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Cultura

Renato Peralta: Testigo vivo de la danza chilena (y padre de los Power Peralta)

Renato Peralta: Testigo vivo de la danza chilena (y padre de los Power Peralta)

El Ballet Nacional Chileno cumple 80 años y Renato Peralta ha estado ligado a la compañía por medio siglo. Fue bailarín, maestro y repositor, y hoy es director de escena. Desde ahí, el padre de los gemelos Gabriel y Raúl Peralta comparte lo que sabe y se encarga de preservar la historia del ballet contemporáneo en Chile.

Por: Josefina Hirane - Fotos: Registro personal de Renato Peralta | Publicado: Viernes 25 de abril de 2025 a las 13:54
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Mientras sus compañeros del Liceo Amunátegui practicaban fútbol, Renato Peralta, de 16 años, aprovechaba la hora de Educación Física para pedir un par de colchonetas y un cajón de salto. Prefería jugar a la pelota los fines de semana en la Quinta Normal y en el liceo concentrarse en practicar gimnasia artística, para trabajar la coordinación, el equilibrio y la elasticidad que le exigía esa otra forma de moverse. 

Alguna vez soñó con ser gimnasta profesional, lo que no imaginó nunca fue convertirse en bailarín. De hecho, la historia empezó con un engaño.

Un día de 1974, su hermano Arturo, cinco años mayor y parte del Ballet Nacional Chileno (BANCH), lo invitó a ver una clase con un pretexto perfecto para un adolescente: le dijo que habría muchas “niñas lindas”. Lo llevó a la Escuela de Danza de la Universidad de Chile, ubicada en el séptimo piso de un edificio en la calle Compañía.

Al terminar la clase de observación, la profesora lo sorprendió: “Tienes que ir a vestirte. Tu hermano te dejó ropa”. Sin el carácter para negarse, tomó su primera clase de ballet. Había visto tantas veces a su hermano ensayar en la escalera de la casa, que pudo imitar un par de pasos. Ese mismo día le tomaron la prueba de admisión para ingresar a la escuela. Y la aprobó. 

Del aula al escenario

Dejó el colegio y entró al Instituto de la Universidad de Chile para artistas (ISUCH), donde en las mañanas cursaba cuarto medio y por las tardes se entregaba por completo al rigor de la danza. El vínculo entre la escuela y el Ballet Nacional Chileno era estrecho, y entrar a la compañía era el sueño de muchos. Ante la falta de hombres en sus filas, en 1976, aún siendo estudiante, Renato fue contratado formalmente. “Me terminé de formar en el escenario”, dice.

Durante su carrera como bailarín, Renato interpretó algunos de los roles más emblemáticos del repertorio del BANCH. Fue el bufón de Carmina Burana, personaje que encarnó durante 15 años y que más tarde remontó como maestro, e interpretó también el especulador en La mesa verde, una de las obras fundacionales de la danza moderna.

Bajo la dirección de Patricio Bunster protagonizó Calaucán, y fue el único bailarín que interpretó ese personaje mientras la obra estuvo en repertorio. A los cuarenta y tantos, cuando el cuerpo empezó a pasar la cuenta -con meniscos rotos, lesiones en la espalda y una prótesis en la rodilla-, Renato decidió dar un paso al costado. “Son como las rayas del tigre -dice-.

Si me las hice en el escenario, bienvenidas sean”. Antes de retirarse, le pidió al director de entonces, Edgardo Hartley, que lo preparara para convertirse en maestro. Se formó en pedagogía, estudió metódica y aprendió a ser repositor. “Tuve una linda carrera como bailarín. Cerré esa etapa con gratitud”, afirma.

De Alemania a Santiago 

Retrocediendo a 1940, Chile era un país cuya vida cultural aún se concentraba en el teatro clásico, la música docta y expresiones populares como la zarzuela o el folclor. Fue entonces cuando Ernst Uthoff -bailarín, coreógrafo y exintegrante del mítico Ballet Jooss- llegó desde Europa junto a Lola Botka y Rudolf Pescht.

