Cultura
Tercera jornada de Lollapalooza 2023: la psicodelia de Tame Impala y la extravagancia de Twenty One Pilots
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Fue la jornada más riesgosa del fin de semana: los dos headliners del domingo 19 de marzo no llegaban al 100%. Twenty One Pilots -el dúo de Tyler Joseph y Josh Dun- tuvo solo dos semanas para preparar su show (después de que se confirmara la cancelación de Blink-182 y que ellos los reemplazarían), mientras que Tame Impala tenía a su líder lisiado: Kevin Parker, el único miembro estable de la banda, se subió al escenario del Banco de Chile en muletas, luego de sufrir un accidente en su cadera a inicios de marzo.
La del domingo fue una jornada distinta, lejos de la música urbana que marcó el viernes y sábado. Quizás por eso acudió menos público durante la tarde, y además, el promedio etario fue más longevo. El último día Lollapalooza recordó sus orígenes: el rock con Jane’s Addiction; el indie con Wallows, Tame Impala y Alex Andwanter, y el britpop de The 1975. Aunque sí subo números de reguetón y trap (con Pablito Pesadilla y King Savagge), estos fueron menores.
La temperatura fue similar a la jornada anterior, llegando a los 32 grados a la sombra. Mucho gorro, sombrilla, bloqueador y agua para aguantar las 11 horas de música, las cuales empezaron a eso de las 13:00 con Rvyo y Lyra.
El público comienza a reunirse afuera del Perry’s Stage. El DJ chileno -especialista en música urbana- Pablito Pesadilla abrió a las 13:45 con show donde repasó grandes temas de la música urbana y donde contó con invitados como los Power Peralta, Jordan 23 y Nicko OG, con quien interpretó su hit mundial Baby otaku.
En paralelo, en el escenario Axe, muchos escuchaban a la banda Pluma, de los hermanos Abel y Camilo Zicavo. Con una enérgica presentación de poprock, la agrupación logró encender al público. En los últimos minutos subieron a los Liricistas y Denisse Rosental, esta última novia de Camilo Zicavo. Al ver a la cantante chilena, la pregunta entre algunos asistentes era inmediata. ¿Estaba Camila Vallejo apoyando a su reciente marido, Abel Zicavo? Todo pareció indicar que no, pero posteriormente la ministra Secretaria General de Gobierno apareció en distintos portales de prensa.
En el Perry’s Stage, a las 15:30, King Savagge era el encargado de cerrar la cuota de reggaetón chileno del Lollapalooza 2023. Sin perder ni un solo minuto, vistiendo una capa y corona de rey, el intérprete chileno hizo su aparición.
Comenzaron a sonar los primeros temas y la gente saltó y bailó al unísono. Con invitados como Gino Mella, Jordan 23, Ak.420, Jairo Vera -quien fue opacado por el playback- y Young Cister, desarrolló un espectáculo que agradó a sus fanáticos. Todo era fiesta en la explanada, donde incluso se formó un círculo de baile donde la gente bailó guaracha, género que mezcla la electrónica con cumbia.
El show de 45 minutos terminó con 2 Hielos, tema que interpreta junto a Jere Klein.
Todo parecía seguir el cronograma oficial, sin embargo, un correo electrónico que llegó a la prensa cambió los planes. Asunto: "Ajuste horario". Yungblud debía presentarse a las 16.00 en el Banco de Chile Stage, pero su show fue aplazado tres horas en el escenario Axe. Además, prácticamente todos las presentaciones se movieron 30 minutos. ¿La razón? La organización del evento informó que se experimentó “un retraso en la llegada de la carga con los equipos de las bandas”.
En medio de esto, el chileno Alex Anwandter apareció -con 10 minutos de retraso- en el escenario más importante del festival, el Costanera Center Stage. Con pantalón de tela negro, polera rayada y su guitarra eléctrica roja, inició un show que estuvo marcado por sus mensajes pro-diversidad. 40 minutos bastaron para que el cantante de pop electrónico hiciera (con el sonido un tanto saturado) corear al público con temas como Siempre es viernes en mi corazón y Tormenta.
A pesar de que, generalmente, los actores de Hollywood que incursionan en la música (como Ryan Gosling con Dead Man’s Bosses o Russell Crowe con 30 Odd Foot of Grunts) no siempre terminan por convencer, el caso de Wallows, del actor Dylan Minnette (13 Reasons Why, Scream y Don’ Breathe), es diferente: la propuesta de esta banda -originaria de Los Ángeles- es humilde, sin muchos adornos, pero efectiva.
A las 17:35 Tren al sur comienza a salir de los parlantes. Nadie la toca. Es solo una grabación de Los Prisioneros. Caras de duda entre los asistentes. ¿Wallows tocará en español? Algunos se ilusionaron. En medio de esto, Minnette y compañía se hacen presentes con teñidas noventeras y Y2K. Comienza a escucharse I don’t want to talk, seguida de Especially You y Are you bored yet?
Con algunas descoordinaciones y desafinaciones logran captar la atención del público entre 22 y 30 años.
Para eso, Minnette puso a prueba una jugada maestra: “Ayer estuvimos en Argentina y al público le pedimos que saltara. Hicieron un gran trabajo, y espero que ustedes también lo hagan”, dijo.
Dicho y hecho, fue la gasolina necesaria para que todos los asistentes dejaran todo, a pesar del calor. Siguieron con OK y Pictures of Girls.
En suma, una presentación correcta que denota, todavía, una falta de madurez musical.
Jane's Addiction: volver a los orígenes
Junto con Rise Against, Modest Mouse y Pánico, Jane's Addiction fue de los pocos conjuntos de rock que participaron en esta edición de Lollapalooza. Y se notó: los asistentes -la mayoría hombres sobre los 30 años- estrujaron el tiempo de la banda de Perry Farrell.
