Cultura
El sueño de Arturo Labra de instalar el primer circo estable de Chile se hizo realidad en Ciudad Empresarial
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Hacer el primer circo estable de Chile. Esa es la misión que se propuso Arturo Labra. Para cumplir ese sueño se asoció con Germán Aguirre, que es novena generación de familia circense. La locación es Ciudad Empresarial. En esta zona de Huechuraba donde se sitúan las oficinas de importantes empresas además de restaurantes, tiendas y viviendas, llama la atención una inmensa carpa de circo.
Arturo es hijo de Jorge Labra, presidente del Grupo Hispano Chilena y socio fundador de Ciudad Empresarial. De formación más artística –estudió literatura y un magíster en escritura–, hace más de diez años se propuso generar un vínculo entre la zona de oficinas y las comunidades vecinas.
Con esa idea formó la corporación cultural Cebra, con la cual desarrolló programas como el circo social con vecinos de La Pincoya y una competencia anual con artistas de semáforos de todo el país.
“Pienso en el territorio como un cuerpo, donde la ciudad empresarial es un hemisferio y La Pincoya otro”, explica el gestor en su oficina ubicada en Huechuraba. Cuenta que vive en Olmué hace 12 años junto a su mujer y su hija, pero viene a Santiago dos veces a la semana.
Circo y psicomagia
Cebra partió como un programa financiado por la inmobiliaria familiar, y ya siendo corporación cultural, en 2013, se acogió a la ley de donaciones. En un comienzo se trató de una revista de cultura popular que el mismo Arturo editaba y repartía en las oficinas y locales del barrio empresarial. “Pensé ‘¿cómo humanizar este territorio?’ A través de las comunicaciones”.
Luego, dice, los espectáculos de Cirque du Soleil lo marcaron profundamente: “Me sensibilicé mucho”. Explica que entre que llegaba el primer camión y montaban el espectáculo, hasta que se retiraban, el elenco internacional pasaba hasta cuatro meses en Ciudad Empresarial. En ese tiempo le tocó vincularse con artistas y productores de la compañía circense.
Labra cuenta que en 2014 la relación que estableció con el company manager de Cirque du Soleil, Patrick Flynn, trascendió. “Sembramos el sueño de crear un polo creativo en torno al circo. Lo decretamos, subimos a la punta del cerro y realizamos un acto de psicomagia. En ese momento tuve la visión de inspirar y conectar a personas y empresas a través de la creatividad, la risa y el juego”, se explaya.
Primero consiguió que la inmobiliaria le facilitara un galpón industrial que estaba desocupado y que transformó en un centro de residencias para grupos de circo contemporáneo. Durante 22 meses, 15 compañías y unos 200 artistas ligados al circo y teatro callejero pasaron por ahí. Parte del trato con ellos incluía realizar funciones gratis para los vecinos.
Luego el galpón se vendió y Arturo le pidió a su familia que, con parte de esa venta, le otorgaran recursos para comprar una carpa de circo. Esa primera tienda ahora funciona como camarín de la carpa principal que tiene 60 metros de diámetro y capacidad para 1.400 personas.
En 2018 Arturo Labra montó su primer espectáculo propio; contrató a una banda de cumbia, a 16 payasos y a ocho acróbatas. También escribió el guion y dirigió el show que se llamó circo Cumbia Sur. Fue un éxito de audiencia y salió de gira a regiones.
En 2019 ganó un Fondart de 100 millones para realizar un proyecto de circulación con compañías circenses de cuatro regiones –Coquimbo, Valparaíso, Santiago y O’Higgins–, pero como vino el estallido y posteriormente la pandemia, tuvieron que reformularlo y hacerlo en versión digital.
A principios de 2020 lo invitaron a Cataluña a producir un espectáculo con los Gypsy Kings. Arrendaron la emblemática carpa Raluy y la familia Baliardos se trasladó desde Montpellier. En abril saldrían de gira por España, lo cual la pandemia hizo imposible. A cambio transformaron el show en una pieza audiovisual.
