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Ideas

La Convención según dos abogadas constituyentes electas

La Convención según dos abogadas constituyentes electas

Constanza Hube (UDI) y Bárbara Sepúlveda (PC) son dos de los seis abogados constitucionalistas que redactarán la Nueva Carta Magna. Aquí hablan sobre cómo la paridad de género y la protección del medio ambiente se plasmarán en el papel.

Por: Emilia Palacios | Publicado: Domingo 20 de junio de 2021 a las 04:00
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La última vez que se vieron fue el 18 de octubre de 2019. Estaban juntas en la Universidad Católica en las Jornadas de Derecho Público, donde les tocó exponer a las dos ese día, cuando partió la manifestación en las calles de Santiago.

“Las jornadas finalizaron tipo 7 de la tarde. Ya habían comenzado las protestas, pero todavía nadie imaginaba que iban a terminar como sucedió. Muchos salimos de Casa Central por Diagonal Paraguay, y entre los expositores había algunos de otros países que no entendían qué era lo que estaba ocurriendo.Nosotros les explicábamos que estas cosas de repente pasan… Pero jamás pensamos lo que iba a acontecer”, recuerda Constanza Hube.

“Nos hicieron salir por detrás del edificio, no podíamos hacerlo por Alameda. Tuvimos que darnos una tremenda vuelta entre gases lacrimógenos”, agrega Bárbara Sepúlveda. Desde ese día de octubre del 2019 no se veían. Hasta ahora, jueves 17 de junio a las 9 de la mañana en la Plaza Ñuñoa.

Ambas son abogadas constitucionalistas y tienen 35 años. Hube estudió en la Universidad Católica, milita en la UDI y es subdirectora del departamento de Derecho Público de la UC, lugar donde también se desempeña como profesora de Derecho Constitucional. Sepúlveda se formó en la Universidad de Chile, pertenece al Partido Comunista y es fundadora de la Asociación de Abogadas Feministas (Abofem).

La primera integró la lista de Vamos por Chile por un cupo en el Distrito 11 -obtuvo 18.806 votos-, mientras que la segunda fue electa con 24.900 votos en el Distrito 9, representando a la Lista de Apruebo Dignidad.

-Uno de los artículos más conflictivos dentro de la Constitución es el que reconoce como núcleo de la sociedad, a la familia. Respecto a esto, ¿qué sostienen frente a la propuesta del Presidente Piñera de avanzar como país en el matrimonio igualitario? El asunto será discutido el martes 22 de junio en el Congreso.

-CH: Me parece que eso es materia de rango legal, no constitucional.

-BS: Pienso que el reconocimiento de la diversidad de familias en la Constitución es totalmente necesario. El argumento de la aparente neutralidad de la Constitución del 80 en esta materia se ve constantemente refutado por la realidad jurídica que viven las familias en Chile que no se ajustan a la forma tradicional matrimonial y heterosexual. En nuestro país existen familias de primera y segunda categoría, con más o menos derechos, según se acercan o se alejan de esos parámetros. Ante esa situación, la nueva Constitución debiera contemplar la diversidad de familias con igualdad de derechos, sin distinciones mañosas basadas en lo que un sector conservador pretende seguir imponiendo.

-CH: La familia es la sociedad necesaria, donde las personas nos formamos, es la asociación bá́sica y natural del ser humano. Esto no significa que definamos en la Constitución qué se entiende por familia. El concepto ha cambiado mucho desde que entró en vigencia la Carta actual, y se han realizado grandes cambios vía legal sin cambiar lo que está en la Constitución, como el divorcio, acuerdo de unión civil, se terminó con la impresentable diferencia entre hijos legítimos, ilegítimos y naturales

Paridad o no paridad

Barbara Sepúlveda fue una de las precursoras que impulsó la idea de redactar la Nueva Constitución con paridad de género. “La paridad es un mecanismo que corrige un vicio que tienen las democracias liberales representativas: la sobre representación masculina en los espacios de deliberación política. La paridad debiese ser la regla costumbre de ahora en adelante, no importando si son de elección popular o si son de designación”, señala Sepúlveda, quien tiene un Magíster en Género en el London School of Economics and Political Science.

