Punto de partida
Productos de Karün informan su huella de carbono y trazabilidad con tecnología blockchain
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Thomas Kimber recuerda bien lo que sintió al leer ese mail que abrió en 2020, desde su oficina Karün en Puerto Varas. Uno de sus correos tenía de remitente a la taquillera firma de zapatillas sustentables Allbirds -fundada por el neozelandés Tim Brown en San Francisco-, una de las tantas empresas b que él sigue (y que tiene a todo Silicon Valley usándolas).
Lo diferente era el anuncio de aquel día: la compañía lanzaría un eco etiquetado, es decir, informaría con un “timbre” en la caja del producto, exactamente cuánto carbono producía al planeta. El mensaje que acompañaba la misiva era “Don’t hide your pollution. Label it (no escondas tu contaminación, etiquétala)”. “Ellos fueron los primeros en sacar este eco etiquetado. Cuando vi la campaña, el video, quedé loco, y los aplaudí. Lo hicieron muy bien. Desde que fundé Karün (en 2013), soñaba con hacerlo”, recuerda Kimber.
El año pasado supo que otra de las empresas sustentables más respetadas a nivel global, seguía el mismo camino: Oatly, una sueca -”muy taquillera”, dice- que elabora leche en base a avena. “Estamos lentos”, señaló a su equipo entonces.
“Pero era difícil apurarnos. Estábamos en pleno plan de expansión, teníamos que terminar de instalar nuestras banderas en Europa y EEUU”, señala el emprendedor. Hoy viernes 29 de abril será anfitrión de un evento en el que tendrá como panelista a la ministra de Medio Ambiente Maisa Rojas, el ex COP Gonzalo Muñoz y Julieta Martínez, activista social y fundadora de Tremendas.
Eligió a aquellos expertos para dar a conocer su última novedad: Karün informará a los consumidores cuál es la huella de carbono de cada uno de sus productos, práctica conocida como “ecoetiquetado” (o carbon labeling).
“Así como en los ‘90 la sociedad se puso a marchar y a exigir a los gobiernos que se creara una ley que exigiera etiquetados en tus alimentos, para saber que estás metiendo a tu cuerpo, hoy pedimos que se haga una práctica para informar cuánto estamos metiéndole a la naturaleza. Es distinto a medir la huella corportativa, que consiste en medir tu huella y netear de alguna forma. Nosotros vamos mucho más allá”, explica.
“Al comprar Karün sabes que estás emitiendo en promedio 1,69 KGCO2e, menos de la mitad que la de un anteojo común de la industria. Entonces no solo decides por el look del modelo, sino también por la huella de carbono. En Chile somos los primeros en hacerlo”, asegura.
El otro desafío autoimpuesto por Karün era poder detallar la trazabilidad de sus anteojos, lo que lograron a través de un complejo desarrollo con tecnología blockchain. Junto a la empresa Julasoft, crearon un software de trazabilidad que, escaneando el código QR de cada producto, permite transparentar a sus clientes cada proceso detrás de este. El consumidor podrá informarse dónde se recolectó el material de sus anteojos, y todo el viaje hasta convertirse en un nuevo producto y llegar a las manos de cada cliente.
¿Cómo saber si estás emitiendo harto o poco? “Puedes comparar con otros. Pero para que exista comparación, otras empresas tienen que transparentar la misma información. Eso no pasa todavía… nosotros somos pioneros por eso mismo, estamos buscando otras empresas que se atrevan a transparentar su huella y los clientes puedan comparar”.
Para ello, insiste, es clave el trabajo con el sector público. “Somos los primeros en el mundo en implementar ambas prácticas juntas. Desde que partí Karün tengo este sueño de hacer la trazabilidad absoluta. Pero no saco nada haciéndolo solo. Creemos que las empresas y el mundo privado tienen un rol muy importante en la lucha contra el cambio climático, y para lograr resultados primero hay que ser transparentes. Medir la huella de carbono y hacer pública la trazabilidad de nuestros productos es una manera de mostrar con acciones concretas que queremos ser parte de la solución”, señala Kimber.