Con frecuencia semanal, premunidos de datos y escenarios, los equipos negociadores de Codelco y SQM, liderados por Máximo Pacheco por el lado de la estatal y con Ricardo Ramos por la minera no metálica, se han reunido al menos en nueve ocasiones desde que el 26 de mayo pasado se iniciaran las tratativas para renovar o revocar el contrato de alquiler de las pertenencias que Corfo tiene en el Salar de Atacama, el que vence en 2030.

Según profesionales relacionados a las tratativas, Codelco ya hizo una oferta que buscaba mejorar para la contraparte estatal los términos del último acuerdo, que el último año significó que el Fisco recibiera US$ 5.050 millones por concepto de arriendo de las concesiones mineras para extraer litio.

Codelco también planteó la opción de crear una empresa nueva, un joint venture, donde la cuprera estatal tuviese la mayoría accionaria, y que mediante este vehículo se aumentara la producción en el Salar de Atacama.

Previsiblemente, la propuesta fue rechazada por SQM, que quedó en responder con otra proposición.

Hoy ya están a contrarreloj. Codelco impuso como plazo para buscar un acuerdo el mes de julio, que está concluyendo.

Los temas sobre la mesa son comerciales y financieros, pero también tecnológicos, ambientales y de relacionamiento comunitario, han comentado conocedores del proceso. 

En esta negociación se ha actuado con extremo sigilo debido a que ambas empresas firmaron un acuerdo de confidencialidad y además se comprometieron a abstenerse de comentar públicamente noticias de prensa o rumores de mercado que se refieran al contenido o al estado de las negociaciones.

Por eso, al ser consultadas las compañías oficialmente sobre este tema, hicieron ver que sería un delito emitir cualquier comentario al respecto.