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Cultura

Alex García López, director de Cien años de soledad: “En nuestro continente nunca se había hecho nada a este nivel”

Alex García López, director de Cien años de soledad: “En nuestro continente nunca se había hecho nada a este nivel”

Junto a Laura Mora es el director a cargo de llevar a la pantalla la obra escrita por el Premio Nobel Gabriel García Márquez en 1967, que sigue a siete generaciones de la familia Buendía en un pueblo ficticio llamado Macondo. Recién estrenada en Netflix, la serie es una superproducción y una hazaña al nivel del realismo mágico.

Por: Sofía García-Huidobro | Publicado: Viernes 13 de diciembre de 2024 a las 10:42
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Su historia con la novela es muy parecida a la de muchos adolescentes latinoamericanos, cuenta Alex García López. “La leí cuando tenía unos 14 años y la dejé. Me pareció muy compleja. Ni llegué a hacer el mapa genealógico, ya a la tercera generación me confundí y no sabía quién era quién”, confiesa.

Unos 10 años después el director argentino vivía en Europa y quiso conectar con clásicos del boom latinoamericano y leyó Cien años de soledad. “Ahí fue cuando me impactó esta gran novela y entendí la fama que tenía. Una historia tan entretenida, chistosa, violenta, apasionante. Es la Biblia, es una tragedia griega, es Shakespeare con realismo mágico. Son mil y una cosas que captura Gabo. Nunca había leído algo similar”, comenta el realizador argentino director de títulos como Misfits y grandes producciones como The witcher y Daredevil, entre otras.  
 

Odisea

En 2019 los hermanos Rodrigo y Gonzalo García Barcha, hijos del escritor y productores ejecutivos de la serie, anunciaron que los derechos de la célebre novela habían sido vendidos a Netflix para una adaptación. Una de las condiciones para el trato era que la producción y locaciones debían ser colombianas. 

Poco antes de que comenzara la pandemia Alex recibió el llamado de la plataforma para ofrecerle dirigir varios capítulos de la serie de ocho episodios (que tendrá una segunda entrega con ocho partes más), y aceptó. “Obviamente sin pensarlo, que es algo que hago a menudo, no pienso (ríe). Me tiré al vacío. Después vino el pánico. ¿Cómo vamos a hacer esto? ¿Cómo vamos a darle vida a la novela?”, dice.

Netflix habría invertido cerca de US$50 millones para poner a andar el proyecto, que incluyó la construcción de un pueblo entero recreando Macondo. En la etapa de preproducción se realizó una investigación exhaustiva de las costumbres y tradiciones que eran comunes en Colombia durante el siglo XIX y principios del XX, durante meses se realizó el proceso de casting para dar con los actores que interpretaran al abultado elenco. La filmación tomó más de dos años y recorrió distintas zonas del país como los departamentos de Tolima, Guajira, Cundinamarca y Magdalena, entre otros.


“La primera escena que filmamos fue en un pantano con más de 100 extras. Hay niños llorando, animales, burros, todos con el agua hasta el cuello. Ese fue el primer día y nos mató. Había más de 40 grados en el día, mucho frío en la noche, grabamos en las montañas y en los páramos congelados, gente desmayándose, de ahí a la selva húmeda. Eso para el primer capítulo”, cuenta el director el martes de esta semana conectado a una entrevista con DF MAS.

- Faltan pocas horas para que el trabajo de años llegue a una audiencia de millones de personas, ¿cómo definirías tu estado actual?
- Lo definiría con casi la última escena del capítulo uno, cuando Úrsula Iguarán (protagonista) da a luz a Aureliano y está exhausta, muerta de cansancio, pero ya, parió. Estoy listo para después de tantos años, trabajo, miedo, pasión, dejarlo ir al mundo y a ver qué pasa.

- ¿Revisaste que no viniera con cola de cerdo?
- Creo que no (ríe). Cuando asumí este inmenso desafío había cosas que me preocupaban menos, como la estructura narrativa. Sabía que eventualmente íbamos a encontrar la forma. Para mí el gran miedo era la falta de diálogos. Recuerdo cuando Netflix me manda el primer guion, tenía mucho miedo de abrirlo. Me quedé ahí horas mirando la pantalla y cuando eventualmente lo abro y leo las primeras cinco páginas, que es el prólogo escrito por José Rivera, me surgió una inspiración, una tranquilidad y unas ganas de hacerlo que mantuve todos estos años. Me di cuenta yo, Netflix y Rodrigo García, hijo de Gabo, que teníamos una gran oportunidad. 

- ¿Por qué crees que te eligieron a ti?
- Eso habría que preguntárselo a los productores, pero desde mi punto de vista, creo que el objetivo de este proyecto siempre fue hacer algo extremadamente caribeño, colombiano, pero hacerlo a un nivel de producción al estilo europeo o americano, con recursos muy grandes y un equipo grandioso de más de mil personas. La filmación es siempre una batalla entre creatividad, historia y logística. Es un tetris en que todos los días tenés mil retos. En nuestro continente nunca se había hecho nada a este nivel. Creo que me llamaron a mí porque tengo esa experiencia. Vengo haciendo proyectos muy grandes y muchas adaptaciones. Cabo Vivo y The Witcher son adaptaciones. Y soy latino. Creo que esas fueron las razones. 


- ¿Te resultó muy intimidante llevar a imágenes lo que estaba vivo en la imaginación de millones de lectores?
- Va a pasar lo que les pasa con todas las adaptaciones. Algunos van a decir “yo me imaginaba la casa Buendía más grande, más chiquita, más azul, más verde, a José Arcadio más gordo o más flaco”. La gente siempre se va a sentir casi ofendida de que algo no vaya a la par de su propia imaginación. La relación entre el escritor y el lector es mucho más interactiva. En el formato de cine o televisión, la audiencia es pasiva: “Siéntate que te vamos a entretener”. Espero que esas dudas o críticas del comienzo, rápidamente se vayan evaporando y la gente enganche con la historia que es una locura, que es una locomotora, y que se dejen ir.

- Gonzalo García dijo en una entrevista que la serie funciona como telenovela y que eso a Gabo le encantaría ¿Cómo te queda la etiqueta? 
- Al ser humano nos encanta poner etiquetas: el realismo mágico, la telenovela, el humor negro. Se entiende porque necesitamos darles un espacio particular. La telenovela a veces tiene fama de ser una historia exagerada para gente que está en casa durante el día viendo. Pero la telenovela también es una historia de dramas, de amor, de pasión, de política, de mil cosas. Lo importante es que sea bien hecha, con una historia auténtica, bonita, divertida o lo que sea. Para mí es un tema de ejecución.

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