Cultura
Las directoras: Tres mujeres a cargo de teatros regionales de talla mundial
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La presencia de tres mujeres jóvenes representando a teatros del sur de Chile, no pasó desapercibida. A ellas se sumó además Alejandra Martí, directora de Ópera Latinoamérica (OLA).
La ocasión era la conferencia semestral de la Asociación de Teatros Españoles, Ópera XXI, que se llevó a cabo los primeros días de noviembre, y las invitadas: Cecilia Bravo, directora de Arte e Innovación del Teatro del Lago; Francisca Peró, directora ejecutiva del Teatro Biobío; y Victoria Flores, directora ejecutiva del Teatro Regional del Maule.
OLA, organización sin fines de lucro que agrupa teatros de ópera iberoamericanos, impulsó esta misión comercial para presentar los proyectos artísticos y culturales, de estos y otros teatros nacionales, a directores y profesionales de 25 instituciones ibéricas.
Esto con el objetivo de estrechar redes y abrir la posibilidad de coproducciones internacionales. Representantes del Festival de Peralada, Casa América, el Teatro Real, el Liceu de Barcelona, el Teatro de la Zarzuela y Teatros del Canal, fueron algunos de los que participaron de la gira. La gran mayoría hombres, mayores, que quedaron admirados con la composición de la comitiva chilena y sus propuestas.
La gestora
La directora de Ópera Latinoamérica tiene un fuerte vínculo con las artes escénicas. Después de su paso por el Liceu Ópera Barcelona, Alejandra Martí (41) trabajó 11 años en el Municipal de Santiago y participó de OLA desde su creación en 2007.
Ahora a la cabeza de esta organización le tocó impulsar la generación de contenido online, un proceso que venía en marcha, pero que se aceleró con la pandemia. Alejandra comenta que la relación con los teatros españoles se estrechó en este tiempo: “Como ellos venían adelantados en cuanto al avance del COVID-19, nos ayudaron mucho y fortalecimos nuestra relación a nivel digital”.
Tanto Europa como Estados Unidos, cuenta Martí, están varios pasos más adelante que Latinoamérica en cuanto a la internalización del trabajo en red. “Comprenden que el esfuerzo conjunto se traduce en resultados virtuosos; teatros más sostenibles, producciones más económicas, traspaso de conocimientos técnicos, mayor circulación de los artistas”.
Con financiamiento otorgado por ProChile, viajó, junto a Victoria, Francisca y Cecilia, a posicionar los teatros chilenos en España. “Las cuatro compartimos una visión generacional que se inclina hacia el trabajo colaborativo. Además del hecho de que fuéramos todas mujeres, allá les llamó la atención que los tres teatros presentes contemplaran proyectos sociales y un fuerte trabajo territorial”, dice Alejandra.
Agrega que el foco está puesto en ampliar este núcleo a lo largo de Chile. La agenda de los próximos meses incluye una nueva visita a España, para el encuentro anual de Ópera Latinoamérica y Ópera XXI, en el que participarán más de 60 teatros iberoamericanos.
Desde el lago
A Cecilia Bravo (42) le tocó asumir como directora del Teatro del Lago en marzo de 2020, justo cuando el COVID-19 obligó al confinamiento. Venía del MAVI y fue nombrada sucesora de Carmen Gloria Larenas una vez que ésta se hizo cargo del Teatro Municipal de Santiago.
“Siento que la pandemia fue una buena instancia para la transformación digital, nos obligó a acelerar ese proceso. Y resultó positivo también para el desafío de descentralización; permitió intercambiar programación con otros teatros y generar contenido atractivo para un público nuevo”.
Del viaje a España, Cecilia destaca varios aspectos; la idea de trabajo en colaboración y el sentir que las instituciones culturales enfrentan los mismos desafíos. “Es estimulante que existan instancias para compartir y corroborar que la unión hace la fuerza”, sostiene.
Compartir junto a otras directoras de teatros regionales fue una gran experiencia, dice. Adelanta que junto al Teatro Biobío y la Orquesta de Cámara de Valdivia estrenarán en marzo Patagonia, la nueva ópera de Sebastián Errázuriz. Una coproducción entre Biobío, Los Lagos y Los Ríos.
“En el sur de Chile hay varios proyectos potentes que hacen esfuerzos por descentralizar la cultura. Es atractivo pensar que una producción concebida aquí salga a recorrer el mundo. Tenemos la capacidad para ser creadores y punta de lanza”, enfatiza Bravo. Y recalca el impacto positivo que en estos diez años de historia ha significado el Teatro del Lago para la economía creativa local.
