Punto de partida
Pasaporte literario, una caja cultural sorpresa
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Rosario (30, argentina) y Alfonso (36, chileno), llevaban dos años viajando juntos y la idea de crear una caja cultural se les ocurrió cuando salieron de una librería en Sevilla, pensando en la figura del librero que recomienda lecturas, pero a domicilio. Esa misma noche investigaron en internet y encontraron que existían algunos productos similares en España, Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y Brasil. Pero ninguno tenía el nivel de manualidad y factura que ellos querían darle a sus cajas.
La caja de Pasaporte literario está hecha de cartón corrugado con serigrafía impresa. Contiene tres productos nacionales: una novedad literaria de una editorial independiente chilena, firmado y dedicado por su autor(a); una obra visual impresa en calidad fine art, inédita, seriada y firmada; y un objeto complementario hecho por un emprendimiento chileno con manufactura artesanal. Todo acompañado por una ficha explicativa y personalizada con el nombre del destinatario. Hay dos formas de recibir las cajas de Pasaporte Literario; mediante una suscripción mensual que cuesta $19.990 o bajo la opción regalo que compromete el envío de una, dos o tres cajas. El cierre para nuevas ventas y suscripciones es a mediados de cada mes y el despacho llega durante los últimos cinco días del calendario.
Se acaba de cumplir un año desde que las cajas empezaron a circular y el efecto confinamiento se ha traducido en un considerable aumento de suscripciones durante los últimos meses. “Partimos en julio del año pasado y al comienzo el movimiento fue lento, orgánico, pero nos hemos hecho más conocidos y crecimos gracias al boca a boca. Cuando la gente recibe sus Pasaporte literario suben fotos o posteos a sus redes sociales y así van llegando nuevos interesados”, cuenta Alfonso, de profesión ingeniero comercial, lo cual, bromea, “es muy mal visto en el mundo literario”. Desde marzo a la fecha su flujo de ventas ha aumentado en un 100% y están repartiendo unas 450 cajas mensuales. Cuando llegó el coronavirus a Chile y comenzó el confinamiento, algunas editoriales independientes dudaron si seguir publicando nuevos títulos considerando que las librerías, su principal punto de venta, están cerradas, al menos en su versión física. El volumen actual de distribución de Pasaporte literario equivale al tiraje promedio de este tipo de publicaciones, por lo que se transformó en una gran oportunidad. Rosario y Alfonso necesitan nuevos libros todos los meses para cumplir con las suscripciones y pagan al contado, lo cual para las editoriales es una inyección de recursos y al mismo tiempo se aseguran una venta de considerable volumen. Por lo tanto, para quienes piensan lanzar un libro, estar en la caja resulta muy conveniente. “Los autores también están agradecidos, para muchos de ellos asegurarse que los lean 400-500 personas es muy gratificante”, cuentan.
Destino final
Los responsables de elegir qué va en la caja son ellos, para quienes reciben las cajas es totalmente sorpresa. En redes sociales algunos de los suscriptores incluso tratan de adivinar qué será la novedad del mes que viene. Los creadores de Pasaporte literario son enfáticos en señalar que esto no se trata de un club de intelectuales ni literatos. “Incluimos libros que te podría recomendar un amigo”, dice Alfonso. Si alguien cancela su suscripción, les preguntan la razón para ir mejorando, pero finalmente tanto el arte como la literatura, son terrenos subjetivos.
Rosario, periodista y diplomada en guion, cuenta que al comienzo ella estaba a cargo de la selección literaria y le tomó un tiempo empoderarse y confiar en su propio criterio. Hoy leen uno o dos libros al día para escoger aquellos que pasarán a la caja. El compromiso con los suscriptores, señalan, es variedad, diversidad y calidad. “Llegamos a un rango etario muy amplio, de 25 a 55 años. Hay lectores asiduos y otros menos, por lo que cada vez cuesta mas satisfacer el paladar de todos”, dice Alfonso. Rosario agrega: “Muchas veces uno se compra un libro por la portada o por recomendación, y no le gusta. Aquí también puede pasar, es muy subjetivo, y por eso es tan importante la variedad. Cuanto más leemos, más sabemos”.
