Punto de partida
Quiénes son América Transparente, la fundación que descubrió la notaría falsa
-
Cuéntale a tus contactos
-
Recomiéndalo en tu red profesional
-
Cuéntale a todos
-
Cuéntale a tus amigos
-
envíalo por email
Juan José Lyon (38) soñaba con ser miembro de la PDI. Y de alguna manera, confiesa medio en broma el periodista de la UDP, hoy está dedicado a algo parecido.
Su última pesquisa se destapó el 24 de mayo, cuando el profesional -con master en periodismo computacional y de datos de la Universidad de Cardiff, Gran Bretaña, y en políticas públicas de la Universidad de Chile- reveló en el portal de su fundación, América Transparente, la existencia de una notaría falsa. Se trata de una oficina cuya representante, Valeria Barros, tampoco era abogada, informó Lyon. La información -que fue replicada en los medios nacionales- la descubrió prácticamente por accidente.
Scrapeo
Juan José y su hermano Felipe (40), ingeniero civil de la UC -cofundador de Cumplo y actual gerente de desarrollo digital de Amicar- desde que eran niños tuvieron el tema de la tecnología dando vueltas en la casa.
Su padre, ingeniero civil y agrónomo de la VI Región, les importaba revistas especializadas de España y les incentivaba el juego de mecanos, para armar y desarmar. El primer computador de Juan José lo heredó de una oficina vieja cuando cumplió 16 años y lo primero que hizo fue desarmarlo. Cuatro días después, lo armó.
Sin pensarlo, por ahí fue construyendo su futura vocación. A diferencia de Felipe, no le iba bien en matemáticas, así es que eligió periodismo como carrera. Pero desde el principio tuvo claro que no quería trabajar en diarios. Lo de él, era lo digital: fue parte de la plataforma de debates Política Stereo (cuando no se usaban las plataformas tipo Zoom, sino que había que grabar a los candidatos) y luego de El Líbero.
Más tarde participó en la creación de El Polígrafo (espacio de fact checking de El Mercurio) y estuvo un par de años en el departamento de investigación de ese medio. Fue ahí cuando escuchó en una charla del jefe de tecnología de La Nación Argentina, Ricardo Brom, hablar de scrapeo, robots y buscadores.
“Siempre fui computín, de puro nerd. Y tras escuchar a Ricardo, esa área del periodismo me llamó la atención”, relata desde Cardiff, Gales, donde vive desde 2018. Se contactó con el trasandino y ahí partió todo. “Aprendí a hacer buscadores internos, webscraping y armé una base de datos con información de donaciones del Servel, padrón electoral, actas de consejos comunales, y pensé: ‘Oye, esta herramienta sería súper buena para muchas personas’. Ese fue el cambio de mi carrera”, relata.
Buscó un lugar donde enseñaran más de esto. Estaba Columbia y Cardiff. El primero no lo podía pagar, así es que optó por el segundo.
El beta
En Reino Unido cuando Lyon debió armar el proyecto para terminar el máster, pensó: “Chile tiene leyes muy buenas para el acceso de información y la transparencia. Pero esa información no está al alcance de todos. Si no estás dedicado, no lo logras. Es tedioso, difícil y toma tiempo”.
Entonces se propuso hacer él un buscador con datos del Diario Oficial. “Lo armé con scraper, que es un buscador automático, que baja los datos en formato PDF. Luego lo indexé en un buscador tipo Google, que facilita el trabajo de investigación”, explica. “Fue una especie de beta de lo que vendría después”, adelanta.
Decidió emprender en esta área y encontró un buen aliado: el médico internista del Hospital Sótero del Río, Juan Carlos Said, quien asumió como presidente del directorio. El doctor le comentó que esto no iba a andar si no tenían a un ingeniero. Y habló con su hermano, Felipe Lyon, quien tiene amplia trayectoria en el ecosistema emprendedor (además de Cumplo, trabajó en Groupon), y se convirtió en director.
“Vi su idea como una oportunidad grande para meterle tecnología a un tema muy relevante para la democracia, que es la transparencia”, relata Felipe. En junio de 2020 armaron la fundación América Transparente. El primer proyecto que desarrollaron lo bautizaron como “Reguleque”.
