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Cultura

Nicolás Copano y su libro sobre IA: “Hay que ser el jefe de las máquinas antes de que las máquinas sean tu jefe”

Nicolás Copano y su libro sobre IA: “Hay que ser el jefe de las máquinas antes de que las máquinas sean tu jefe”

En su libro Que no te pille la máquina, recién llegado a librerías, el mayor de los hermanos Copano cuenta lo que sabe de Inteligencia Artificial y cómo la enfrenta. Ve que es un tema inevitable: esa tecnología ha ido evolucionando rápido, ya es capaz de generar contenidos sorprendentes y amenaza con devorar empleos humanos. La clave, asegura, está en el control, en quién manda a quién. Al menos por ahora.

Por: Patricio De la Paz - Foto Verónica Ortíz | Publicado: Viernes 10 de noviembre de 2023 a las 10:57
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Antes de hablar de mundos digitales, de inteligencias artificiales, de máquinas que podrían reemplazarnos, Nicolás Copano hace algunas confesiones personales. Parece a primera vista un hombre tímido, pero habla sin pudores y es siempre cómico. Dice que se puso terno y corbata, porque quiere lucir como empresario. Dice que es un trabajólico sin remedio, que no se salta ni los feriados, que las vacaciones las hace coincidir con viajes de trabajo.

Dice también que sufre de depresión invernal. “Lo descubrí hace unos años: en junio entraba en una espiral y, cuando volvía la primavera, salía de eso. Entonces empecé a trabajar el tema de la luz. Tengo ese problema, pero tampoco es que lo explote. Creo que es como estar resfriado”.

Nicolás Copano (37), hermano mayor de Fabrizio -el comediante de moda-, tiene una larga carrera en televisión, radio, prensa y redes sociales. Fue productor ejecutivo digital de CNN Chile y CHV Noticias; jefe de podcasting para América Latina de Warner Bros Discovery y hoy transmite diariamente via streaming y radio FM su programa de actualidad www.copano.news.

Pero esta tarde, en la sala de reuniones de su oficina, en un tercer piso de un edificio antiguo de Providencia, el tema de conversación es su nuevo libro Que no te pille la máquina (Planeta), que recién llegó a librerías. Un texto que contiene su mirada a la Inteligencia Artificial (IA) y los modos de enfrentarla. “Porque hay que ser el jefe de las máquinas antes de que las máquinas sean tu jefe”, recita, como si fuera un mantra.

Cuenta que, hasta ahora, existen más bien libros técnicos sobre el tema, y que su idea fue crear un texto práctico, dirigido a tres audiencias: “Ejecutivos de la nueva generación que quieran volverse productivos; adultos que quieran observar este fenómeno; y chicos que quieran hacer trampa en la universidad”. Se lo dedicó a su padre, Patricio, “ser inteligente, nunca artificial”.

Dice que se puso terno y corbata, porque quiere lucir como empresario. Dice que es un trabajólico sin remedio, que no se salta ni los feriados, que las vacaciones las hace coincidir con viajes de trabajo. Dice también que sufre de depresión invernal.

- Hiciste el libro en apenas dos meses. ¿Usaste algo de IA para ayudarte?
- Sí. El libro se desarrolló gracias a ese procesamiento y descubrimos muchas cosas. Empezamos a compilar en una herramienta de IA artículos de todo el mundo en los últimos tres años. Se pudo procesar a mayor velocidad.

- ¿Escribir el libro responde a alguna preocupación tuya en particular?
- Con los años, trabajando con millennials y centennials, descubrí que nadie le enseña a la gente a ser productiva. Entonces hay que aprender a ser productivo. Y el segundo tema fue que cuando vi el desarrollo de la Inteligencia Artificial generativa, capaz de generar contenidos inéditos y sorprendentes, me asusté, porque empecé a pensar en todos esos chicos que van a ser reemplazados. Aquí mismo en esta oficina (donde funciona su empresa de producción de contenidos y desarrollo tecnológico) hemos creado un robot para Latinoamérica que desarrolle contenido a una velocidad monstruosa. Por un lado, es maravilloso. Pero por otro, es muy oscuro. Van a sobrevivir sólo los talentos. 

