El jueves por la tarde se afinaron todos los detalles de la fusión de Enjoy y Dreams. Casi a la medianoche anunciaron que la operadora de casinos fundada por los Martínez tendrá 36% de la nueva firma y la firma de la familia Fischer el 64%. 

Dos semanas antes de este acuerdo, que debe pasar por la CMF, FNE y Superintendencia de Casinos de Juego, ya se habían empezado a despejar ciertas interrogantes de casinos muy cercanos geográficamente. Tal es el caso de Mendoza, donde Enjoy operaba su casino en el hotel Sheraton, y Dreams lo hacía, a unas cuadras, en el Hyatt. Finalmente, fue Enjoy el que cedió. 

El socio argentino de la cadena, Julio Rodolfo Camsen, empresario dedicado a la actividad hotelera, financiera y vitivinícola, se acercó a la nueva administración de la cadena chilena, ahora controlada por Euromérica, para comprar el 47% que no controlaba de la sociedad trasandina. Y para ello pagó US$ 4,3 millones (450 millones de pesos argentinos). Además, se están afinando los detalles para que el nuevo dueño mantenga la marca Enjoy por un plazo de entre 12 y 24 meses más.

Cuando abrió el hotel y casino en octubre de 2008, el proyecto involucró una inversión superior a los US$ 65 millones y tenía cerca de 40.000 metros cuadrados construidos, con una altura equivalente a un edificio de 27 pisos.

Tal como sucedió en Mendoza, en Chile podrían ocurrir situaciones similares. En particular en los casinos Monticello, de Dreams, y Rinconada de Enjoy, los que estarían muy cerca y su área de influencia podría llevar a que la FNE obligue a vender una de las dos ubicaciones. 

Fuentes del mercado cuentan que el empresario Nicolás Imschenetzky, dueño de Marina del Sol, ha mostrado su interés. Sin embargo, como no logró llegar a acuerdo con Enjoy para fusionar las operaciones, si compra, buscará que el precio “le haga sentido”, sobre todo ahora que Enjoy está forzado a vender.