“El nombre te revela de qué tema es: sueldos. Una ex funcionaria pública usó ese término hace un par de años para referirse a los, a su parecer, malos salarios públicos. Y así nace nuestro Reguleque”, explica Lyon. En simple, es un buscador sobre las remuneraciones del aparato público. Estaba pendiente el Ministerio del Interior, que fue incluido esta semana junto con una modernización del sitio.
“No solo detallamos cuánto ganan, sino dónde ganan. Eso te permite ver si hay familiares de autoridades trabajando, por ejemplo, en una municipalidad. Nos ha ido sorprendentemente bien. Hay entre 12 mil y 20 mil búsquedas todos los meses”, dicen.
Una de las búsquedas más numerosas ocurrió el año pasado, cuando se informó que hijos de alcaldes de Pudahuel y El Bosque tenían cargos cruzados en ambas entidades (el sucesor de El Bosque en Pudahuel, y vice versa). Y cuando varios integrantes de la familia Hoffmann trabajaban en organismos públicos: superaron las 7 mil búsquedas en un día, cuando lo típico era 500.
En noviembre del año pasado crearon otro proyecto: Poder Notarial (que desglosa datos de notarías de Chile), y en enero, Busca Bonos (que transparenta, a través del nombre, quiénes han recibido bonos estatales). “No queremos atacar ningún lado político en particular. Ponemos a disposición esta herramienta para que los medios puedan investigar y fiscalizar el buen uso de recursos públicos”, advierten. Están en permanente actualización.
Así fue como en mayo, el periodista se encontró con una nueva notaría en Las Condes que no tenía en su base de datos. “Mi primera reacción fue ‘Oh, se me pasó’”, dice. Y al incluirla al sistema, notó cosas raras: su dirección no existía y tampoco estaba en el Poder Judicial. “Revisé el código fuente de las páginas y me di cuenta que era clonado de otra web que tenía mandatos bancarios para cobrar vales vista”, cuenta.
“De alguna manera nosotros respondemos a algo que todos saben. Varios tenían la idea de que había varios notarios que trabajaban entre parientes. Pero nadie había hecho la pega de buscarlos todos. Y al elaborar el buscador, armas una investigación que destapa otras cosas”, ejemplifica.
Ser sustentables
La próxima iniciativa que tienen en carpeta es similar al de su proyecto de egreso en Cardiff: un buscador con la información del Diario Oficial. “Esto será muy útil para las empresas”, adelantan. “Hay medios con acceso al DOE, pero que hay que pagar por esa suscripción. Los medios chicos no tienen plata para eso, y nosotros queremos dar la opción para que exista un diario oficial abierto, transparente y al alcance de todos. Hoy es abierto, transparente, pero no tiene buscador”, adelantan.
Además, con la constituyente en camino, planean desarrollar una plataforma que transparente sueldos, asesores y todo tipo de información de quiénes están relacionados a la elaboración de la carta magna. Su idea es seguir creciendo, y aterrizar en otros países de América Latina. “Compartimos con varias naciones la misma situación. Tanto de notarías como de acceso a información pública. Tenemos un importante camino ahí”, advierten.
Para este año están consolidando el proyecto de empresa, y para el próximo quieren construir una capa tecnológica más robusta: incluir algunas api por ejemplo, para que sea más fácil acceder y automatizar ciertos pedidos. Pero primero necesitan ser sustentables.
“Nos gustaría convertirnos en una plataforma de crowdfunding, que la gente entienda que somos una plataforma útil para la transparencia, que no le cobramos a nadie, y por ello nos aporten”, apuntan.
Por ahora funcionan en base a donaciones: hay 40 aportantes que fluctúan entre 1.000 y 50.000 al mes. Su plan es llegar a los $ 5 millones mensuales. “Miguel Paz (fundador de Poderopedia y Revenue) es uno de nuestros consejeros. Nos encantaría replicar lo que él hizo, tener herramientas de búsqueda de esos datos que existen pero que están repartidos en distintas bases y que nadie cruza. De Miguel hemos aprendido también de su fracaso. A Poderopedia le fue súper bien levantando fondos, se movió a otros países, pero nunca logró ser sustentable. Él nos ha dicho, ‘tienen que serlo. Si no, no resulta’”, aseguran.
Y concluyen: “En términos de uso estamos bastante contentos. Pero no hemos sido lo suficientemente eficientes en comunicar la importancia de la herramienta. En eso estamos”.