Alrededor de las 21:30 del 14 de enero, en la calle General Bulnes, el abogado norteamericano Eric Garvin (38 años) sufrió un violento robo que terminó con su vida. El jurista -que trabajó en el departamento de justicia criminal de la oficina del alcalde de Nueva York Bill de Blasio- recibió disparos (en su abdomen y pierna izquierda) por una banda de criminales que vivía en una casa cercana.

A la semana siguiente, sus padres -Eric Darryl Garvin, coronel en retiro de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, y Anna Marie Josephs- viajaron a Chile para hacer las diligencias respecto a su asesinato.

Su última acción fue interponer una querella ante el 7º Juzgado de Garantía de Santiago en contra de los que resulten responsables por el asesinato a su primogénito. Para eso, se asesoraron con el abogado penalista Jorge Bofill, socio del estudio Bofill Escobar Silva Abogados.

Hace unas semanas un abogado de EEUU, cercano a la familia Garvin, se contactó con Bofill por correo electrónico para saber si estaba disponible para tomar la representación de sus padres y hermana.

El penalista le respondió que sí y que por política del estudio, este sería un caso pro bono. Luego de que los Garvin evaluaran opciones con otros estudios de la plaza, decidieron irse con el bufete de Bofill.

Uno de los objetivos del penalista chileno es que este hecho se convierta en un robo con homicidio, que tiene una pena más alta que el homicidio simple, el delito que la Fiscalía Local Santiago Centro está investigando.