el levantamiento de capital no fue fácil. Después de pasar por Start-Up Chile y 3iE, apostaron por los fondos de inversión norteamericanos: The Venture City, Plug and Play, Castor Ventures y Vulcano. En total levantaron un poco más de US$ 1 millón.
"Este era el único trabajo de los tres socios. Y Dan se mudó a San Francisco para que Alba tuviera vínculo en Silicon Valley", señala. Pero más que la plata, lo que ella rescata de toda esta experiencia, es haber sumado experiencia con grandes aceleradoras: ganaron una pasantía de tres meses en la incubadora DeltaV del MIT, y otra en 500 Startups de San Francisco.
En esta última, en 2018, fue Komal Dadlani, de Lab4U, quien la animó. "La conocí mientras las dos teníamos oficina en Casa Co, en Santiago. Y le comenté que habíamos quedado seleccionados para la entrevista en 500. Me dijo: 'Tienes que ir'. Y me ofreció alojamiento en su casa", recuerda Tesi Del Sante.
Explica que cada aceleradora tiene su sello: la de San Francisco se enfoca en la estrategia de expansión y en inversionistas. Mientras que el MIT, se basa en el cliente y mercado. De ahí rescata el haber tenido tutoriales personalizados con directores de grandes empresas, como, Care.com, un símil de Alba pero global.
La emprendedora reconoce que hubo momentos complejos, con aciertos y desaciertos. "Nunca pude desconectarme del celular. Si algo pasaba, tenía que saberlo porque me estaban confiando a sus hijos", reflexiona.
Y ahora, ad portas de iniciar un nuevo camino, concluye: "No hay ningún servicio más exigente que el cuidado de niños. Siento que después de haber partido emprendiendo con esto, y que haya resultado, soy capaz de cualquier cosa".