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Los socios finlandeses, el financiamiento y los ejecutivos clave: trastiendas de la mayor inversión de Arauco en Brasil

Los socios finlandeses, el financiamiento y los ejecutivos clave: trastiendas de la mayor inversión de Arauco en Brasil

En las cercanías del río Sucuriú, Arauco, la forestal del grupo Angelini, llevará a cabo la mayor inversión de su historia: la construcción de una planta de celulosa -que lleva el nombre del río- por US$ 4.600 millones.

Por: Equipo DF MAS | Publicado: Sábado 28 de septiembre de 2024 a las 15:18
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Si se mira un mapa del mundo, el estado brasileño Mato Grosso do Sul se encuentra en la misma latitud de Antofagasta. Es decir a unos 2 mil kilómetros al sur del Amazonas, cerca de la frontera con Paraguay y Argentina. En las cercanías del río Sucuriú, Arauco, la forestal del grupo Angelini, llevará a cabo la mayor inversión de su historia: la construcción de una planta de celulosa -que lleva el nombre del río- por US$ 4.600 millones. El anuncio se hizo el martes, tras la aprobación del directorio. 
 

Los hitos

En mayo de 2022, en Campo Grande, la capital del estado de Mato Grosso do Sul, Arauco firmó un acuerdo con el gobierno federal y el municipio de Inocencia para desarrollar el proyecto. Con él, la empresa se comprometió a avanzar en el licenciamiento ambiental, mientras que el estado prometió apoyar con infraestructura.

“Ellos son súper exigentes en los requerimientos, pero tienen a la vez una vocación industrial potente, que está muy anclada en cómo se obtienen permisos. Se sientan a tu lado de la mesa a acompañarte y orientarte para que logres obtener el licenciamiento”, comenta una persona que participó en el negocio. “No es ‘aquí están las normas y tráigame la carpeta’, sino que construimos la carpeta juntos”, explica. 

Hace seis meses Arauco obtuvo los permisos ambientales y los llevó al directorio. Con ese hito, iniciaron los movimientos de tierra, una primera inversión cercana a los US$ 200 millones.

Hoy, en el lugar se ve maquinaria habilitando el terreno para construir la fábrica. Como es un greenfield (se construye desde cero), la empresa deberá crear “un mundo” a su alrededor, que va desde soluciones de vivienda, salud y educación, hasta infraestructura pública. Lo mismo tuvo que hacer la compañía en el sur de Chile con el proyecto de Modernización y Ampliación de la Planta Arauco (MAPA), de US$ 3 mil millones, que inauguró hace un año y medio. 
 

Los socios finlandeses

Cuando firmaron el acuerdo con el estado de Mato Grosso do Sul, el proyecto contemplaba dos etapas: una primera con capacidad de producción de 2,5 millones de toneladas de celulosa al año, y una segunda con la misma capacidad. Pero en el proceso, la propuesta de la empresa finlandesa Valmet -a cargo de la construcción y de la tecnología, de principio a fin- los hizo cambiar el plan: “Entregaron una propuesta muy competitiva, con costos de producción por tonelada muy eficientes”, asegura un conocedor. Había economías de escala y hacía sentido que hicieran una primera etapa de mayor capacidad. 

Entonces decidieron ampliar la producción a 3,5 millones toneladas de pulpa, lo que convierte al proyecto de producción de celulosa en el más grande del mundo implementado en una sola etapa. 

No es la primera vez que Arauco trabaja con Valmet -cuya sede está en la ciudad de Espoo en Finlandia, pero además tiene oficinas en Chile, y en Brasil, entre otros lugares-. La compañía, que cotiza en el Nasdaq Helsinki, desarrolló la mitad de los procesos del proyecto MAPA. 

Varios ejecutivos de Arauco han visitado la matriz en Europa. Lo que más les llama la atención es la capacidad tecnológica de sus socios: gran parte de la operación de Sucuriú va a ser automatizada y digitalizada. 

La recta final de las negociaciones ocurrió en Santiago. Los ejecutivos de Valmet se instalaron en las oficinas de Arauco a afinar detalles. El humo blanco salió el miércoles 11 de septiembre. Con el cierre del marco general del acuerdo, el equipo de Arauco de Brasil y Chile ya tenía la propuesta para llevarla al directorio fijado para este martes. 

Qué viene

No hubo una celebración en la empresa, pero sí un reconocimiento interno a los equipos de Chile y Brasil que ha estado trabajando en el proyecto. “Hay cierta prudencia”, explica un alto ejecutivo. “(El anuncio del martes) es un hito súper importante, pero el desafío recién empieza”. 

La aprobación del directorio, explican, es como la bajada de bandera. “Pero esto está comenzando. Es un esfuerzo muy grande, que implica un despliegue de recursos importante, expertise, negociaciones”, añaden. Aunque está cerrado el proveedor principal (Valmet), hay muchos otros proveedores “pequeños” que aún quedan por definir.

De avanzar el calendario como se ha estipulado, en 2025 debiera comenzar la construcción de la planta para comenzar a operar en 2027. 
 

Los ejecutivos clave

A la firma del acuerdo con el estado brasileño dos años atrás viajó Matías Domeyko, entonces vicepresidente ejecutivo de Arauco; Cristian Infante, gerente general; Nicolás Jobet, gerente de personas y comunicaciones; y Carlos Altamiras, presidente director de Arauco do Brasil. 

Si bien a Domeyko le tocó estar a cargo del proyecto desde sus inicios, ahora como presidente del directorio de Arauco (en abril fue nombrado en ese cargo e Infante quedó como CEO), el martes le tocó dar el ok al plan que le presentó el equipo. 

Otros dos ejecutivos que han sido clave en el proceso son Altimiras e Iván Chamorro, vicepresidente del negocio de celulosa y forestal. Juntos han hecho la bisagra Chile-Brasil bajo la tutela de Infante. 
 

Financiamiento

En Brasil, por ser un país federal, los estados compiten por los recursos de las empresas. “Hay una sana competencia en los estados por atraer inversiones”, explica un conocedor. Arauco tiene más de 20 años de historia en esa nación, con cinco plantas de madera, por lo que el crecimiento en ese lugar era el camino natural.

Además de las exenciones tributarias que ofrece el estado de Mato Grosso do Sul, la empresa escogió el lugar por sus condiciones geográficas: es un sector plano, donde el proceso de plantío y cosecha es muy eficiente, lo que hace que el ciclo forestal sea más corto que en Chile. Si aquí una rotación dura 12 años, allá entre plantar, el crecimiento, la cosecha y volver a plantar pasan siete años.
 
Para financiar el proyecto, cuya inversión se estima en US$ 4.600 millones, hay varias vías. La empresa tenía una masa boscosa importante en la región de Paraná que vendió el año pasado a su competidor brasileño Klabin en US$ 1.100 millones. Con eso hay algo de caja.

Además, se convocó a una asamblea de accionistas el 17 de octubre para hacer un aumento de capital por US$ 1.200 millones. También se acordó reducir la distribución de dividendos de 40% a 30% hasta 2026. El resto de los fondos aún está en veremos: la idea es emitir bonos, lo que podría hacerse en Chile o en Estados Unidos. El área de finanzas y Tesorería y de Investor relations será la encargada de evaluar las distintas alternativas. 

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