Los Beatles. “Esa fue la principal razón por la que me vine. Soy muy loco por los Beatles. Es mi gran referente. De chico me acuerdo haberlos escuchado muy concentrado, pensando: ‘Acá hay algo a lo que ponerle atención’. De ahí pasé mucho tiempo sacando todas las canciones, los arreglos, las voces, las guitarras. Fue mi escuela”, cuenta Augusto Errázuriz desde Londres en una conversación por Zoom.

Tiene 29 años y su relación con la música cumple más de dos décadas. A los 9 empezó a tocar guitarra y no paró más. “Me puse a investigar, a tocar covers, armar bandas. Mi colegio era chico y éramos pocos los que tocábamos, entonces había una sola banda y nos ponían para todos los eventos: el Día de la madre, del profesor… éramos como los monitos del circo”, recuerda riendo. 

A los 15 años empezó a componerle canciones de reggaetón a su hermano mayor y a un amigo de él. “Era una especie de humorada que agarró vuelo. Resultó que a la gente le empezó a gustar esas canciones y llegó muy lejos. Con esa banda recorrimos harto Chile”.

Así nació Razz & DyM, dúo de reggaetón -o reggaepop- conformado por Clemente Errázuriz (Razz) y Carlos de Martini (DyM) que se presentó en discoteques y locales nocturnos por todo el país. Su hit “De piel morena” suma más de 300 mil reproducciones en Spotify. Desde entonces fue ganando algo de plata que usaba para comprarse más instrumentos y equipos. 

Cuco, como es más conocido, todavía estaba en el colegio cuando armó su segundo proyecto musical, Soy irracional, junto a un grupo de amigos. La clásica banda de compañeros del colegio también fue tomando un rumbo más profesional, grabaron algunas canciones en estudio y así Augusto fue entrando en el mundo de la producción musical. 

Al salir del colegio siguió la carrera de Publicidad y luego en paralelo entró a estudiar Música en la Universidad Católica. Cuenta que cuando llegó la pandemia y tenía que seguir las clases por Zoom se cuestionó si seguir estudiando y comenzó a trabajar como productor musical. “Empecé a cobrar por hacer música para otros. Fue un momento bien decidor, asumir que quizás no terminaba los estudios, pero sí le veía futuro a hacer una carrera musical”, dice Errázuriz. Los clientes fueron llegando a través del boca a boca. “Nunca me he promocionado mucho. Debería hacerlo más. Hago ese mea culpa”, admite. 

Entonces surgió la posibilidad de partir a estudiar al Abbey Road Institute en Londres. También consideró postular a la academia Blackbird en Nashville, Estados Unidos, pero optó por el primero. Tuvo una entrevista, mandó un portafolio con sus trabajos y también le pidieron tocar música. Augusto es multiinstrumentista: toca teclado, batería, bajo y guitarra. Quedó.

Llegó a Londres a principios de 2023 y estudió todo ese año. Antes de terminar el curso consiguió la visa de talento, sin la cual desde el Brexit es prácticamente imposible quedarse en el Reino Unido a trabajar en el área creativa, explica el productor. “Siempre vine con la idea de quedarme, y eso fue clave para lograrlo porque todos los movimientos que hice fueron pensando en obtener la visa”, comenta desde la capital británica. 

En junio de 2024, recibió su Diploma en Producción Musical e Ingeniería de Sonido. En Abbey Road Institute eligen a dos alumnos de cada generación para que se queden trabajando en la academia como parte del equipo técnico. El chileno tuvo el honor de ser uno de ellos. Augusto explica que el instituto tiene sede en un estudio que se llama Angel, en el barrio de Islington, donde han grabado nombres como Adele, The Cure, Florence and The Machine, entre muchos otros. En 2019 Abbey Road Studio adquirió ese espacio para montar la academia y hacer crecer su operación. 

Errázuriz trabaja en ese edificio y también en el estudio clásico de la calle Abbey Road, ahí donde los Beatles grabaron casi todos sus discos y se inmortalizaron cruzando el paso de cebra para la portada del álbum homónimo.

