Una chilena que vive hace más de 20 años en Argentina, le presenta un pretendiente a su mejor amiga para romper con una larga tradición de malas elecciones. Se trata de otro chileno residente en el país vecino que juega tenis con su marido. Pero al momento de la presentación, una pequeña discordancia (una cepa confundida con un economista) enciende su detector de mentiras interior y se propone desenmascararlo.
Miénteme es una comedia de situaciones protagonizada por Leonor Varela, Benjamín Vicuña, Lucas Akoskin, Florencia Peña y Coca Guazzini, dirigida por Sebastián Schindel. La coproducción argentino-chilena producida por Heaven Entertainment, Magoya Films, Inversiones Cinematográficas y Aliwen Entertainment, se estrena el 21 de septiembre en Amazon Prime Video.
La filmación se pospuso casi un año por razones pandémicas y finalmente tuvo lugar entre diciembre de 2021 y enero de este año en Buenos Aires. Fueron seis semanas de rodaje, con dos de ensayos incluidas, durante las cuales les tocó atravesar un “pequeño peak de Covid”, dice Sebastián Schindel. “Perdón, ¡pero fue una ola grande!”, lo interrumpe Leonor Varela. Los dos protagonistas chilenos y el director trasandino conversan con DF MAS en una sala del Hotel Bidasoa, en Vitacura, como parte de la promoción de la película.
Cuentan que la mayoría del equipo de producción y elenco se contagió en algún momento, aunque nadie de gravedad. La familia Akoskin Varela, junto a su hija Luna, tuvieron que estar cinco días confinados, lo mismo Schindel, quien incluso dirigió un par de jornadas de manera remota. “Todos los días alguien amanecía enfermo”, recuerdan.
Benjamín Vicuña zafó, aunque compartía motorhome y casata de helado con Lucas. Porque otra particularidad de esas semanas de filmación fue que les tocó una ola de calor en que las temperaturas bordeaban los 40 grados.
Los personajes de Akoskin y Vicuña son dupla de tenis en la cinta.
Risas y chilenismos
“Es mi primera comedia. Hace años que quiero experimentar, hacer nuevas cosas, asumir otros desafíos. Les pasa también a los actores que los ubican dentro de determinado tipo de roles y quieren que los llamen para hacer otro tipo de personajes”, comenta Sebastián Schindel.
Durante los últimos dos años el realizador ha estrenado dos exitosas cintas en Netflix: Crímenes de familia y La Ira de Dios. Cuenta que co-escribió el guión de Miénteme al mismo tiempo que Crímenes de familia, thriller policial protagonizado por Cecilia Roth y Miguel Ángel Solá, entre otros. Una cinta, que al igual que sus otras producciones, tiene un tono más oscuro y tenso. Lo contrario de Miénteme, que persigue un humor liviano. “Repartía mi cabeza entre las dos cosas y las disfrutaba de igual manera. Fue un aprendizaje”.
Los protagonistas junto al director.
“Lo encuentro súper valiente de parte de Sebastián y se comprobó la tesis de que un buen director es intergénero, porque más que momentos de humor, puede descubrir momentos de verdad”, comenta Vicuña.
“Para mí también fue mi primera comedia y lo sentí como una curva de aprendizaje, pero el aporte de Flor (Peña), Benja y otros, fue enriqueciendo este formato novedoso. Algunas cosas fueron más desafiantes, pero profundamente entretenidas. Salir de tu zona de confort es parte del crecimiento”, agrega Leonor.
“Se refleja en la película que fue un proceso luminoso, divertido, desde los ensayos hasta cómo se planteaban las escenas. Todos pusimos lo mejor de nosotros para contar esta historia, que también tiene algo de suspenso. Quiero destacar que había un súper desafío de hacer una película para dos países, porque la idea es que pueda funcionar en Chile y Argentina, y esto no solo está coordinado desde la producción y el financiamiento, también desde el guion”, afirma Benjamín.
El director cree que la película funcionará aquí y que estos personajes “argentinizados” a los que se les escapan los chilenismos cuando pierden la compostura, causarán risas de este lado de la cordillera. “A mí me encanta y tengo mucha ilusión de cómo lo va a recibir el público chileno. A Benja estoy acostumbrado a escucharlo hablar con tono argentino, aunque le queda alguito de chileno, y me gusta verlo en esta nueva faceta”, reconoce Schindel.
“Este es un proyecto que nació de mi marido (Lucas Akoskin) y lo gestó con estos personajes pensados para nosotros, me invitó a mí y a Benjamín a participar, y Sebastián escribió para nosotros, eso es un lujo. Estoy súper agradecida porque a menudo me toca modificar mi lenguaje y si bien no vivo en Argentina como Benja, estoy casada con uno, y él y mi hija me hablan de vos. Es muy contagioso”, señala Varela con su mixtura de acentos.
