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Harald Beyer renuncia a la rectoría de la UAI, pero ¿deja la universidad?
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“¿Por qué uno de los más reconocidos intelectuales del liberalismo chileno presenta su renuncia a ‘la’ universidad liberal del país? ¿Cómo puede ser? Al final, toda renuncia es una manifestación del hastío”, se pregunta una persona ligada a la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), luego de que se diera a conocer la renuncia del rector Harald Beyer a esta casa de estudios el pasado 22 de enero, y que se hará efectiva a partir del próximo 31 de marzo.
La renuncia de Beyer, que tomó por sorpresa a toda la comunidad universitaria -desde decanos y académicos hasta alumnos-, generó versiones al interior de la UAI de que la razón estaría en supuestas tensiones entre el rector y la Junta Directiva de la universidad, presidida por Pedro Ibáñez. Sin embargo, cercanos al renunciado rector aseguran que los motivos serían otros.
Dichas fuentes dicen que “no pasó nada especial. Se cumplió un muy buen ciclo y era razonable para el rector dar un paso al costado”. Llama la atención, eso sí, que en 2023 se había ratificado a Beyer por un nuevo periodo de cinco años en la rectoría.
Según su círculo más próximo, el rector -que asumió el cargo en 2018- tomó en ese momento el desafío de continuar hacia adelante, pero sin pensar con detención respecto de los avances ya realizados o si era hora de cerrar o extender el ciclo. Y había algo más: aún le faltaba definir los nuevos programas académicos que querían lanzar. Ahora que ello ya está resuelto -estos programas ya están disponibles- y que, según las fuentes consultadas, “hay una ruta bien clara para seguir con otras innovaciones”, Beyer estimó que sí era un buen momento para irse.
La Junta Directiva de la UAI aceptó su renuncia y en un comunicado interno le dedicó un mensaje de agradecimiento y elogió su gestión. Cercanos al rector cuentan que la junta le pidió a Beyer buscar la forma de quedarse en la universidad, desde otras funciones. Beyer incluso les presentó un proyecto, el cual fue bien recibido. Cercanos al rector, en todo caso, señalan que aún no decide bien qué hacer y que durante febrero -aprovechando las vacaciones- va a pensar más sobre qué caminos seguir.
¿Tensiones?
Como sea, continúan versiones respecto de desavenencias del rector con la Junta Directiva, las que habrían ido acumulándose en tiempo. “Si las cosas estuvieran perfectas, el rector no se habría ido”, señala una académica.
Otra fuente interna afirma que “había cierta tirantez que se venía agudizando producto de que la Junta estaría más enfocada en velar por la parte administrativa financiera, y Harald, aunque como economista entiende perfectamente que la UAI debe ser competitiva en términos de poder financiar más y mejor investigación, académicos de primer nivel, pero sin perder de vista el centro del proyecto que es hacer que la universidad sea cada vez una mejor alternativa para jóvenes recién egresados y estudiantes de posgrado. Esa relación estaba tirante”.
Otras personas consultadas por DF MAS coinciden en que la salida de la prorrectora de gestión, Gisela Escobar, a mediados de 2023, habría conflictuado aún más la relación, puesto que ella es una destacada profesional con una trayectoria importante en Latinoamérica y una de las personas más cercanas a Beyer dentro de la universidad. No sólo el rector se habría opuesto a su despido, que fue resuelto por la Junta Directiva, sino que varios decanos se mostraron en contra de esta decisión.
“Pero esos son los misterios que aún tiene una Junta Directiva de una institución familiar. No es fácil lidiar con directorios de entidades familiares”, comenta un conocedor de ese trabajo.
Luego de la desvinculación de Escobar, el rector envió un comunicado interno a la comunidad universitaria con sentidas palabras. “Su partida es una gran pérdida para la UAI. Personalmente, he encontrado en ella un apoyo gigantesco en la conducción de nuestra casa de estudios. Estoy seguro de que el mismo sentimiento tienen Escuelas y Facultades y las demás unidades académicas y no académicas de la Universidad. Su compromiso, capacidad de colaboración, entusiasmo, inteligencia, generosidad, buen humor -entre tantas otras cualidades- han estado presentes en todas las decisiones complejas que hemos debido abordar en los últimos años”, se lee en un párrafo.
El pasado viernes 19 de enero también fue despedido Gonzalo Pavón, hasta entonces director de comunicaciones corporativas y marketing de la casa de estudios, y hombre de confianza de Beyer. Su salida se interpreta como una consecuencia directa de la renuncia del rector, por tratarse de un cargo muy ligado a su proyecto. A fines de la semana pasada el periodista publicó un texto en su cuenta de LinkedIn que se refiere al tema:
“Muy seguramente habrán leído que están cambiando algunas cosas en la UAI. A la renuncia del rector, se agregan otros movimientos; mi salida, entre ellos. Son malas estas fechas para abrir conversaciones; al mismo tiempo, son buenas para iluminar los desafíos que vienen. Como las ideas todavía no están del lado de la escasez, estoy bajando la lista para ver cuáles tienen mayores posibilidades de asentarse y crecer”.
La Junta Directiva
El presidente de la Junta Directiva de la UAI es Pedro Ibáñez; su vicepresidente, Andrés Iacobelli; y los directores, Felipe Bulnes, Vicente Muñiz, Kathleen Barclay, Sandra Guazzotti, Pilar Álamos, Fernando Massú y Juan Francisco Levine.
Conocedores del trabajo del grupo apuntan a Kathleen Barclay, economista, fundadora de Asesorías KCB, directora de AmCham-Chile y miembro del Consejo asesor del CEP, como una de las voces con más peso en la Junta. “Ella es muy gravitante dentro de ese equipo”, comenta un académico de la UAI. Tiene una mirada muy ligada a los números y a la gestión, que -según se comenta en la universidad- es el sello de ese grupo directivo.
Dentro de la Junta Directiva está en el comité de búsqueda del nuevo rector que sucederá a Harald Beyer. La idea es tener nombres claros para el 31 de marzo, día en que Beyer dejará sus actuales funciones.