Cinco años después, fundaron el Ballet Nacional Chileno en el seno de la Universidad de Chile, dando origen a la primera compañía profesional de danza contemporánea del país y una de las más antiguas de América Latina. Inspirados en la escuela expresionista alemana, rompieron con los moldes clásicos e iniciaron lo que hoy se reconoce como el nacimiento de la danza moderna en Chile.

Con Ernst Uthoff, Renato Peralta tuvo una relación estrecha y formativa: fue él quien lo eligió para uno de los papeles principales de su carrera. “Con la mirada te decía todo”, recuerda. 

El baile en la sangre 

Décadas más tarde, Renato y Mónica Valenzuela -su exesposa y quien también era bailarina de la compañía- tuvieron a sus hijos gemelos, Raúl y Gabriel. “Literalmente, aprendieron a caminar en la sala de ensayo”, dice Renato. Aunque al principio los empujó hacia otros rumbos -los inscribió en todos los deportes y los animó a estudiar Ingeniería Comercial en Alemania-, la danza los encontró igual.

Hoy, los Power Peralta son referentes del estilo urbano, fundadores de un estudio de baile con tres sedes en Santiago y protagonistas de una carrera internacional que los ha llevado al Cirque du Soleil y a trabajar con Jennifer Lopez. “Yo no les inculqué nada. Sólo quise que, como yo, se dedicaran a lo que les hiciera felices”, dice.

Pese a tener estilos diametralmente distintos, en 2019 los caminos de la familia Peralta volvieron a cruzarse en el BANCH: el actual director artístico, Mathieu Guilhaumon invitó a los Power Peralta a montar la obra Hats Off! junto a la compañía. “Yo lloré cuando me lo propusieron”, recuerda Renato.

“Este proyecto nació de un profundo deseo de cruzar disciplinas y provocar el encuentro entre dos mundos que, en apariencia, no tienen mucho en común”, dice Guilhaumon. “Pero también fue un regreso a sus raíces: los Power Peralta crecieron en las salas del BANCH, y esa historia personal le dio un sentido muy especial a esta colaboración”.

Guilhaumon explica que no se trataba de unir estilos de forma forzada, sino de confrontarlos con curiosidad y respeto: “Ese roce entre la gestualidad introspectiva del BANCH y la energía escénica de los Power Peralta generó una tensión creativa muy fértil”. 

Obreros de la danza

A lo largo de sus 80 años, el Ballet Nacional Chileno ha tenido que resistir más de una vez para seguir existiendo. Cuando Renato ingresó a la compañía, ésta no tenía teatro propio: sus integrantes viajaban por todo el país, presentándose en gimnasios, galpones o escuelas, a veces en pisos limpiados con petróleo para que brillaran bajo la luz. “Éramos obreros de la danza”, recuerda.

Durante la dictadura, quedaron bajo la autoridad de un decano militar. “Nos obligaron a hacer ballet clásico, aunque nuestra formación era en danza contemporánea”, cuenta. Muchos bailarines se fueron. Los que se quedaron, como Renato, hicieron lo que fuera necesario para mantenerse en pie. 

La compañía ha pasado por reducciones en el elenco, cambios políticos, nuevos directores y lenguajes. Pero Renato nunca se ha movido de ahí. Fue bailarín, maestro, repositor, y hoy es director de escena. Desde ese lugar se ha vuelto una especie de archivo viviente de la danza chilena. “Hay fotos antiguas de bailarines que sólo yo puedo identificar. Soy el último eslabón de esa época, y eso me llena de orgullo”, dice. 

La improbable ruta de obras de Roberto Matta, Cecilia Vicuña y Eugenio Dittborn al museo más importante de Qatar

Una decena de piezas de artistas chilenos se exhiben en el museo más importante del país árabe, como parte de una muestra que reúne más de 170 trabajos de arte latinoamericano. La exposición pertenece a la colección del empresario argentino Eduardo Costantini e incluye nombres como Frida Kahlo, Diego Rivera, Leonora Carrington, Fernando Botero y Miguel Covarrubias. La iniciativa forma parte del plan de Qatar por expandir su influencia más allá del petróleo.

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