Cultura
La loca aventura de La caravana mágica
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Se juntaron varias cosas, cuenta el ingeniero comercial Pablo Sanz conectado desde su casa en Punta de Lobos. La llamada crisis de los 40 que lo llevó a consultar un coach, el estar viviendo en la zona de Pichilemu desde la pandemia, y la muerte de su padre, el empresario gastronómico Mauricio Sanz, en diciembre de 2021. Todo eso hizo surgir un nuevo Pablo, que hasta entonces desconocía y que hoy lo tiene pilotando La Caravana Mágica, banda que define como tropical urbana.
Llegó a Pichilemu hace unos 12 años y de inmediato supo que ese era su lugar, afirma. Junto a su mujer, Ignacia (Ina) Irarrázabal, y sus dos hijos pequeños, les encanta la playa y el mar. Pero necesitó que una pandemia lo convenciera de que instalarse a vivir ahí era posible. “Siempre tuve la intuición de que había que salir de Santiago, siendo que mi vida en la capital también era muy buena: tengo mi familia allá y mi negocio (Dermax). Hay que tener coraje para moverse y en la pandemia me atreví porque comprobamos que nos funcionaba trabajar desde la casa”, dice.
Siempre ha sido emprendedor. Sin ser particularmente amante de la estética, apunta, armó un negocio en ese ámbito: “Fui uno de los primeros en Chile en traerme equipos de depilación láser, criolipólisis, todo lo que es tecnología láser. El emprendimiento es como mi arte, se podría decir. Me importa armar equipos, generar proyectos, tener una visión. Pero siendo que me encanta lo que hago, trataba de buscar algo que me identificara más”.
El relato mágico
En esa búsqueda se embarcó en una terapia con un coach que lo hizo trabajar su “relato mágico”. Magic Coach (así se hace llamar) partió preguntándole cómo le gustaría verse desde los 40 años en adelante. “Yo le respondía que mi relato mágico estaba bien armado: vivir en la playa con mis hijos, seguir con mi empresa. Pero él insistía: ‘Siento que falta algo’. Ya como a la décima sesión me tenía loco porque no sabía qué más agregar y entonces dije: ‘Me gustaría ser músico’. Y cuando digo eso, me cuadró todo”.
Su relación previa con la música la define como amateur. Siempre le gustó andar con la guitarra para todos lados, pero nunca fue un estudioso. “Hoy día me doy cuenta de que mi base musical no era muy grande, pero cuando uno sueña hay que lanzarse. El propósito es lo primero, después uno verá cómo lo hace. A la mañana siguiente, cuando tenía que enfrentar mi día se volvió mucho más entretenido. Esa motivación es contagiosa. Pronto comprendí que un ingeniero comercial armando una banda es atractivo para el ambiente musical. Uno trae otros conocimientos y visiones. Y cuando me empecé a juntar con músicos noté que ellos lo valoraban”, comenta.
Convocó a un productor, armó un equipo y buscó un director musical: “No se trataba de conseguir un guitarrista, necesitaba una cabeza que supiera dirección, el equivalente a un gerente general”.
Empezó a trabajar en sus canciones. “Me aferré mucho a la honestidad. No soy alguien de muchos referentes o maestros, como sí suelen tener los músicos. Entonces me basé en lo que iba sintiendo y en la alegría que me contagia este lugar. Empecé a ver todas las externalidades positivas de vivir acá. Meterse al agua a surfear en este mar inhóspito, pero maravilloso, con olas grandes, es potente. Aquí hay un yacimiento de cuarzo y eso energéticamente es muy potente”.
Salud por eso
Otro elemento que se hizo presente en lo creativo fue la muerte de su padre en 2021. Mauricio Sanz Jauregui llegó desde el País Vasco a vivir a Chile cuando tenía 6 años. Se casó con María Elena Raab, tuvieron siete hijos y crearon una empresa gastronómica familiar que en 1940 abrió el restaurant Pinpilinpausha, al que en 1989 sumaron el Hotel Bidasoa en Vitacura.
“Además mi padre era poeta. Él escribía y recitaba. En los últimos meses de su vida presencié que su gran obra era su libro. Más que los negocios y las cuentas bancarias. Me llamó mucho la atención esa obra y me he basado en sus cuadernos y en sus poesías también. Hay una poesía suya que dice ‘Y por ese beso que nunca te di’. Yo aquí, caminando por la playa, repetía: ‘Ese beso que nunca te di’. Y me empecé a imaginar a esas personas a las que uno no le dio ese beso por tímido o por susto. Y escribí la canción Salud por eso. Así muchas inspiraciones. Y sigo, hay mucho material ahí”.
