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Pizzas, break por Hermosilla y heridos en el camino: el backstage del inédito acuerdo presupuestario
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Pasadas las 20:40 del jueves, salió algo de humo blanco. Tras 11 horas de discusión, el Gobierno anunció un acuerdo parcial para destrabar la tramitación del Presupuesto 2025, abriéndose a algo inédito: recortar el gasto público en US$ 600 millones en medio de la discusión parlamentaria del erario.
Fue el corolario de tres jornadas maratónicas en la comisión especial mixta de Presupuestos, etapa previa a que el proyecto pase a la sala de ambas cámaras.
Todo comenzó el martes cerca de las 15 horas. El ministro de Hacienda, Mario Marcel, entregó las primeras señales: habrá recortes de gasto por US$ 1.000 millones en el Presupuesto de este año y se vendrán ajustes en el de 2025. Con esto buscó calmar los ánimos de parlamentarios del oficialismo y la oposición, que comenzaban a cuestionar las cifras económicas y la necesidad de ajustar el gasto fiscal a la nueva realidad.
El miércoles la tramitación comenzó sin problemas. Desde las 9:30 se despacharon las primeras partidas sin mayor debate (Presidencia, Congreso, Servel, RREE y Bienes Nacionales). En paralelo, Marcel y la directora de Presupuestos, Javiera Martínez, negociaban con parlamentarios un primer ajuste de gasto: US$ 500 millones.
La oferta fue considerada baja por la oposición y el oficialismo reclamó que no se toque el gasto social o en seguridad. Las conversaciones se extendieron todo el día, mientras que la mixta seguía la discusión, rechazando recursos en áreas clave como Transportes, Energía y la Segpres.
El jueves las partes continuaron las conversaciones en paralelo a la Sala, en una jornada que se acordó tramitar hasta total despacho (sin break de almuerzo y con parlamentarios con pasajes comprados para actividades en sus distritos el viernes). La sesión completa duró 19 horas: desde las 9 am del jueves a las 4 de la mañana del viernes, cuando se despachó la última partida.
Mientras había rechazos en áreas relevantes como Salud, Economía, Defensa (la partida completa), Trabajo, Justicia, Culturas y Educación, las partes terminaban de afinar el protocolo de acuerdo con un nuevo recorte: US$ 600 millones, con el compromiso de seguir ajustando si los ingresos no alcanzan la meta en 2025 y con restricciones para que Hacienda gire fondos del FEES (el principal fondo soberano de Chile) y con la contratación de una asesoría externa para auditar las proyecciones de ingresos del Gobierno.
Pasadas las 17 horas el acuerdo estaba casi listo. Incluso el presidente de la comisión mixta, senador Felipe Kast (Evópoli), llamaba al ministro Marcel al podio para leer los acuerdos. Un desprevenido Marcel señaló que faltaba acordar temas. Se continuó la tramitación con el Ministerio Público.
Entremedio, un break de media hora. Algunos lo interpretaron como una pausa para continuar afinando el acuerdo; otros, para que los parlamentarios dieran puntos de prensa por la revelación del abogado Juan Pablo Hermosilla de chats de su hermano Luis con fiscales y jueces. En el intertanto, ensaladas, sándwiches y pizzas reemplazaban el tradicional consomé ya entrada la tarde.
Finalmente, casi tres horas después de un primer amague, Marcel leyó el acuerdo cerca de las 9 de la noche. El texto no dejó a todos contentos, ya que sólo contemplaba medidas macroeconómicas y no se hacía cargo de materias sectoriales, como la crisis financiera de hospitales públicos y la situación de los SLEP, puntos que quedaron pendientes de acuerdo para el trámite en la Cámara de Diputados, a partir de este lunes.
Las bancadas de la DC y el PC mostraron dinsconformidad. Kast, Juan Antonio Coloma (UDI) y Ricardo Lagos Weber (PPD) buscaban calmar los ánimos y relevar un ajuste de gasto inédito.
El lunes, martes y miércoles seguirá la discusión en la Cámara, donde se esperan nuevamente sesiones maratónicas con harto café, acuerdo y tensiones. Y luego viene el Senado. El Presupuesto debe estar despachado del Congreso a más tardar el 29 de noviembre.