Esta semana, en varios grupos de WhatsApp se generó debate por una confusa resolución del SII publicada el 17 de enero de este año en que se exige que los comercios vuelvan a entregar boleta física:

“Establézcase la obligación de entregar la representación impresa de la boleta electrónica de ventas y servicios y/o del comprobante de pago electrónicos (voucher) a los contribuyentes que operan con estos documentos por ventas y servicios realizados a través de canales presenciales a consumidores finales”, decía.

El lunes Transbank presentó un recurso de protección contra el SII ante la Corte de Apelaciones de Santiago. En éste buscan dejar sin efecto esta medida. Un día después, el tribunal declaró admisible el recurso. El miércoles en la tarde el Servicio fue notificado sobre este documento. Y ese mismo día emitieron un comunicado aclarando:

“A partir del 1 de mayo de 2025, establece la obligatoriedad para los comercios que cuentan con medios de pago con impresora de entregar una copia impresa de la boleta electrónica o del comprobante de pago electrónico (voucher). Quienes no cuenten con dispositivos para imprimir, deberán enviar la boleta en formato digital a partir del 1 de marzo de 2026, a través de correo electrónico, SMS, WhatsApp o QR”.

Etcheberry confiesa que se generaron confusiones en ambos documentos pero asegura que tras aclarar que se podrá usar un documento digital, “se acabó el ruido”. Sostiene que este cambio tiene la única finalidad de que “cuando uno salga del local, salga con un documento, eso es todo. ¿Cómo alguien puede estar en contra de eso? Buscamos así evitar que gente salga y al ser preguntado por un fiscalizador por el recibo de su compra no tenga qué mostrar”. Actualmente en los comercios, al pagar con tarjeta se pregunta si uno quiere o no el voucher, esa pregunta dejará de existir, ya no será voluntario. “Queremos volver a como era antes”, dice el director.

“Se han mezclado cosas que no son ciertas”, dice y sostiene que “hubo un malentendido, quizás por las vacaciones”. Actualmente en el mercado existen los mSOP, dispositivos pequeños que no vienen con una impresora incluida (tipo SumUp, Mercado Pago o Compraqui de Banco Estado). Al preguntarle si esos dejarán de ser útiles -como consignó el medio digital Chócale, que hizo masivo este caso-, responde “no es cierto que las máquinas chicas salen, sólo tienen un año para adaptarse”, y agrega “va a ser un costo adicional, marginal, tienen que adaptarse para mandar un recibo digital, pero tienen hasta marzo del 2026”.

Otro punto que se debatió en las redes fue el conflicto de interés de Etcheberry en este tema, ya que es socio minoritario de Klap, empresa que se ve afectada por esta resolución. En su declaración de intereses dijo “ante alguna eventual situación de esta empresa con SII me inhabilitaré”. Consultado por DF MAS, sostiene que en este caso inhabilitarse no aplica porque “es parejo para todos, significa un poco de costo adicional, pero que es para todos, no estoy favoreciendo a nadie”.

El director ejecutivo de ChilePay, Juan Antonio Figueroa, admite que el comunicado baja revoluciones -aunque dice que todavía no es 100% claro- y afirma que le hubiera gustado “que esta medida se consulte primero con los actores, se habría evitado la confusión”.