Se ha dicho mil veces, pero vale la pena repetirlo: Future Nostalgia es quizás el disco más emblemático de la pandemia.

Lanzado el 27 de marzo del 2020, el segundo álbum de Dua Lipa entregó a sus oyentes, en particular a la generación Z, exactamente lo que necesitaban mientras estaban secuestrados en sus hogares: una elegante colección de himnos disco inteligentes listos para salir a reconquistar las pistas de baile apenas terminara la pesadilla… o, por qué no, para bailar juntos como una especie de vigilia a través de las pantallas de sus teléfonos.

Quizás por eso cuando finalmente nos encontramos todos la noche del viernes en el amplio, iluminado - y desconocido para muchos- Estadio Bicentenario de La Florida, se sentía una energía que al menos yo había olvidado. De hecho, la misma Dua lo percibió y agradeció: “Gracias por el amor, por su energía y gracias por su apoyo”, dijo en perfecto español.

Fotos: Video en Twitter de la cuenta de DF Medios.

Si bien no era muy fácil verla directamente, principalmente porque la misma generación Z que la convirtió en el ícono que es hoy no podía evitar repetir la experiencia de compartir su euforia en sus pantallas, me impresionó lo real y auténtico que se sintió todo, no sólo arriba del escenario, también entre el público que la alentaba, sonreía, gritaba y compartía (sin mascarillas) como no lo hacía en años.

Y el show que ya veníamos viendo hace meses en reels de Instagram, memes y prensa oficial, definitivamente cumplió las expectativas: A las 21 horas en punto, luego de un encandilante juego de luces y unas visuales que presentaban a “los personajes” que estábamos por conocer (su talentoso cuerpo de baile), apareció ella en un enterito verde esmeralda pegado a su cuerpo con guantes largos; la diva pop del momento atrajo la vista de todos los presentes que no podían dejar de expresar su emoción y entusiasmo por verla sobre el escenario.

Como era esperado, abrió con su canción Physical, convirtiendo al estadio en una pista de baile al instante. Si bien hizo uso del playback, su micrófono dejaba exhibir su tremendo rango vocal mientras ejecutaba una coreografía ágil e impactante por su sensualidad.

La energía y esa voz rasgada característica de Dua Lipa nunca flaquearon durante todo el set de casi dos horas que incluyó cada uno de sus éxitos como Levitating, Break My Heart, Love Again e incluso Cold Heart, su colaboración con Elton John.

Hoy, las redes chilenas tienen sus propias versiones de sus ya famosos e icónicos momentos del Future Nostalgia Tour: el increíblemente sensual meneo que hace con el atril del micrófono en “Pretty Please”, sus cambios de vestuarios firmados por los mejores diseñadores del planeta, sus selfies paseando por nuestra ciudad (aunque hay que decir que con harto menos entusiasmo que en Buenos Aires), su cuerpo perfecto, su carisma y sus detalles personalizados (Mi favorita, cuando se dirigió al público para decir, muy coqueta, “Loquita suelta... yo también”).

Con solo un catálogo de canciones de cinco años, el Future Nostalgia Tour se sintió más como una colección de grandes éxitos que como una celebración de un álbum de estudio. 

Si pensamos que inicialmente la cantante tenía reservas sobre el lanzamiento del álbum y en un Instagram Live admitió entre lágrimas a los fanáticos: “No estoy segura de si estoy haciendo lo correcto, pero creo que lo que más necesitamos en este momento es música, y necesitamos alegría y necesitamos estar tratando de ver la luz”. 

Hoy, ese mismo momento de vulnerabilidad genuina vuelve aún más empoderador verla convertida en la estrella del pop que es, muchos se enojaron por la comparación con Cher (me incluyo) pero dénle un tiempo más y sin duda estará a la altura. Dua Lipa es una diva.