Coffee break
Risotto, vinos franceses y conversación política: La cena que Macron ofreció en restaurante de Alonso de Córdova
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Los tres días de visita oficial del Presidente de Francia a Chile estuvieron llenos de eventos protocolares. Pero hubo una actividad mucho más discreta y personal, que muy pocos supieron. Fue una invitación que Emmanuel Macron y su mujer, Brigitte, hicieron a una cena privada que se realizó el miércoles en La Clé, exclusivo atelier y restaurante del diseñador Cristián Donoso en Alonso de Córdova.
El requisito era que los invitados hablaran francés. La lista de quienes finalmente llegaron ese miércoles a las 20.15 horas incluía a un grupo acotado y diverso: Carmen Gloria Larenas, directora del Teatro Municipal; el exsenador PPD Guido Girardi; el cientista político y filósofo Daniel Mansuy; la gestora cultural Carmen Romero, creadora de Santiago a Mil; el músico Eduardo Peralta; Chantal Signorio, fundadora de Puerto de Ideas; Mathieu Gillhaumon, director artístico del Ballet Nacional Chileno. Además estaba el embajador de Francia, Cyrile Rogeau; y algunos miembros de la comitiva francesa, como el presidente de la cadena de TV Arte, Bruno Patino.
Macron y su mujer llegaron a las 20.40. Los invitados los esperaban de pie alrededor de la mesa -adornada con peonías sobre un mantel de algodón-, detrás de sus respectivas sillas. Saludaron a cada uno de mano. Madame Macron se detuvo especialmente en Carmen Gloria Larenas, para comentarle que su visita esa mañana al Teatro -que tiene un acuerdo con la Ópera de París- había sido espléndida.
Después de sentarse, el Presidente francés abrió la conversación. Propuso hablar sobre hacia dónde va el mundo. Durante la cena le siguieron temas culturales -la danza como un movilizador social o la preocupante falta de compresión lectora- para volver luego a la política, con materias como la actual polarización o los desafíos de la democracia en Occidente. Varios de los presentes, incluido Macron, hablaron de Trump. El mandatario hizo hincapié en que el norteamericano fue elegido democráticamente. En todo momento, el Presidente galo tomó apuntes en una libreta.
El menú incluyó ensalada de endivias y salmón ahumado, un fondo de risotto cremoso de langosta chilena, y de postre tarta de manzana con helado de manjar. Tanto el vino -blanco y tinto- como el champagne eran franceses.
Hacia el final, Eduardo Peralta tomó su guitarra y cantó una canción en francés. Algunos invitados se sacaron selfies con los Macron y la fotógrafa oficial de la comitiva tomó una imagen de todo el grupo.
Luego de la despedida, cerca de las 22.30, el mandatario y su señora -según comentaron funcionarios de la embajada a los asistentes- se fueron caminando desde allí al hotel Sheraton, donde se hospedaban. Las largas caminatas son algo habitual para el matrimonio.