Benjamín Vicuña agrega que la coproducción también tiene otra particularidad: “Con Argentina hemos tenido una relación más unilateral, desde Chile consumimos mucho cine, literatura, rock y fútbol argentino. Allá solo una élite muy chica conoce a Pablo Larraín, Sebastián Lelio y para de contar… Entonces es interesante que se crucen referentes y que conozcan a una Coca Guazzini, tremenda actriz chilena”.
“Cuando filmo una película no pienso solo en lo que sucede dentro del rectángulo de la pantalla sino también en lo que pasa en la fantasía del espectador, esta es una comedia que, en su sencillez de aventuras torpes y simpáticas, tiene muchísimo diálogo con la realidad y toca temas que cualquier cuarentón puede sentir con su pareja y amigos, algo parecido le pasó a uno”, suma Schindel.
La trama gira en torno a las mentiras y hasta dónde éstas son perdonables. “El guiño que no es menor, si las mentiras blancas dañan a otro o pueden servir para salvar un trabajo, un matrimonio. Es una cosa instalada culturalmente, que casi heredamos de nuestros padres”, dice Benjamín.
“Todos mentimos todo el tiempo. Cuando uno miente en el curriculum, ni nos damos cuenta. Claro que en este caso hay un personaje que se pasa un par de pueblos”, comenta Schindel.
Se suma Leonor: “Nadie es blanco y negro, todos tenemos matices de gris, nuestra humanidad nos conecta con ese deseo de agradar, que te quieran, te validen y te vean. Mentimos u omitimos. Censuramos la mentira del otro y no nos damos ni cuenta de que nosotros también mentimos. Pero la película no es moraleja”.
Vicuña agrega a la conversación otro referente del cine: “Como en la película Perfectos desconocidos (cinta original de Paolo Genovese, 2016, donde un grupo de parejas pasa una velada con los teléfonos abiertos al resto). Uno tiende a creer que lo más grave es que te pillen una amante o patas negras, pero si todos nos revisamos los teléfonos vamos a encontrar mentiras, secretos, pelambres. Esa verdad que duele y que metemos debajo de la alfombra, porque si la sacamos…”
“Soy pésimo para las anécdotas, pero ahora tengo una y es solo mía (ríe). En medio de la ola de calor, nos tocó hacer una secuencia bailando en una disco. Ese día grabamos sin aire acondicionado porque los sonidistas decían que se escucha el ruido y hubo que apagarlo. Mi personaje hace toda una coreografía y ese día el director (apunta a Schindel) quiso repetir mil veces. Con 40 grados, el bailarín ya no daba más. Espero que haya valido la pena”, dice Vicuña. “Lo dio todo”, recalca Leonor riendo.
El elenco y el director en el local nocturno donde se rodó la acalorada escena de baile.
Los actores se conocen hace tiempo, pero es solo la segunda vez que trabajan juntos. La primera fue en Paraíso B (2002), dirigida por Nicolás Acuña. La película, protagonizada por Varela y Juan Pablo Ogalde, fue también la primera experiencia cinematográfica de Vicuña, que todavía estudiaba teatro en la Universidad de Chile. “Era un bomboncito”, acota su actual co-protagonista.
En 2008 compartieron una entrevista y portada de la revista Caras, en calidad de talento chileno de exportación.
“Luego la vida, nuestros hijos y experiencias vitales, nos unió en otro plano”, agrega Benjamín. Se refiere a la muerte de su hija Blanca Vicuña Ardohain, en 2012, y de Matteo Akoskin Varela, en 2018.
“Nos acercó la amistad de Lucas y Benja a raíz de la pérdida de nuestro hijo. Uno busca gente que ha tenido experiencias similares porque uno puede tener una comprensión más profunda. Benja, me tocó mucho cuando me mandaste un mensajito por mi libro Ir al cielo y volver (2020)”, señala Leonor.
“Desde ese punto de vista, quizás habría sido más orgánico que hiciéramos un drama abordando ese mundo, pero nos quisimos sanar con una comedia”, cierra su compañero de elenco y amigo.
“El potencial es inmenso”
Miénteme se estrena directamente en streaming. “Las plataformas llegaron para quedarse y la sala de cine se ha ido retrotrayendo. Que se estrene en simultáneo en 240 países es realmente muy interesante”, afirma el director Sebastián Schindel.
-¿No hay un duelo?
- “Un poquito sí, todo cambio tecnológico, de mercado, de hábitos de consumo, cuesta. Uno extraña la convivencia de la sala, la proyección colectiva, pero hay que pensar que el streaming tiene una potencia y un impacto inmenso. Son más los beneficios que las pérdidas. Cuando en una semana tu película ya la vieron millones de espectadores, jamás soñabas eso”.
Leonor Varela comenta: “Yo subí el trailer a mis redes sociales, y es muy hermoso ver el entusiasmo, el feedback es enorme. Puedes morir en la masa del contenido que existe, pero si llegas a trascender y tener éxito afuera el potencial es muy atractivo. Las plataformas piensan más por territorios, aquí hay una apuesta bi-territorial. Si eso se expande y llega más lejos, genial”.