“Además mi padre era poeta. Él escribía y recitaba. En los últimos meses de su vida presencié que su gran obra era su libro. Más que los negocios y las cuentas bancarias. Me llamó mucho la atención esa obra y me he basado en sus cuadernos y en sus poesías también. Hay una poesía suya que dice ‘Y por ese beso que nunca te di’. Yo aquí, caminando por la playa, repetía: ‘Ese beso que nunca te di’. Y me empecé a imaginar a esas personas a las que uno no le dio ese beso por tímido o por susto. Y escribí la canción Salud por eso. Así muchas inspiraciones. Y sigo, hay mucho material ahí”.
“El autodidacta crea sus propios métodos”, afirma Sanz. El suyo funciona como una especie de collage, va anotando letras e ideas donde lo pillen y luego va armando el puzle que se convierte en canción. Recurre al pensamiento fácil, lo que se le viene a la cabeza en la ducha, manejando o surfeando. Apunta su cabeza: “Aquí tengo armado un guion, es como un loop que no para”.
Su coach le recomendó que le dedicara un tiempo exclusivo al día a la música, el que estimara conveniente. “Partí con una hora, pero hoy creo que le dedico unas cinco o seis. Es adictivo. Y es lo único en que podría estar 24/7. No tengo fin”.
El primer single de La caravana mágica fue Why, why, why y se transformó en viral. El video lo publicaron en YouTube el 29 de abril de 2022 y el algoritmo los premió, relata el cantante. Los primeros días el clip sumaba más de 100.000 reproducciones al día (hoy tiene más de 2.500.000).
Su segunda canción, Ella, tiene influencias flamencas, tipo Rosalía o C Tangana, cuenta Pablo. Sorpresivamente Silvia Expósito, cantante española, hizo un cover de este tema que se viralizó en Instagram. Entonces entraron en contacto, ella más adelante vino a Chile e hicieron una canción juntos, Todo se paga en esta vida, cuyo video grabaron en el hotel Bidasoa.
Pasaje Sony
Fue una total sorpresa, comparte Pablo, cuando se encontró con un particular mensaje en la cuenta de Instagram @lacaravanamagica.cl. Se había demorado 10 días en verlo porque éste había quedado en la bandeja como oculto. Buscó en LinkedIn el nombre del remitente, Rubén Blanco, y se enteró que era el director artístico de Sony Music Chile, que lleva más de 20 años trabajando en el sello. Después también tendría reuniones por Zoom con Damián Amato, ejecutivo argentino a cargo de la discográfica en Sudamérica. El 5 de septiembre de 2024 firmaron con Sony.
“Cuando llego a sus oficinas, pregunto: ‘¿Por qué nosotros?’ Rubén Blanco me explicó: Primero, porque somos banda playera. Tenemos más de 6.000 kilómetros de costa y no hay bandas que se asocien con la playa. Hicimos un buen trabajo audiovisual y de marketing”.
Segundo, exploran un tipo de cumbia que no se desarrolla mucho en Chile y que le gusta denominar tropical urbana. “También hemos hecho mambo, merengue, ritmos latinos. Soy una persona abierta a todo, me gusta mucho ir probando. En Sony nos dieron carta libre: Si quiero hacer pop, ok”. Ahora, por ejemplo, tienen por delante un lanzamiento de jazz latino.
Algo que también le llamó la atención al sello discográfico fue su edad, por sobre los 40. “Tengo 44 años, no puedo pretender que lo que salga de mí tenga 18, uno ya tiene otras experiencias”, agrega. La industria musical se centra mucho en el público juvenil y se concentra en el reggaetón urbano, aquí buscaban algo distinto, señala el vocalista.
Sony les ofreció hacer 30 canciones con total libertad creativa. Les aportan los conocimientos técnicos y profesionales. Sanz les dice: “Quiero ir para allá”. Y le responden: “Creo que te podemos ayudar en llegar allá”.
Le sugieren lanzar una canción nueva cada 45 días, porque esa es una fórmula que funciona bien. “Yo nunca había tenido jefe en mi vida, siempre he sido independiente. Anhelaba que alguien me dijera ‘Pablo, haz a, b y c’. Aparte soy ingeniero comercial, eso lo recalco porque hay otro entendimiento, con Sony hablamos el mismo lenguaje”.
Le sugieren lanzar una canción nueva cada 45 días, porque esa es una fórmula que funciona bien. “Yo nunca había tenido jefe en mi vida, siempre he sido independiente. Anhelaba que alguien me dijera ‘Pablo, haz a, b y c’. Aparte soy ingeniero comercial, eso lo recalco porque hay otro entendimiento, con Sony hablamos el mismo lenguaje”.
