- ¿Por qué cree que sería una buena convencional?

- Porque gran parte de mi trabajo lo he dedicado a la defensa de los intereses y derechos de los trabajadores y trabajadoras. Quiero llevar la voz y el voto de la clase trabajadora a la Asamblea.

- ¿Qué artículo de la actual Constitución dejaría?

- Dejaría y fortalecería uno que no se origina en la Constitución del 80, y que es el que establece que es deber de los órganos del Estado respetar y promover los derechos esenciales (humanos), que se encuentran consagrados en los Tratados Internacionales ratificados por Chile. Agregaría que es obligación del Estado garantizar tales derechos, en particular los del trabajo que emanan de los Convenios de la OIT.

- Si pudiera agregar un nuevo artículo, ¿cuál sería?

- Introduciría en los principios constitucionales una declaración que reconozca al trabajo como un pilar y valor fundamental de la sociedad y que imponga a todos los órganos del Estado actuar en consecuencia, garantizando el trabajo decente a todos los chilenos y chilenas.

- ¿Qué tipo de sistema político debiera tener Chile?

- El estallido social o revuelta popular es muestra palmaria de la crisis del sistema actual. Por ello, creo en un sistema democrático más participativo, más directo y más transparente, eso pasa en primer lugar por fortalecer las organizaciones sociales y promoverlas como órganos esenciales de la democracia, para que no solo declaremos más participación sino que tengamos instrumentos para ejercerla. A ello se deben sumar la garantía de mecanismos como plebiscitos ante temas de interés nacional, consultas, entre otros.

- ¿Estado subsidiario, Estado solidario, u otro?

- Fin al Estado subsidiario, fin a uno de los pilares estructurales del modelo económico neoliberal. Este principio es una de las herramientas jurídico-políticas que han permitido a los defensores y promotores de este modelo la privatización de los derechos sociales, la concentración de la riqueza en unas pocas manos, la profundización de la desigualdad, y ha impedido al Estado jugar un papel principal y determinante a la hora de otorgar y garantizar derechos tan básicos como la salud, la educación, la seguridad social, el agua, un medio ambiente sin contaminación, entre otros. Creo en un Estado democrático, social y solidario de derechos.

- Organismos autónomos, tales como el Banco Central o Contraloría, ¿deberían seguir igual o ser modificados en la Constitución?

- La Contraloría y el Banco Central no son organismos asimilables. Uno vela por la legalidad de los actos de la administración y control financiero del Estado. En cambio, el segundo ha jugado un rol en ciertos principios económicos que el actual modelo promueve y defiende, sin jugar un papel más social y amplio en nuestro país. Estoy por rediscutir todos los órganos y organismos que actualmente están en la Constitución y por cierto discutir si otros debiesen incorporarse.

- ¿Qué derecho económico actual o nuevo mantendría o incorporaría en la Constitución?

- Creo que es fundamental incorporar el Derecho al Trabajo y no sólo la Libertad del Trabajo como lo hace la actual Constitución. Eso implica que el Estado debe hacer todo lo que esté a su alcance para promover y garantizar el trabajo decente de los chilenos y chilenas, además de consagrar la protección del empleo. En el mismo sentido, es imprescindible que nuestra Constitución se ponga a la altura de los derechos humanos contenidos en tratados internacionales, lo que significa consagrar una libertad sindical plena, con autonomía sindical real, negociación colectiva ramal, huelga más allá de la negociación colectiva.

- ¿Qué está leyendo o viendo para prepararse como convencional?

- En primer lugar, los documentos que hemos construido como CUT sobre el valor del Trabajo. Además contamos desde nuestra fundación FIEL con documentos elaborados por la comisión de políticas públicas, y para dotarnos de mejores elementos hemos constituido para el proceso constituyente una comisión asesora de alto nivel, encabezada por Juan Somavía, ex director general de la OIT, para garantizar que nuestros planteamientos no queden en declaración de buenas intenciones.

- Además de usted, ¿qué otra persona le gustaría que fuera convencional constituyente?

- Bastián Bodenhofer, ¡obvio!