“El funeral fue al estilo Sanz, con champagne y baile adentro del mausoleo en el cementerio general.Digno de su memoria y de esta familia buena para celebrar”, comentó una de las asistentes al entierro de Mauricio Sanz, quien murió a inicios de esta semana. Además de la familia y amigos, también se hizo presente parte del personal del restaurante y del hotel.

Comentan que desde hace un tiempo su salud estaba más deteriorada por lo que se trató de una despedida gradual. El empresario vasco nació en una localidad cercana al río Bidasoa y cuando tenía seis años, producto de la Guerra Civil Española, su familia partió a Francia y luego a Chile.

En 1940 abrió el restaurante Pinpilinpausha (“mariposa” en vasco) en el centro de Santiago, lugar donde se funcionó durante más de 50 años transformándose en un ícono gastronómico y lugar de encuentro de empresarios, intelectuales, artistas y familias.

Más adelante se trasladó al barrio El Golf. Sanz, a sus 56 años, abrió el hotel Bidasoa en Avenida Vitacura. El hotel boutique en 2018 estrenó una remodelación y nuevas instalaciones a cargo de tres de los siete hijos del matrimonio Sanz Raab: Mauricio, Maritxu y Andrea.

El restaurante de lujo y una ambientación a cargo de la dupla Grisanti-Cussen, trajo nuevos aires al lugar. Además, algunos de los hijos y Mauricio Sanz y María Elena Raab se fueron a vivir a departamentos dentro del propio hotel, reforzando el carácter familiar de la empresa.