Ina y el Arena
Visualmente La Caravana Mágica propone un lenguaje alegre, colorido y bailable. La incorporación de su mujer, Ignacia Irarrázaval, ha sido fundamental, enfatiza Sanz. “La Ina siempre ha sido súper apañadora. Aunque le diga la idea más disparatada, confía en mí. Cuando yo comentaba esta idea de armar una banda, todos me decían ‘tú estás loco’. Pero ella me dio su apoyo. Como Ina tiene muy buen manejo de cámara, participaba de los videoclips”, cuenta. Él veía su talento y potencial, pero no quería presionarla para que se incorporara oficialmente a la banda, ya que además trabajan juntos en Dermax.
Un día de junio de este año la invitó a acompañarlo al estudio de grabación y le propuso inventar algo con ella. Le sorprendió que aceptara. Ensayaron durante la noche y al día siguiente cuando le mostraron la canción al productor quedó plop, narra.
“Venía súper bien la banda, pero en el momento en que entra Ina, hubo un salto en categoría. Al principio yo no sabía cómo íbamos a lidiar con los niños, pero nos hemos organizado bien. Empezamos a llenar de instrumentos la casa, a cantar mucho los dos juntos. Para los chicos, de 5 y 3 años, es potente porque nos ven ensayando, cantando y bailando”.
“Venía súper bien la banda, pero en el momento en que entra Ina, hubo un salto en categoría. Al principio yo no sabía cómo íbamos a lidiar con los niños, pero nos hemos organizado bien. Empezamos a llenar de instrumentos la casa, a cantar mucho los dos juntos. Para los chicos, de 5 y 3 años, es potente porque nos ven ensayando, cantando y bailando”.
La presencia de su mujer fue clave. Un par de semanas después de lanzar Gata Only, que marcó su debut, los llamaron para telonear al músico argentino Dread Mar I en el Movistar Arena el pasado 28 de junio. Habían debutado en vivo en Surf Festival, evento que se realiza todos los veranos en Pichilemu, pero no hacen muchos shows en vivo porque privilegian la vida familiar que no es compatible con los tiempos del músico nocturno.
La política es elegir las presentaciones con pinzas y ese criterio lo maneja perfectamente su manager, Cote Rodríguez. Ni les ofrece shows en discoteques o tocatas chicas en bares.
“De repente el Cote me dice que está la posibilidad de hacer la apertura del show de Dread Mar I. Soy fanático. No lo podíamos creer. Lo tomamos de manera muy profesional e invertimos para que sonara súper bien. Queríamos sonar mejor que Dread Mar I, ésa era la mentalidad. Hicimos un show con muchas bailarinas, tremendas visuales que arrancaron con una imagen de las olas de Punta de Lobos, quisimos llevar este lugar majestuoso al Movistar Arena. Era la primera vez de mi señora en un escenario. Fue todo muy novedoso. Salimos al escenario y el lugar ya estaba lleno, unas 17 mil personas que no conocen tu música y tienes el desafío de ir ganándotelos. Ahí me sale un personaje que se quiere comer el mundo: hay que meter tres goles. La primera canción, bien. A la segunda ya hay aplausos. A la tercera están todos bailando”. Salieron del escenario emocionados: lloraron, se abrazaron, dieron gracias.
La semana pasada lanzaron Como te extraño, su último hit, junto a los músicos G Trumpet y Manu Da Banda. La canción habla del poliamor y el video los muestra cantando y bailando mientras recorren los cerros y el puerto de Valparaíso. De la agenda 2025 parten destacando Surf Festival, cuya próxima edición tendrá lugar el 15 de febrero en Pichilemu y donde compartirán cartel con Nicki Nicole, The Wailers, Cris MJ y Ana Tijoux, entre otros artistas.
- ¿Cómo te ha sorprendido esta nueva veta tuya?
- Nunca he sido centro de mesa. Nunca he tratado de figurar. Mi señora tampoco. Siempre hemos sido bien bajo perfil. La primera vez que me invitaron a un show, agarré el micrófono y apareció otro personaje. Me sigo impresionando. También en los ensayos, aparece un Pablo súper seguro, romántico, apasionado. Cantar las canciones propias es otra cosa. Pero cuando me empiezan a preguntar, trato de cambiar el tema porque siento que puedo dar la lata. Si me pones play, no paro. Y así dejas de saber de las otras personas. Sé cuáles son mis fortalezas y mis debilidades. No me creo tanto el cuento.
- ¿Por qué La Caravana Mágica?
- Amo las caravanas. Esas llenas de tablas de surf, como la típica combi Volkswagen antigua. Siempre me han dado ganas de agarrar una y partir. Me gusta todo lo sea disfrute, viaje, aventura. Me da libertad también; en este minuto yo soy el piloto, la Ina es la copiloto, y en el camino se van subiendo y bajando otros artistas. Es una caravana liviana. No sé qué es lo que va a pasar, pero sí sé que tengo muchas ganas de seguir creando.