Con las piezas de arte que van en la caja funciona parecido. Buscan mostrar diferentes técnicas y disciplinas y tratan que haya equidad de género en cuanto a su autoría. Se basan en las obras previas de cada artista para encargarle un trabajo que sea inédito y especialmente creado para la caja, con temática libre. De manera que para ellos también hay un factor sorpresa.
En el escenario ideal trabajan con tres meses de anticipación respecto de la preparación de las cajas, pero eso no siempre se cumple porque surgen imprevistos en el camino. En estos momentos dicen estar metidos 24/7 en Pasaporte Literario, principalmente porque le dedican mucho tiempo a los detalles, de manera que cada caja sea un producto personalizado y con un toque artesanal. Cada libro lleva un timbre, tipo pasaporte, con el mes correspondiente; las láminas de arte se imprimen en fine art por lo que requieren ser cortadas a mano con tip top; la ficha se inscribe con el nombre del destinatario, y así. “Hemos hecho todo para complicarnos cada vez más la vida, pero a la gente le encanta ese tipo de detalles. Es más único y de colección”, dicen entre risas. En parte se explican el crecimiento de suscripciones y encargos de cajas para regalos durante estos meses, por la necesidad de recibir una sorpresa linda.
Después de un año emprendiendo, están contentos con la recepción y la demanda que ha conseguido Pasaporte Literario, aunque reconocen que siempre estuvieron muy confiados de su producto y confiesan, entre risas, que sus expectativas eran incluso irreales considerando todas las estadísticas que indican que Chile es un país poco lector. “La lista de lugares desde donde nos compran es muy pluralista y transversal, y eso nos encanta. Despachamos cajas al 90% de las comunas de la Región Metropolitana y prácticamente a todas las regiones del país”, comentan. Se preocupan de cobrar lo menos posible por despacho e incluso absorben parte de los costos con tal de cumplir con el objetivo de democratizar la cultura, más allá de criterios comerciales. “A veces llevamos cajas a comunas periféricas de Santiago donde probablemente signifique un esfuerzo importante pagar la suscripción cada mes, lo cual demuestra que la lectura y el arte no se trata de un nicho”, dice Alfonso. www.pasaporteliterario.cl
¿Crearon una sociedad para operar Pasaporte literario?
-Sí, creamos una SpA (sociedad por acciones) donde ambos somos accionistas con el 50%. Con la metodología clásica de escritura en notaría (no empresa en un día) que si bien es más engorroso y demora más tiempo, tiene mayor validez para cualquier trámite en cualquier institución financiera.
- ¿Tuvieron que pedir préstamo al banco o contaban con capital inicial?
-Empezamos con capital inicial propio. Veníamos llegando de nuestro viaje de 2 años trabajando por el mundo. Al volver no teníamos trabajo “formal” ni liquidaciones de sueldo, nada que nos respaldará en el sistema financiero. Por esa razón, varios bancos nos rechazaron abrir una cuenta corriente empresa y finalmente nos pusieron muchas restricciones: sin línea de crédito, sujeta a evaluación, etcétera.
-¿Postularon a algún fondo?
-Intentamos postular al fondo del libro y la lectura del Ministerio de la Cultura y las Artes, en la categoría Fomento a la industria – en la modalidad Emprendimiento: Financiamiento total o parcial para proyectos destinados a microeditoriales, librerías y habilitación de puntos de venta de libros en espacios no convencionales. Paradójicamente nos dijeron que estábamos fuera de bases por no tener un punto de venta físico, como librería o centro cultural. Su respuesta nos pareció contradictoria. Nuestro modelo de negocio era algo innovador, novedoso y poco convencional.
-¿Qué porcentaje aproximado representa el costo de reparto para Pasaporte literario?
-El despacho es gratuito para toda la Región Metropolitana y nosotros hacemos el 90% del reparto, por un tema de eficiencia y para cumplir con las fechas de entrega que prometemos. Para regiones utilizamos Correos de Chile, eso significa prácticamente el 50% de nuestros clientes. Otro punto importante de mencionar es que tenemos habilitadas todas las modalidades de compra en nuestra web: puedes suscribirte con tarjeta de crédito y débito de cualquier banco.