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“Son adultos, no son niños”: El nuevo capítulo en la disputa legal de la familia Albala, dueños de Laboratorios Maver

“Son adultos, no son niños”: El nuevo capítulo en la disputa legal de la familia Albala, dueños de Laboratorios Maver

"El relato fáctico de la demanda es falso, distorsiona los hechos y está construido de mala fe, con una finalidad meramente instrumental”, dice una de las contestaciones.

Por: Equipo DF MAS | Publicado: Sábado 3 de septiembre de 2022 a las 21:00
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El último episodio del conflicto legal en la familia Albala -dueños de Laboratorios Maver, fabricante de Tapsin, crema Lechuga y Armonyl-, salpica directamente a los abogados de la causa.

 La historia se remonta al 11 de abril, cuando Alexa y Ariel Albala Russo ingresaron ante el 22° Juzgado Civil de Santiago una demanda de indemnización de perjuicios en contra de los hermanos de su padre (Daniel Albala Chamudes): Fernando y Mónica. ¿La razón? Estipulan haber sido “excluidos del patrimonio familiar” y ser víctimas de una serie de daños. Por ejemplo, en lucro censante, afirman que los daños representan un tercio del valor del laboratorio.

“Las dinámicas de violencia intrafamiliar, psicológica y económica, la discriminación sistemática que han sufrido mis representados, desde su más temprana edad, es una práctica que lamentablemente viene desde hace tres generaciones y se ha perpetrado por parte de los tíos de mis representados, Fernando y Mónica, con todo el tronco familiar descendiente de Daniel Albala”, estipuló en el escrito el abogado representante de los hermanos, Juan Pablo Hermosilla.

Pero a mediados de agosto los dos demandados, por separado, ingresaron contestaciones a la acción judicial original. Ambos están siendo representados por abogados del estudio Grasty Quintana Majlis.

En el caso de Mónica Albala, la respuesta establece que “el relato fáctico de la demanda es falso, distorsiona los hechos y está construido de mala fe, con una finalidad meramente instrumental” y que el abogado Juan Pablo Hermosilla “construye un relato ficticio con la intención de crear la ilusión que los demandantes habrían sido víctimas de presuntos actos que constituirían discriminaciones arbitrarias y violencia intrafamiliar, psicológica y económica”.

Además, agrega que “la vida de los demandantes -hasta la actualidad- es una vida que objetivamente se puede considerar como lujosa: viven en Miami, viajan permanentemente, han estudiado en el extranjero, tienen acceso a automóviles de alta gama y a otros bienes suntuosos. Por lo anterior, la afirmación consistente en haber sido privados de una vida conforme a su ‘categoría’ es, además de soberbia, absolutamente falsa”.

Por su parte, Fernando Albala apunta, en el escrito, que ni él ni Mónica “tienen mayor relación con los demandantes”: “Alexa y Ariel Albala Russo tienen 32 y 29 años respectivamente, ambos son plenamente capaces, física, mental y jurídicamente, y jamás sufrieron violencia ni tienen mayor relación con los demandantes. Los demandantes son personas adultas, no son niños, lo que ya descarta sus alegaciones”.

El caso pasó a la Corte de Apelaciones de Santiago el 26 de agosto, luego de que la parte demandada ingresara un recurso de apelación después de que se rechazara una excepción dilatoria a principios de ese mismo mes.

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