Hace pocas semanas se llevó a cabo la primera colocación en el mercado en la nueva bolsa ScaleX. Los responsables fueron una empresa de robots para el hogar, Osoji. Fundada por Octavio Urzúa y con Valeria Mazza entre sus accionistas, la firma buscaba levantar US$ 3 millones. Sin embargo -según fuentes que conocen la operación-, solo pudieron recaudar US$ 2 millones. ¿La razón? Algunos de los fondos institucionales que habían prometido cheques no tenían actualizados sus estatutos, y por lo tanto no se les permitía invertir en SpA (sociedad por acciones), solamente en sociedades anónimas.

Pero este no ha sido el único problema de este nuevo producto. Según las bases del proyecto, Corfo debía pagar parte de los costos asociados a la colocación, por ejemplo de los abogados, sin embargo, esto no lo estarían haciendo.

El problema habría sido por descoordinaciones entre Corfo y Start-Up Chile. Fuentes conocedoras del caso dicen que han sido erráticos, se han entregado responsabilidades entre ellos y ha habido descoordinaciones. Incluso, tras enviar los papeles, les habrían dicho que ya estaban fuera de plazo y las respuestas del gerente de innovación de Corfo con las del gerente de Start-Up Chile no coinciden.

Desde el ente estatal afirman que “la convocatoria del instrumento ScaleX, al alero del programa Growth de Start-Up Chile, se ha visto retrasada dado que se están realizando ajustes en las bases técnicas, con el fin de mejorar y agilizar esta línea de financiamiento”. Y agregan, “dado que el instrumento se abrirá a finales del mes de noviembre, actualmente no hay ninguna empresa fuera de plazo para postular, así como tampoco hay ninguna empresa que tenga previamente garantizada su selección. Todas las interesadas deberán postular en los plazos que se establezcan y someterse a un proceso de evaluación por parte de Corfo”.