Bandeja de salida
La columna de J.J.Jinks: La batalla de Argentina
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Nuestros vecinos enfrentan un terremoto político después de finalizadas sus primarias conocidas como las PASO (primarias abiertas simultáneas y obligatorias) que amenaza con desfondar el gobierno de Fernández y Fernández.
Como todo lo que hacen es distinto al resto del planeta, han transformado a sus primarias en prácticamente una verdadera elección, ya que es una medición de fuerza de las distintas candidaturas y por tanto los efectos políticos y económicos se anticipan a los de las elecciones reales. Fue después de una primaria cuando nos enteramos de que Macri muy probablemente iba a perder la reelección, y el mercado de valores se hizo añicos para nunca recuperarse.
Las PASO han marcado el fin de una serie de mitos en la política argentina, el más importante era que el peronismo unido era prácticamente imposible de derrotar, hasta ahora las pocas derrotas que habían sufrido fueron frente a Alfonsín y De la Rúa, dos presidentes radicales que, oh sorpresa, no terminaron sus períodos constitucionales, y frente a Macri, donde el peronismo se había dividido dadas las tropelías kirchneristas. La derrota ha sido aplastante en todo el país, siendo la Provincia de Buenos Aires el caso más emblemático, pues ha sido históricamente el bastión inexpugnable peronista.
Las razones abundan para ello: la economía en un estado calamitoso con la pobreza por sobre el 40% y la inflación en un guarismo similar, un manejo de la pandemia que deja mucho que desear con una cuarentena eterna que nadie respetó, pero que dañó profundamente a la actividad productiva y comercial y los infaltables escándalos ligados al proceso de vacunación privilegiada que tuvieron personeros y amigos del gobierno. Como guinda de la torta, un ya debilitado Alberto Fernández se vio envuelto en la polémica de una fiesta de cumpleaños en Olivos mientras el resto del país sufría draconianas restricciones.
Si bien todas estas son buenas razones para explicar la desafección del votante argentino con el gobierno de Fernández y Fernández, también sabemos que los resultados en política no siempre tienen un componente racional. La derrota de los candidatos peronistas ocurre en buena parte porque tuvieron un elenco de opositores plagados de figuras atractivas y bien posicionadas en la opinión pública a partir de la gestión. La mayoría de ellos están ligados a lo realizado por Macri tanto en el gobierno de la ciudad de Buenos Aires como después en la presidencia de la nación.
La paradoja es que Macri fue siempre tildado como el político-empresario con capacidad de administrar, pero sin habilidades políticas. La realidad terminó mostrando que en una farra lamentable desaprovechó su oportunidad en la presidencia de enderezar la economía con una gestión muy mediocre, pero hoy en buena parte gracias a su liderazgo la coalición Juntos por el Cambio se enfrenta de igual a igual al peronismo, lo que es un cambio radical y profundo en la política argentina. Tampoco nos vamos a venir a hacer ahora los sorprendidos de que las cosas en Argentina sean al revés de lo que la lógica indicaba.