-Constanza, tú no estuviste de acuerdo con esta idea. ¿Quedaste conforme con los resultados?

-CH: No me parece que artificialmente tengamos que alterar ese tipo de cosas, creo que se podría haber logrado el mismo objetivo sin intervenir tanto la corrección de salida. En lo que sí creo es en los incentivos. Pienso que hay que ir avanzando a que exista una mayor participación de la mujer, particularmente en posiciones de liderazgo y de poder, y lo digo no solamente por el hecho de yo ser mujer, sino porque hoy día, creo, seguimos teniendo una cultura compleja en ese sentido, y renegar eso sería básicamente equivocarse. Nunca estuve de acuerdo con la paridad por dos razones: porque no formó parte de la reforma constitucional que inicialmente se planteó el 24 de diciembre -la que autorizó el plebiscito-, por lo tanto me parece que también cambiaron un poquito las reglas del juego; y también por una razón de fondo. Con la paridad se afecta uno de los puntos esenciales, que es la conquista de la democracia global, lo que tiene que ver con la igualdad: todos los votos pesan y valen lo mismo. Hay algunos que te van a decir “el sistema electoral también altera eso”. Sí, pero lo altera de manera ciega, no lo altera por un criterio, que en este caso sería el sexo. Tanto es así, que de no haber existido el ajuste por paridad, la convención habría estado compuesta por 72 hombres, o sea, el 46,5% y 83 mujeres, lo que equivale al 53,5%. Es decir 11 mujeres más que hombres. Habríamos sido más mujeres sin el ajuste por paridad.

-BS: Constanza dijo que la paridad habría jugado en contra de las mujeres por el resultado, y que lo ideal habría sido mantener las cuotas de entrada igual que en el Congreso. La ley de cuotas que rige para el Congreso es un sistema de 40-60 que se aplica a las listas nacionales, así que no habría generado este efecto. De hecho, la paridad es muy distinta a la ley de cuotas, porque es un porcentaje que se aplica no a nivel nacional en la representación de las listas, sino que por distrito. Y eso obliga a los partidos políticos y a los conglomerados, como es hoy día el pacto de los independientes, a buscar candidaturas a las cuales realmente van a poner a competir. Entonces ese es un incentivo.
Yo creo que se sentó un precedente y no podemos retroceder. Hemos ido avanzando; ley de cuotas, la mejoramos y pusimos paridad, y ahora la examinaremos y tendremos que ver cómo vamos a mejorarla, pero retroceder parece inverosímil. Hoy día avanzar en la paridad es un desafío para nuestra democracia, pensar cómo la ampliamos y cómo la hacemos más diversa y pluralista. Se debe tocar a todos los poderes del Estado y no ser simplemente una regla para el poder ejecutivo o legislativo. Creo que eso es enriquecer la democracia de nuestro país.

Protección del medio ambiente

-¿Cómo se congenian los temas medio ambientales con el crecimiento económico del país?

-CH: La tarea es lograr un desarrollo humano y que sea sustentable, es decir, el que permita el progreso como un proceso continuo, pero con respeto a la naturaleza, en especial sus recursos no renovables. Ahora bien, cualquier cambio no puede perder de vista que el derecho ambiental se vincula estrechamente con el desarrollo del ser humano.

-BS: Muchas veces se utiliza el crecimiento económico para justificar cualquier cosa, incluso la devastación de nuestros ecosistemas. Por eso es necesario que construyamos un nuevo modelo de desarrollo, que no dependa del extractivismo, para frenar o intentar frenar el tremendo daño que le hemos hecho al medio ambiente. En el texto constitucional debieran reconocerse los derechos relacionados al medio ambiente, como los de la naturaleza, los animales, al goce de los recursos naturales, pero también su protección a través de mandatos al Estado y acciones constitucionales robustas.

-¿Qué opinan sobre la idea de algunos de nacionalizar litio y cobre?

-CH: Es importante desmitificar ciertas afirmaciones que son falsas, entre ellas que el litio y el cobre son privados. El litio es una sustancia que no es susceptible de concesión y respecto del cobre, la Constitución es clara en señalar que el Estado es dueño de todas las minas, pero se pueden entregar concesiones para su exploración y explotación.