“Fue una experiencia muy bonita trabajar con esta familia gitana”, recuerda. Y adelanta que está buscando inversores y productores para traer la función a Chile en un futuro próximo.
Punto fijo
En 2021 nació Nido Circ, la compañía en la que es socio con Germán Aguirre. Ya habían trabajado juntos y habían viajado a Europa para conocer a los principales festivales de circo, donde se reunieron con productores, directores, agentes y representantes.
Por parte de Aguirre, la idea de asociarse con Labra tenía el propósito de dar un salto grande que requería de mayor inversión. Él viene de la tradición itinerante y la apuesta era instalarse en un lugar y generar distintos espectáculos.
Hicieron un primer piloto en septiembre pasado. Inicialmente serían tres semanas de funciones, pero como se agotaron las entradas, estas se fueron prolongando hasta diciembre. “Fue alucinante, la gente tenía muchas ganas de volver a la presencialidad”, comenta.
Labra define Nido Circ como una mixtura de circo tradicional y contemporáneo, parte del elenco está compuesto por la familia Aguirre y el resto son artistas externos: malabaristas, acróbatas, bailarines, actores. En cada espectáculo actúan entre 18 a 25 artistas. También van contratando a distintos talentos del mundo del espectáculo para que colaboren con las diferentes producciones. Ahora están trabajando con Vasco Moulián.
En el verano se instalaron con la carpa en Cachagua, pero a tres días del estreno, la comuna de Zapallar cambió de fase por un alza en los casos de Covid-19 y debieron suspender.
Actualmente están con funciones de Tarzán y para septiembre están preparando un nuevo espectáculo: Alicia en el País de las Maravillas.
El target es público familiar. El año pasado montaron una temporada inspirada en Halloween con elementos del Día de Muertos, y familias enteras llegaron a celebrar la festividad al circo.
En cuanto a cifras, Labra cuenta que la facturación 2021, entre septiembre y diciembre, fue de 560 millones de pesos. La carpa y demás instalaciones representan una inversión de 1,5 millones de dólares.
Y aunque los ingresos son por concepto de venta de entradas, ahora están explorando captar un sponsor auspiciador para Alicia en el País de las Maravillas porque este espectáculo tendrá un componente especial: parte del elenco serán artistas ucranianas.
Mario Cárdenas, trapecista y primo de Aguirre, vivía en Ucrania con su mujer, la bailarina Irina Andriushchenko, y cuando estalló la guerra lograron venirse a Chile. El plan ahora es conseguir los medios para traer a más artistas ucranianas, conocidas de Irina, para montar el show.
Todos a la feria
El gran proyecto de Nido Circ ahora es instalar una feria de atracciones con juegos mecánicos, globo aerostático, escuela de trapecio, ponys, foodtrucks, etcétera. En julio, durante las vacaciones de invierno escolares, traerán una feria desde Coquimbo como iniciativa piloto para ver cómo funciona y evaluar la posibilidad de traer en un futuro al parque temático argentino Super Park.
“Queremos que este sea un polo de entretención donde el público venga a pasar el día. Que compren un ticket, o ‘pasaporte’, que funcione como entrada al circo y acceso a cinco juegos”.
Aunque sea artista y creativo, el lenguaje de negocios no le es ajeno porque creció en una familia de empresarios. “Y finalmente, todo es circo”, dice.
Sobre el terreno, afirma que estarán instalados en el mismo lugar por lo menos los próximos cinco años. A su familia le gusta el proyecto y consideran que este le da valor agregado al barrio porque genera movimiento durante el fin de semana.
Además de la programación de la carpa y la feria, durante el segundo semestre espera retomar la escuela de circo social.
Y en septiembre, como es tradición para celebrar el Día Nacional del Circo, tendrá lugar una nueva versión del concurso de artistas de semáforo.