A finales de abril el ex asesor de Presidencia de Sebastián Piñera, Benjamín Salas, se trasladará desde Nueva York, donde reside desde hace casi dos años, hacia La Haya, Países Bajos.

Ese día asumirá como asistente de uno de los 15 jueces que integran la Corte Internacional de Justicia. El cargo que en inglés se conoce como “Clerk”, tiene una duración de dos años y puede renovarse por un periodo más.

El abogado de 31 años será el segundo chileno contratado como parte del staff permanente del principal órgano judicial de la ONU. Iñaki Navarrete, que en los registros de la Corte figura como canadiense-chileno, es también asistente de un juez en la actualidad.

Otros chilenos que han pasado por el tribunal son la jefa del Departamento de DDHH de Cancillería Catalina Fernández, quien hizo una pasantía de nueve meses en 2019, y el jurista Alejandro Álvarez, el único que ha sido electo juez (entre 1946 y 1955).

Salas tuvo que participar de un concurso público, que según conocedores del sistema es uno de los más competitivos que existen para abogados internacionalistas. Dichas voces señalan que al abogado le habría jugado a favor haber trabajado en los dos casos chilenos contra Bolivia -durante los gobiernos de Michelle Bachelet y Sebastián Piñera-, y otros tres en los que trabajó en su paso por el estudio Foley Hoag, basado en Washington DC: Somalía contra Kenia, por temas de delimitación marítima; Uganda contra República Democrática del Congo, por conflicto armado; y Guyana contra Venezuela en una controversia territorial.

Tras estudiar un master en Derecho Internacional en la universidad de Columbia, Nueva York, el ex mano derecha de Piñera se quedó trabajando como académico investigador del plantel estadounidense, cargo que dejará en abril.