- ¿A qué te refieres con eso?
- A los que tengan el talento de saber administrar y responder a la necesidad de la audiencia, por un lado; y por otro, contar con ideas originales que conecten con el alma de los que no son robots. Una anécdota: yo hace algunos años tenía que contratar tres diseñadores para desarrollar proyectos; hoy construyo lo que quiero sólo con uno y por medio día. Eso es lo espeluznante. La reducción de puestos de trabajo va a ser brutal. 

- Es un libro didáctico, un poco diccionario, una pequeña y personal enciclopedia. 
- Es para empezar el viaje, un libro hecho para comenzar una conversación. No me interesaba algo denso y oscuro. Soy un entendido en la materia desde la experimentación, desde mi trabajo del día a día.  Me siento un divulgador que ha creado una que otra fórmula, pero en plan de exploración.

- Dices que la clave está en el control, en supervisar y mandar a la máquina…
- (Interrumpe) Por ahora, que todavía puede hacerse.

- A eso iba justamente. Con la IA evolucionando muy rápido, ¿hasta cuándo será posible ser el jefe de la máquina?
- No me voy a preocupar de ese asunto hasta que se presente. Ahí habrá que conversarlo. Es lo mismo que pasó con las redes sociales. Se contaminaron y generaron estructuras algorítmicas perversas, pero antes hubo un momento, una ventana, donde no eran así, tú agregabas a tus parientes y se conversaba. Se dio esa primavera. Yo creo que hay que aprovechar esas primaveras, hay que vivir ese instante porque es la mejor forma de aprender. 

- En el libro dices que, respecto a la IA, los humanos aún tenemos la ventaja de ser empáticos, tener emociones. 
- En mi planteamiento sobre la Inteligencia Artificial me gusta una tesis que plantea que es como una especie de paloma, tiene cierta capacidad, puede aprender una instrucción, pero olvida rápidamente. O que es como el niño poeta: tiene toda la información del mundo, pero es un niño. Tiene 13 años y todavía miente, imagina, delira. Todo es aún simpático, el problema es cuando crece. 

"En mi planteamiento sobre la Inteligencia Artificial me gusta una tesis que plantea que es como una especie de paloma, tiene cierta capacidad, puede aprender una instrucción, pero olvida rápidamente"

- ¿Te preocupa la IA?
- Más que la Inteligencia Artificial, me preocupa el cambio climático. Una cosa a la vez. No cometamos el error histórico del progresismo, que nos olvidamos de la gente que estaba sufriendo en la calle pasando hambre, mientras estábamos en el nivel cinco de la conversación. Hay problemas más urgentes. Lo que si va a provocar, repito, son problemas laborales graves. Trabajos como los medio pollo en periodismo, el asistente, el secretario, van a desaparecer.

- Compartes en el libro tus propias armas y trucos para administrar a la IA. ¿Por qué tanta generosidad?
- La lógica del egoísmo o la mezquindad no va conmigo. Hay mucha mezquindad en la televisión, hay mucha paranoia y locura en los diarios, hay sentimientos muy bajos en las radios, entonces hay que intentar ser superador en ese aspecto. La terapia hace muy bien en eso. Soy fan de la terapia, voy todos los sábados. Me desconecta de la nimiedad, de lo pequeño.

- Aunque la palabra de ha ido desprestigiando, tu libro a ratos se lee como un manual de autoayuda, en clave digital. 
- Debe ser por mi ateísmo. Creo que lo concreto, tener foco y ayudarse a sí mismo te pueden hacer una persona más satisfecha con tu existencia. No tiene la intención de recomendarte algo para tu vida, sino de saber que tu vida necesita recomendaciones. Es distinto.

- ¿Por qué alguien interesado en el tema debería creerte y confiar en lo que dices en el libro?
- Porque hago dinero con eso. Lo vuelvo rentable.

- En el último capítulo entrevistas a los tres chatbots más populares. ¿Qué concluiste de ese ejercicio?
- Que Bard podría reemplazar al ingeniero comercial. Bing, al periodista. Y ChatGPT, al redactor creativo.

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