Cultura
Lágrimas de solastalgia: Arte que llora el cambio climático
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“Ninguna lágrima es igual a otra. Eso es muy lindo; si una persona llora por felicidad o tristeza será diferente, porque las enzimas que produce el lagrimal y las estructuras de sales son distintas. Hay un mundo infinito de lágrimas”, explica Macarena para ejemplificar lo que la maravilló de este proceso tan emocional como orgánico que es llorar y que representa en Poemas antárticos a través de imágenes fotográficas obtenidas desde un microscopio.
Las lágrimas las recolectó entre 2020 y 2021, durante la pandemia. La artista vive hace más de diez años entre Chile y Alemania, pero cuenta que el cierre de fronteras la pilló aquí y tuvo que permanecer cinco meses en un pequeño departamento, además pagando doble arriendo. “Un desastre”, recuerda.
Recién en junio de 2020 logró volver a Berlín y una vez instalada ahí, postuló a un Fondart y comenzó a trabajar en este nuevo proyecto artístico. Sensibilizada por el confinamiento y la crisis sanitaria, pero también por los estragos cada vez más patentes del calentamiento global, invitó a algunos amigos a compartir sus lágrimas.
Ella les enviaba por correo un sobre con un tubo Eppendorf y ellos debían simplemente mandarle una muestra de una lágrima. El proceso era muy sencillo, solo debían evitar el maquillaje y tampoco servían trucos como picar cebolla porque ese efecto contamina la composición misma de la lágrima.
Se fue corriendo la voz, y ella además buscó a algunas personas específicas. Contactó al Instituto Chileno Antártico y consiguió la lágrima de una mujer que se encontraba en el territorio blanco.
Así reunió unas 60 lágrimas, de distintas partes de Chile, incluso de Rapa Nui, pero también de otros lugares del mundo. Lágrimas de recién nacidos y también de personas mayores. Lágrimas de tristeza, de angustia, de desamor, de felicidad o de duelo. Cada una acompañada con una ficha que explicara su contexto, pero solo para registro de la artista.
“No me interesa publicar esa información, porque no se trata de una teleserie o melodrama. La idea era que yo fuera la médium o canalizadora para que todos pudieran observar sus emociones retratadas. Y en lo abstracto pensar que uno llora agua con sal, y es curioso verlo de manera tan orgánica. Quise hacer una semejanza estética con el derretimiento de los glaciares, poemas que surgen de esa emoción. No hay mucho tiempo más, quizás nuestra generación verá cómo se derrite la Antártica. Y lo sentí tan fuerte en ese momento de encierro”, dice Macarena.
El territorio como arte
Estudió arte en la Universidad Católica y después hizo un magister en escultura en Montreal, Canadá, entre 2008 y 2010. Estando allá conoció el trabajo del artista Olafur Eliasson, conocido por sus esculturas e instalaciones a gran escala, y decidió: “quiero estudiar con él”.
Eliasson hacía clases en la Universidad de las Artes de Berlín, donde estaba a cargo del Instituto de Experimentos Espaciales, como indica su nombre, un espacio abierto a la experimentación en torno al espacio y la percepción. Macarena obtuvo una beca del DAAD para estudiar ahí en 2011. “Llegué sin saber ni hablar alemán y fue la mejor experiencia de mi vida. Me cambió la cabeza”.
Foto por Rodolfo Muñoz
Vive allá desde entonces, pero se mantiene bien conectada a Chile. “Es mi cultura, parte de mi identidad, y me interesa trabajar desde mi país. Aquí tenemos un vínculo con la naturaleza y el paisaje, la cordillera, el mar, que es bastante particular. En Alemania el enfoque es diferente”, afirma la artista.
La geografía nacional se hace presente en sus obras. Una de sus series artísticas se llama Los atardeceres perfectos, y la expuso en la Galería Gabriela Mistral en 2016. “Ahí reproducía los atardeceres de Chile, esa línea larga de 8.000 kilómetros con desiertos, playas, Patagonia, Antártica Chilena y cómo los habitantes sentían el espacio del cielo en sus vidas”, apunta.
Se trató de un trabajo abstracto, al igual que, que se puede visitar en el Parque Cultural de Valparaíso hasta el 19 de febrero, y luego viaja a Antofagasta, donde se podrá ver desde el 09 de marzo en el Museo del Desierto, Ruinas de Huanchaca. Más adelante seguirá a Chiloé, abarcando así el norte, centro y sur del país. Le encantaría también conseguir sitios de exhibición para montarla en Europa.
Foto por Juan José Ayestaran
"Para mí como artista es importante comunicar, ser capaz de transmitir una idea. También debemos hacernos cargo, aunque sea desde un lugar muy pequeño. Y llevarlo a un nivel profundo, unirse con la naturaleza”, plantea Macarena.
El miedo a lo irreparable
Un concepto presente en Poemas antárticos es la solastalgia, neologismo formado por la fusión de “solace” (consuelo) y “nostalgia”, y que se refiere al estrés emocional causado por la transformación definitiva de los paisajes en los que vivimos.
“Es el miedo a los cambios irreparables y la nostalgia de lo que hemos perdido como humanidad. Para mí como artista es importante comunicar, ser capaz de transmitir una idea. También debemos hacernos cargo, aunque sea desde un lugar muy pequeño. Y llevarlo a un nivel profundo, unirse con la naturaleza”, sostiene la artista.
Las lágrimas son naturalmente blancas, pero ella las interviene con una aguada magenta y cian que conecta la lágrima con la luz de la Antártica y de la tonalidad de las nubes nacaradas de los polos.
Además de las imágenes microscópicas de seis lágrimas ampliadas, la exposición también presenta un modelo del Salar de Atacama en porcelana que pretende mostrar la textura de un terreno sin agua que se agrieta y erosiona, y también hay cuatro módulos ampliados con detalles de las lágrimas a gran escala.
Macarena se quedará en Chile hasta marzo preparando los detalles de los montajes de Poemas antárticos en regiones y también la antesala de una nueva obra, en torno al tema del agua, que exhibirá en la Galería Patricia Ready, posiblemente en diciembre de este año.
Foto por Rodolfo Muñoz
Aun ante la cada vez mayor magnitud de desastres naturales por efecto de la crisis climática, manifestada por estos días en los incendios forestales que afectan al sur del país, la artista se declara todavía esperanzada: “La sustentabilidad está pegando muy fuerte. En Europa uno ve que un tema prioritario es generar energías renovables. Espero que así sea, el mundo va para allá, no nos conviene seguir perdiendo el tiempo”.
Parque Cultural de Valparaíso
Hasta el 19 de febrero
Martes a Domingo y festivos
10:00 a 13:30 y de 16:30 a 18:30 hrs.