El espíritu colaborativo que primó en la misión a Ópera XXI se lo atribuye a una característica generacional más que de género: “Miramos más la colaboración que la competencia. Tenemos una misión común, que es aumentar las audiencias, y nos entendemos como aliadas al poner la cultura al centro del desarrollo”.
Compartir en el viaje a España junto a sus colegas marcó la diferencia: “Si bien conocíamos los proyectos de las otras, había mucha información que no manejábamos y uno se da cuenta de lo importante que son las instancias más personales. Generas un vínculo distinto. Y olvídate la lista de ideas que armamos juntas”, agrega riendo.
Ideas que ahora hay que aterrizar. Sobre el retorno a la presencialidad, comenta: “El público más que síndrome de cabaña, ha tenido una fuerte necesidad de entrar en contacto humano. Más que nunca hemos valorado el encuentro vivo”.
A orillas del Biobío
El moderno edificio del arquitecto Smiljan Radic en la costanera de Concepción se ha consolidado como teatro regional con proyección internacional. El Teatro Biobío abrió sus puertas en marzo de 2018, y un año antes Francisca Peró (43) se trasladó desde Santiago para convertirse en su directora ejecutiva.
Venía de trabajar siete años en el GAM como coordinadora de programación artística y durante los primeros meses, antes de su inauguración, tuvo la misión de armar un equipo, coordinar asuntos técnicos y levantar financiamiento privado.
Como son un teatro nuevo la pandemia los pilló sin archivo digital, pero rápidamente se encomendaron a la tarea y comenzaron a grabar material con los artistas locales. “Jugamos a hacer televisión y nos salió bien. Nuestra audiencia siguió conectada afectivamente con el teatro y se sumó público de otras regiones y países, adquirimos visibilidad descentralizada”, dice Francisca.
El espacio cuenta con moderna tecnología y capacidad para 1.200 personas, por lo que el aforo de 50% que les exige la norma sanitaria, permite acoger a unas 580 personas. “Nuestra arquitectura define nuestra programación, sería imposible no ser coherente con ello. Tenemos vocación internacional”, agrega la directora.
Razón de sobra para sumarse a la misión a España: “Chile es un país muy largo y está lejos, entonces no basta solo Santiago al momento de pensar en giras. Eso fuimos a presentar. Una red de teatros que se unen para proponer un circuito más atractivo”.
En Europa conocieron experiencias virtuosas de coproducción y también formatos más flexibles a la hora de concebir un espectáculo como una ópera. “En la región del Biobío hay grandes voces y queremos incorporar esa línea de trabajo, además de otras artes escénicas como danza, teatro y música en vivo”, señala Peró.
En estos momentos están funcionando con el 70% de su cartelera presencial y un 30% online: “Tenemos protocolos muy estrictos y el público ha vuelto a la sala de manera fiel y sin miedo”.
En el corazón del Maule
Periodista de la Universidad de Concepción, Victoria Flores (45) se ha dedicado a la gestión cultural. La cercanía al arte la heredó de su madre, artista visual, dice. Trabajó en innovación, en medios de comunicación y hace siete años empezó a asesorar el Teatro Regional del Maule, ubicado en Talca, su ciudad natal.
Lleva tres años siendo su directora ejecutiva y en ese escenario se presentó Don Giovanni, la última función de ópera en Chile antes que la pandemia les bajara la cortina. Pero contaban con grabaciones en buena calidad y se lanzaron al contenido online. Se volcaron a una cartelera 100% regional y convocaron a artistas locales para digitalizar sus obras.
Cuentan con una orquesta como elenco estable y junto a ella reabrieron en septiembre con una gala lírica. “Estamos más que contentos con la respuesta de la gente. Hemos retornado con más fuerza que antes. Llegó nuevo público, más joven, y el grupo de abonados ha ido creciendo. Además, las fronteras se diluyeron y un teatro regional como nosotros puede llegar a ser internacional”, apunta.
Señala que en el viaje a España se dio cuenta de que los teatros chilenos se encuentran en buen pie: “Tenemos infraestructura, contenidos contemporáneos, excelentes equipos de trabajos y áreas técnicas. Cuando uno sale de gira, siente que va en desmedro, y no fue así”.
Al igual que sus compañeras de viaje, enfatiza que la colaboración es un elemento clave hoy en día: “No concibo trabajar sin relacionarnos con el resto del país. Hay líneas de interés que afianzamos en este viaje, queremos fortalecer la creación original. Somos teatros que formamos parte de un movimiento cultural descentralizador”.