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Cultura

Claudio Tolcachir, director argentino: “Me deprime que se pueda banalizarlo todo”

Claudio Tolcachir, director argentino: “Me deprime que se pueda banalizarlo todo”

Mientras trabaja intensamente para estrenar Blackbird el próximo martes, el reconocido director argentino se refiere al particular método de ensayos a la distancia que instauró junto a Néstor Cantillana y Carolina Arredondo. Tolcachir también habla del teatro como vehículo para abrirse a la complejidad del alma humana y toma distancia de cualquier función moralizante.

Por: Sofía García-Huidobro | Publicado: Viernes 7 de enero de 2022 a las 18:00
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Después de dos meses de ensayo telemático, el actor, dramaturgo y director de teatro argentino Claudio Tolcachir (46) acaba de salir de su primera jornada de ensayo presencial. Viajó a Santiago el domingo pasado desde Buenos Aires y después de unas diez horas de aislamiento -esperando el resultado del PCR del aeropuerto- el lunes 3 de enero conoció finalmente a Carolina Arredondo y Néstor Cantillana, los actores que interpretan a los dos personajes de Blackbird

La obra que dirige forma parte de la programación de Santiago a Mil 2022, y se podrá ver entre el 11 y 16 de enero en el Teatro Municipal de Las Condes, el 22 y 23 en el GAM, y el 26 habrá una función en el Teatro del Biobío en Concepción.

Escrita por el dramaturgo escocés David Harrower en 2005, Blackbird ha sido puesta en escena múltiples veces, una de ellas en 2016 en Broadway, con la actuación de Jeff Daniels y Michelle Williams. Ese año también se estrenó una versión cinematográfica titulada Una, con Rooney Mara y Ben Mendelsohn en los roles protagónicos.

Ensayos híbridos
Tolcachir, quien acaba de ganar el Premio Konex de Platino 2021 por sus últimos 10 años de trayectoria, cuenta que hace tiempo quería montar esta obra, pero le había costado encontrar quién se animara a producirla.

La trama es polémica: una mujer se acerca a un hombre mayor, a quien no ve hace años, para enrostrarle la relación que sostuvieron siendo ella menor de edad. Se la propuso a Stgo a Mil y ellos le dieron el ok.

“Entonces pedí que me recomendaran actores, y me hablaron de Néstor (Cantillana) y Carolina (Arredondo). Los espié en sus trabajos anteriores y dije ¡vamos! Tuve suerte, me han tocado dos intérpretes extraordinarios que se han volcado al trabajo de forma fascinante”, comenta el fundador de la compañía Timbre 4.

El Zoom como herramienta de trabajo ha sido una sorpresa para el director trasandino, dice. Las primeras lecturas del texto y el trabajo de los personajes de Blackbird, lo comenzaron cada uno desde sus casas. Luego los actores empezaron a ir a la sala de ensayos y Tolcachir los dirigía a través de la pantalla. “Hoy al verlos en vivo se me ponía la piel de gallina, tenerlos ahí fue muy poderoso”, confiesa.

“Fue una experiencia arriesgada, a través de un sistema virtual y funcionó. Me atreví a proponer esta modalidad al festival porque durante el confinamiento en Argentina trabajé así con mis alumnos. Tuve que vencer mi resistencia inicial y me di cuenta de que muchas cosas se podían hacer, logró ser productivo e incluso enriquecedor. Esto solo lo puedes hacer si cuentas con actores que además de talento tengan una disposición de trabajar con un director que está en una pantalla mirándolos. Nunca suspendimos un ensayo y fue un proceso que disfruté muchísimo. La clave está en no pedirle al Zoom lo que no te puede dar”, comenta el realizador.

Acota que él prefiere usar la tecnología como herramienta y no como medio de representación: “Hay gente que encontró un medio de expresión nuevo, que les dio alas y que han usado muy bien. Yo simplemente lo he utilizado como mecanismo de trabajo, sobre todo porque siento que no soy un buen espectador de eso”.

Hasta el 11 de enero tendrán jornadas maratónicas de ensayos, adelanta el director de Blackbird, por lo menos de 10:00 a 19:00 horas. Y eso que los actores, asegura, tenían bien avanzado el trabajo corporal en escena, pero explica que se trata de un texto complejo, cargado de capas y contradicciones: “Hay algo que nos apasiona del material y que es más fuerte que nosotros. Eso cuando sucede hay que aprovecharlo”.

El complejo acto de pensar
-La obra aborda una situación de abuso infantil, ¿cómo te haces cargo de un tema tan moralmente delicado?
Me interesa muchísimo la complejidad. El teatro no tiene una función moralizadora ni pedagógica. No se encarga de avalar o condenar una conducta, o tendríamos que interpretar puros personajes correctos, éticos y sanos.

Y la verdad es que la historia del teatro está hecha de conflictuados, inmaduros e incapaces que son un cúmulo de equivocaciones, traumas y patologías. Para nada el autor pretende opinar, que sea el público el que haga la digestión. Esta es una obra que va a generar muchísima charla y discusión, y esa es la intención. Me encantaría poder esconderme y escuchar las conversaciones de la gente al salir de la obra.

-¿Eres contrario a las moralejas?
Si. Eso desprecia muchísimo al espectador. Esta obra es una bomba atómica donde los personajes están atrapados en una selva de contradicciones. Hay un abismo entre sus emociones y su razón. No hay que pensarla como una bandera feminista ni machista, no tiene nada que ver con eso.

El mundo audiovisual o de las comunicaciones ha ido generando la costumbre de simplificar los mensajes: “estoy a favor o en contra”. De este lado o del otro. Me deprime mucho que se pueda banalizarlo todo, que sea fácil opinar de todo. En el caso del abuso no hay nada que discutir, la obra no se pregunta si está bien o mal: está mal, por supuesto. Es una monstruosidad. Lo interesante es cómo lo vivieron estos personajes.

Reconocimiento platinado
Tolcachir acaba de recibir el Premio Konex de Platino 2021, un importante reconocimiento en Argentina. Organizados por la Fundación Konex, son galardones otorgados a distintas a personajes de distintos ámbitos por votación de sus pares.

“Me dio mucha impresión y honor haber sido elegido por mis compañeros. Fue muy hermoso después de dos años tan duros con la pandemia. Un lindo regalo sentirse reconocido”, dice el actor y director, quien a sus 46 años aún es joven para recibir un premio a la trayectoria.

“¿Me estarán retirando?”, se pregunta riendo. Hablando en serio comenta que en la vida profesional se van persiguiendo distintas metas: primero encontrar la vocación, luego desarrollar un lenguaje propio, a continuación ser reconocido y tener trabajo.

Llegado cierto punto, asevera, “la búsqueda se vuelve más profunda y se trata de encontrar un estímulo que resulte apasionante. Investigar nuevos lenguajes, poder parar si no tengo nada que decir, sentir ganas. Tratar de quitar el ruido de mi cabeza y encontrarme con el deseo más puro”.

El arte se instala también en el MUT

Entre el look industrial y las áreas todavía en construcción, pasa casi desapercibida la planta abierta donde este fin de semana abrirá OMA Art Gallery en el Mercado Urbano Tobalaba. Son 160 metros cuadrados que albergarán una intensa programación de exposiciones, a cargo de José Manuel Belmar, durante los próximos meses.

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