“Trato de conservar esa mística de trabajar aquí. Y es bien impresionante, porque te cruzas con gente famosa todo el tiempo. De repente aparece Robert Smith (The Cure) en el pasillo. O el otro día estaba Anthony Hopkins en el casino. En mi vida me imaginé toparme con gente así en mi lugar de trabajo”, dice. Explica que ahí se graban bandas sonoras de producciones cinematográficas con grandes orquestas, como Star Wars o El señor de los anillos, por mencionar algunas emblemáticas. Entonces también es lugar de tránsito para gente del cine.  

Su trabajo consiste en labores dentro de la academia y asistiendo sesiones de grabación en el estudio. “Básicamente estar a disposición de los ingenieros y de los músicos para que todo salga bien”, describe.

Eso le toma la mitad del tiempo y el resto lo dedica a su labor produciendo discos para distintos artistas. Arrienda un estudio en Hackney, barrio al este de Londres. Actualmente está trabajando en el primer disco de María Monroy, cantante chilena que creció en Suiza y vive hace 10 años en Londres. Conectaron allá porque ambos eran chilenos. También está trabajando con una artista española que se llama Mavika y con el músico chileno Benjamin Walker, que vive en México, pero pasa algunas temporadas en Londres. Otros compatriotas que menciona son Ítalo Arauz, baterista de la banda Matorral, y Francisco Victoria.

Cheff Cuco, alias que partió como broma y se transformó en su identidad de redes sociales (en Instagram y Spotify se llama así), adelanta que vienen más proyectos que todavía no puede compartir.

Además, está incursionando en el terreno de las bandas sonoras. Colaboró con el compositor de cine Alfie Godfrey en la música de la película Marching Powder que se estrena allá en abril, y le interesa seguir explorando ese camino.

“Ahora que estoy en Abbey Road presenciando cómo funciona todo ese mundo lo encuentro fascinante. Ver a ingenieros llevando a cabo sesiones con orquestas de 40 músicos, todo ese engranaje, ese nivel de industria... Me siento muy afortunado. Estoy aprendiendo muchísimo”, relata. 

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Ser irracional
Mientras aprende y se desarrolla como productor, tiene pendiente terminar un nuevo disco de Soy irracional. Espera tenerlo listo para abril. Comenta que hacer un álbum a la distancia es difícil, “pero ahí seguimos”. Soy irracional partió como rap, pero ha mutado a algo más indie o pop, señala el músico. Durante 2018 y 2019 se presentaron en distintos locales de Santiago, como el Centro Arte Alameda, el Club Chocolate o el Club Amanda, también hicieron una gira de varias fechas por ciudades como La Serena, Viña del Mar, Pichilemu, Valdivia, Puerto Montt, e incluso participaron de un festival en Buenos Aires.

Luego vino la pandemia y durante un buen tiempo desaparecieron los shows en vivo. Cuando Errázuriz partió a Londres, la banda entró en un receso. Se despidieron el 1 de diciembre de 2022 con una tocata en la Sala Metrónomo en Bellavista.

Sobre sus preferencias musicales, Augusto afirma: “Hago de todo. Es muy difícil que no me guste algo musicalmente”, dice. Le interesa también la música urbana, aunque admite que últimamente se ha desactualizado sobre lo que ocurre en esa escena. Sí le pone fichas a la artista chilena Akriila. Comenta que en Inglaterra hay varias figuras sudamericanas que llaman la atención y cita a los argentinos Catriel & Paco Amoroso. “Cuando se viralizó la sesión del Tiny Desk muchos ingleses me preguntaban a mí. ‘Oye, tú que eres latino’, lo mismo para ellos que ser argentino, ‘¿los conoces?’”. Y efectivamente los conoció. Cuenta que es amigo del percusionista y cuando estuvieron en Londres en diciembre grabó una jam session con ellos.