-BS: De todas maneras hay que discutir la posibilidad de nacionalizar esos recursos, pero el verdadero desafío radica en la diversificación de la productividad, lo cual solo va a ocurrir cuando podamos avanzar a un nuevo modelo de desarrollo.

Y el agua, ¿debería ser un derecho común?

-CH: Todas las aguas son bienes nacionales de uso público, y eso está claro tanto en el artículo 595 del Código Civil, como en el artículo 5º del Código de Aguas.

-BS: El artículo 19 Nº 24 otorga propiedad sobre los derechos de aprovechamiento de aguas, lo cual ha generado una concentración desmedida del agua en pocas manos, dejando grandes sectores de la población sin acceso a agua. No se trata de un problema de eficiencia en la distribución, se trata de un problema de concentración de los recursos. Por eso, en la nueva Constitución el agua debe ser un derecho para el consumo de las personas y también para la mantención de los ecosistemas, ya que su complejidad radica en que jurídicamente no se aborda el agua como un ciclo, sino como una cosa fija, lo cual es un error.

Intérprete del pueblo

La semana pasada Bárbara escribió una carta al director en La Segunda, donde decía que se debía discutir la posibilidad de levantar el secreto bancario para las y los constituyentes.

Constanza, ¿estás de acuerdo?

-CH: La Convención Constitucional no es la depositaria de la soberanía popular ni el verdadero intérprete del pueblo, ni nada que se le parezca. Es un grupo democráticamente elegido para proponer a la ciudadanía un texto de nueva Constitución en un marco ya establecido. Ni más ni menos. En ese sentido, no estoy de acuerdo con ningún cambio a las reglas que ya están establecidas, entre ellas el estatuto de los convencionales constituyentes.

Para terminar, ¿qué admira cada una del trabajo de la otra? Pese a que tienen diferencias políticas, son abogadas constitucionalistas y conocen el trabajo de la otra.

-CH: Me parece importante que seamos muchas más las mujeres líderes en el área del derecho, en la academia y ahora en la política. Yo admiro que Bárbara haya dado un paso adelante para aportar al país desde la Convención Constitucional, independiente de nuestras diferencias políticas.

BS: Creo que Constanza es una excelente profesional y que realiza una labor que es muy valiosa: enseñar. No es sencillo entrar a la academia, mucho menos a la del derecho, por lo tanto, siempre es notable que una mujer joven se abra a ese espacio.

Constanza Hube añade: “Pienso que con Bárbara podemos coincidir en algunos temas, por ejemplo, en el régimen de gobierno. No es un asunto de derechas ni de izquierdas, por lo menos yo lo veo así. Y hay que encontrar el mejor traje que le quede a Chile. Este es un tema muy importante, porque la manera en cómo se estructure, limite y organice el poder, es la forma en cómo proteges los derechos fundamentales. El traje que tenemos hoy, de régimen presidencial, es uno con alta concentración de atribuciónes y, con elecciones conjuntas, con un sistema electoral multipartidista y fragmentario. Si es que tengo que diseñar un régimen desde cero, elegiría el parlamentario, pues es un sistema que permite salir más fácil de las crisis institucionales y tienes menos riesgos de quiebres institucionales. Pero creo que en Chile pasar de un régimen presidencialista muy reforzado a uno parlamentario podría terminar generando un caos tremendo. Por eso, mejor sería parlamentarizar el presidencialismo. Introducir mecanismos de cooperación y colaboración entre el Presidente y el Congreso, e ir transitando de manera paulatina hacia allá.

-BS: El presidencialismo llegó a un punto exacerbado. Es un hiper presidencialismo. Y esa exacerbación de ciertas atribuciones del Presidente de la República ha generado un problema democrático, porque finalmente instancias como el Congreso, que son mucho más representativas por la diversidad de colores políticos, finalmente ven entrampados sus propios procedimientos porque la Constitución le otorgó al mandatario atribuciones exclusivas, por ejemplo en materia legislativa, en materia presupuestaria, o el veto presidencial, que finalmente generan desafección política.
Terminan las fotos y se despiden. La tercera vez que se encuentren -esperan-, será en el Palacio Pereira el próximo mes.

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