Curiosidad número 1: Jane's Addiction es de las pocas bandas fundadas en el Siglo XX, junto con, justamente, Rise Against y Modest Mouse, en presentarse en esta edición de Lollapalooza.
Curiosidad número 2: En 1991 Jane's Addiction participó de la primera edición de Lollapalooza en Chicago. ¿La razón? Perry Farrell, su vocalista, es de los creadores de este festival.
Volviendo a su show. Los oriundos de Los Ángeles salieron al escenario a las 18:35 con fuertes sonidos de guitarra y batería. El rock había llegado a Cerrillos y la gente lo notó. Farrell comenzó con armonizaciones durante 3 minutos para calentar motores y demostrar que su voz se mantenía intacta, a pesar de sus 40 años de carrera. Detrás de ellos las pantallas mostraban imágenes distorsionadas del concierto, mezclando colores y movimientos psicodélicos.
“Escuché que tienen un nuevo Presidente, un Presidente de la gente, un Presidente que marcha con ustedes. Ahora asegúrense de que haga su trabajo. ¡Es un buen momento para estar vivo en Chile!”, gritó la estrella de rock.
Fue un show con una breve muestra de su repertorio, mezclando antiguas canciones (oldies but goodies -antiguas pero buenas- en palabras de Perry Farrell) con sus álbumes más jóvenes.
Justo un minuto después de Jane's Addiction se escucharon las primeras notas de The 1975.
No fue su primera vez en Lollapalooza, pero eso no impidió que hubiera un intenso “hype” por escuchar en vivo su nuevo disco, Being Funny in a Foreign Language. Fieles a su estilo, la banda de Wilmslow, Cheshire, salió -comandado por su vocalista Matt Healy- con luces tenues y un tono melancólico . Se sentían en casa y se notó: abrieron con If you’re too shy (Let me know) y la gente se puso a bailar.
Matt Healy repitió el personaje que desarrolló en Buenos Aires: salió fumando un cigarrillo, con una petaca de metal en la mano, y en la otra, una botella de vino chileno. Simulando estar bajo los efectos del alcohol, el británico lideró un set list lleno de éxitos como Chocolate, About you, Somebody Else y Robbers.
Fue un show que mostró el cambio que ha tenido la banda en los últimos cuatro años. En el Lollapalooza de 2019 su performance estuvo llena de colores y confeti. En esta, todas las imágenes proyectadas estuvieron en blanco y negro, acompañadas de un sonido melancólico y más maduro. A pesar de eso, fue una tarde que no pasará a la historia.
Epílogo: Tame Impala y Twenty One Pilots
El final del festival era inminente, se notaba cansancio entre los asistentes. Incluso, algunos, dormían a la espera de sus artistas favoritos.
Tame Impala y Twenty One Pilots eran los estelares del día. Cuando el reloj marcaba las 20:10, en las pantallas del Banco de Chile apareció el video de una mujer artificial hablando. Su discurso era la introducción de la banda australiana. Entre humo y con muletas -producto de un accidente en su cadera que le significó una cirugía- el vocalista Kevin Parker comenzó un viaje psicodélico repasando todos sus grandes sencillos, como Borderline, New Gold, New person, same old mistakes y The less I know the better.
Tema tras tema el público parecía entrar en una fase de hipnosis. Con vaivenes y ojos cerrados los asistentes disfrutaron del show -que con juegos de luces- creaba una atmósfera de relajación. Con un show de una hora y media, se transformó en uno de los más largos del festival (y en los más memorables de este fin de semana).
La responsabilidad de Twenty One Pilots, reemplazantes de Blink-182, era difícil. Todos los asistentes esperaban tranquilos a las 22:30, horario que estaba estipulado saldrían producto de los atrasos de otras presentaciones. Sin embargo, para sorpresa de los fanáticos, a las 22:08, y con pasamontañas, el dúo estadounidense conformado por el vocalista Tyler Joseph y el baterista Josh Dun saltó al Costanera Center Stage para cerrar la jornada.
Si con Tame Impala todo fue relajación, con Twenty One Pilots fue todo lo contrario. El entregó una dosis de adrenalina a todos los asistentes, quienes cantaron cada uno de sus temas. La energía de Joseph era desbordante y llenaba cada espacio del escenario.
Dominando el bajo, el piano, el teclado y el pandero el vocalista apoyaba a su compañero Josh Dun para arreglar las canciones. La gente eufórica.
Luego de 15 minutos de show las luces se apagaron y el dúo desapareció. Un trompetista comenzó a tocar Loca de Chico Trujillo, una melodía que de inmediato reconoció el público chileno. No quedó ahí: Mira niñita de Los Jaivas también formó parte de la bis.
Volvieron a salir a escena. Una plataforma negra se le entregó a los fanáticos de la primera fila. El vocalista saltó sobre la plataforma que aguantaba la gente y comenzó a cantar desde ella, lo mismo hizo el baterista, quien tocó el instrumento encima de la gente.
La sorpresa no quedó ahí. Tyler Joseph corrió hacia una infraestructura metálica, la escaló, se abrigó con un gorro de lana rojo, y desde allí, junto a su bajo, tocó los primeros acordes de Stressed out, uno de los temas que los llevó a la fama mundial.
Volvieron al escenario y se pusieron nuevamente su pasamontañas. Terminan como empezaron. Press fue el tema con el que cerraron su concierto a las 23:24 de la noche.
Twenty One Pilots le puso el broche a la última jornada de Lollapalooza 2023. Un espectáculo -que a diferencia de Drake- sí cumplió con lo que se esperaba y donde el pop rock electrónico no permitió que nadie quedara sentado.